Archivo del blog

domingo, 30 de septiembre de 2012

Solo existe Este Momento...



Olvídate del pasado. Y no introduzcas el futuro. Este momento lo es todo.

"Para comprender que la existencia es hermosa, sagrada, que la existencia es una bendición, un gozo, tendrás que vivir un tipo diferente de vida: una vida sin aplazamientos. Éste es el significado de vivir momento a momento.
Olvídate del pasado. Ya no existe. Se ha ido muy lejos, ha desaparecido. Cargas innecesariamente con fantasmas. Ya no existen. El futuro no puede abrumarte. ¡Todavía no ha aparecido! Cuando llegue, ya te las verás con él. ¿Por qué haces planes sobre él ahora mismo? Nunca será de la manera que lo hayas planeado. Tus planes se convertirán en un problema mayor, porque cuando haces planes de antemano, tratas de imponer tu plan a la Existencia. Y la Existencia no va a seguirte. ¡Tú eres el que puede ir tras ella y sentirse agradecido! Pero la Existencia no puede seguirte; no lo sabes todo. Desconoces lo que el Todo desea, el destino del Todo. Y si haces tus planes en privado, se opondrán al Todo. Y serán destruidos. Entonces tu corazón estará roto.

Olvídate del pasado. Y no introduzcas el futuro. Este momento lo es todo. Si vives este momento con atención, entonces irás encarando cosas, cosas sencillas, y a medida que vayas resolviendo esas cosas sencillas, crecerás, y no habrá ningún gran problema.

...Lao Tse dice que para un gran hombre no existen los grandes problemas porque nunca deja que los problemas se vuelvan grandes. Siempre los afronta cuando son pequeños, cuando puede manejarlos. Entonces se puede hacer algo. Y cuando tratas con los problemas momento a momento, siempre te sientes fresco, ligero. Nunca acumulas polvo en tu ser. Te deslizas al instante siguiente, fresco, joven y virgen. Te deslizas hasta el momento siguiente como una serpiente se desliza fuera de su vieja piel. La vieja piel queda atrás y surge la fresca y joven piel.
Entonces la vida es un misterio y no un problema que resolver. Ha de ser vivida y vivida totalmente.
Entonces te sientes agradecido. Entonces ha sido una bendición".

Osho, Tao Los tres tesoros

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Iluminemos anclados al planeta...

 
 
Estamos viviendo la gran fiesta cósmica
 
Un especial momento estamos viviendo ahora, en estos precisos instantes, y es que muchas almas están aquí porque la Tierra ya no es simplemente un lugar para aprender de las experiencias sino que es el lugar para experimentar conscientemente la ascensión de este planeta, y eso, eso no se lo quiere perder nadie. Es la gran fiesta cósmica.
Lo que está sucediendo es que se están activando en cada uno de nosotros los bancos de memoria celular al resonar en una vibración lumínica mucho más elevada, y resonamos desde el corazón y resonamos con la Tierra, esta actitud es la que hace que trabajemos para desprendernos del viejo paradigma que no daba cabida a esta nueva conciencia, conciencia que no se puede describir con palabras pero que sí puede sentirse y experimentarse profundamente. Es ahora que podemos percibir toda la precipitación de luz en nuestros corazones y que trae paquetes de información de todas las dimensiones del universo para que nosotros con nuestra llave los descodifiquemos y hagamos lectura de ellos. Ahora ya no es momento de sentirnos extraños en esta tierra como nos hemos sentidos muchos , en muchas ocasiones añorando el hogar , las estrellas, nuestra procedencia, ahora la Tierra se ilumina con la misma luz de la que procedes/procedemos y más que nunca debemos sentirnos anclados al planeta, ahora ya sabes a que has venido, piensa… ahora ya no puedes sentirte más sin la fuerza interior que te sostiene , sin la luz, ya que ella inunda y baña cada corazón y a la vez el corazón de este bello planeta para que de nuevo y por fin sea.
Somos espejos de luz que podemos vibrar en altas frecuencias.
 
Luhema

martes, 25 de septiembre de 2012

Sendero a Uno Mismo



 


Autoconocimiento y duda

Yo no sabía que no me amaba, pues me daba todos los gustos, pero en realidad siempre eran para complacer a otra persona. No podía estar presente simplemente conmigo, era como correr detrás de una zanahoria ilusoria a la que jamás iba a poder alcanzar. Otro comportamiento permanente que tenía era el dudar de mí. Si alguien me decía algo, eso predominaba por sobre lo que mi voz interior pudiera decir. O la tenía en volumen muy bajo como para escucharla, o el que el otro me aprobara era más importante que lo que yo sintiera. 

Pero claro, llega un momento en que la vida te pone por delante situaciones en las que te tienes que ver. Y entonces comienzas a decidir a favor de ti mismo, a no abandonarte ya en los lugares que son obvios, como cosas que hacemos por miedo al rechazo, o cuando transigimos, o como en mi caso: el miedo al abandono. El pánico que yo tenía era a ser abandonada, ese era mi talón de Aquiles. Pero fue también el sendero por el cual tuve que transitar, cambiar y crecer. Y en general, es para todos así: aquello a lo que más tememos es nuestra gran oportunidad para trascender las limitaciones y los bloqueos, y florecer, conocernos, ser, en toda nuestra magnitud. 

Cuando comenzamos a expandir nuestra conciencia, su voz empieza a eclipsar las vacilaciones del intelecto. La mente solo puede percibir lo que está dentro de las limitaciones de la dualidad, de modo que cuando empezamos a vivir en unión, la mente se convierte en secundaria. Una vez que el corazón se hace cargo, la mente ya no tiene la sartén por el mango. Esto aterroriza a la mente, pues siente que se le escapa el control e intenta acallar la voz del amor-conciencia. 

Si no sientes alegría, no es la conciencia la que habla. 
¿Qué sucede cuando la mente suelta el control? Empiezas a estar presente, anclado en ti mismo, confiando en lo que viene desde un lugar de paz y alegría. Entonces la mente se convierte en tu sirviente en lugar de estar tú al servicio de sus dualidades y sus dudas. Esto asusta al intelecto y cuando vas acercándote a ese punto se vuelve frenético. En un último intento desesperado por el dominio, hará todo lo posible por manipular y mantenerte en un lugar de miedo. En esos momentos, solo recuerda: si no estás sintiendo alegría, no es amor-conciencia. Es fácil notar la diferencia: si sientes confusión, miedo, ansiedad o incertidumbre, estás atrapado en el intelecto. Una vez que identifiques esos sentimientos, detente y pregúntate a ti mismo: ¿en qué me quiero enfocar, en el miedo o en el amor? La respuesta a esta pregunta es muy simple y continuamente la misma: elige siempre el amor. 

La vida es simple, el amor es simple y la complejidad no hace más que alimentar al intelecto. 

Nunca me deja de sorprender cuánta importancia ponemos en la tradición. Pensamos que debido a que las generaciones anteriores hacían algo de una manera determinada, ese comportamiento es mas valioso, mas sagrado, mas justo. Sin embargo, solo tenemos que mirar nuestra vida personal para ver que los comportamientos repetitivos no son necesariamente beneficiosos. ¿Habría que defender los beneficios de fumar un cigarrillo solo porque lo hemos hecho durante muchos años? ¡Es tradicional! Este seguimiento ciego de la tradición es particularmente fascinante para mí respecto de la espiritualidad. 

Muchos de nosotros elegimos nuestras creencias sobre la base de lo que las generaciones anteriores han hecho. Sin embargo, la espiritualidad es el crecimiento, se trata de la evolución. Se trata de dejar ir lo que ha habido anteriormente y abrazar una nueva percepción de la realidad. Por otra parte, se trata de descubrir la verdad dentro de nosotros mismos y no de cumplir con el statu quo. Tal vez por eso tan pocos han llegado a la realización, hasta en nuestra búsqueda del significado de la vida preferimos seguir al rebaño. Aún cuando el corazón empieza a cuestionar aquello a lo que estamos acostumbrados, muchas veces optamos por tomar el camino ya conocido. Creo que la tradición nos hace sentir seguros. Le da autoridad y peso a nuestras convicciones. Pero las convicciones son un pobre sustituto de la experiencia. Cuando tienes una experiencia espiritual propia, no sentirás la necesidad de convencer a otros de tu punto de vista o demostrar la validez de tu descubrimiento interior. 

En la búsqueda espiritual, no elijas lo que te hace sentir cómodo o seguro. Busca afuera de la caja: dirígete hacia la incertidumbre. Solo yendo más allá de lo conocido encontrarás lo anhelado. Anímate a crear aquello que aún no has experimentado: tu ideal más elevado de ti mismo, desde el amor, desde la creatividad, desde el potencial no descubierto aún pero soñado. Ya hemos experimentado todas las diversas formas de autodestrucción, podemos ahora transitar y regocijarnos en los senderos de la auto-creación y conocimiento de ese territorio que no está en ningún mapa aún, que está virgen para ser explorado, transitado, descubierto, apreciado y disfrutado: UNO MISMO.
 
ISHA

lunes, 24 de septiembre de 2012

ESCUCHAR



Más allá del ruido las palabras
El escuchar es un arte que no se obtiene fácilmente, pero en él hay belleza y gran comprensión. Escuchamos con distintas intensidades de nuestro ser, pero nuestro escuchar es siempre con una idea preconcebida o desde un punto  de vista particular. No escuchamos simplemente; se interpone siempre la pantalla de nuestros propios pensamientos,  de nuestras conclusiones, de nuestros prejuicios [...]. Para escuchar tiene que haber quietud interna, una atención  relajada; hay que estar libre del esfuerzo de adquirir. Este estado alerta y, no obstante, pasivo, puede escuchar lo que  está más allá de la conclusión verbal. Las palabras confunden; son sólo medios exteriores de comunicación; pero  para comunicarnos más allá del ruido de las palabras, en el escuchar tiene que haber una pasividad alerta. Los que  aman pueden escuchar; pero es extremadamente raro encontrar a alguien que escuche. Casi todos vamos tras de  resultados, queremos alcanzar metas; estamos siempre venciendo y conquistando; en consecuencia, no escuchamos.  Sólo cuando uno escucha, oye la canción profunda de las palabras.

Escuchar sin el pensamiento
No sé si alguna vez ha escuchado a  un pájaro. Escuchar algo requiere que su mente esté quieta; no con una  quietud mística, sino simplemente quietud. Yo le estoy diciendo algo; para escucharme, usted tiene que estar quieto,  no tener toda clase de ideas zumbando en su mente. Cuando mira una flor mírela, no la nombre, no la clasifique, no diga que pertenece a tal especie; cuando hace todo esto, deja de mirarla. Por eso digo que escuchar es una de las  cosas más difíciles que hay: escuchar al comunista, al socialista, al diputado, al capitalista, a cualquiera, a su esposa,  a sus hijos, a su vecino, al conductor del autobús, al pájaro... simplemente, escuchar. Sólo cuando escucha sin la  idea, sin el pensamiento, está usted directamente en contacto; estando en contacto, sabrá si lo que él está diciendo es  verdadero o falso; no tendrá que discutir al respecto.
El escuchar trae consigo libertad
Cuando hacemos un esfuerzo para escuchar, ¿estamos escuchando? Ese esfuerzo mismo, ¿no es una distracción  que impide el escuchar? Cuando usted escucha algo que le causa deleite, ¿hace un esfuerzo? [...]. No podemos  percibir la verdad, ni ver lo falso como falso, mientras nuestra mente está ocupada, de cualquier forma que sea, con  el esfuerzo, la comparación, la justificación o la condena [...].
El escuchar es, en sí mismo, una acción completa; el puro acto de escuchar trae su propia libertad. Pero  ¿estamos realmente interesados en escuchar, en transformar nuestra confusión interna? Si usted escuchara... en el  sentido de estar alerta a sus conflictos y contradicciones, sin forzarlos dentro de ningún patrón particular de  pensamiento, tal vez estos conflictos y estas contradicciones podrían cesar por completo. Vea, estamos constantemente tratando de ser esto o aquello, de lograr un estado especial, de capturar una clase de experiencia y de  evitar otra, de modo tal que la mente está siempre ocupada con algo; jamás está quieta para escuchar el ruido de sus  propias luchas y dificultades. Sea sencillo... y no trate de llegar a ser alguna cosa o de capturar alguna experiencia.

Escuchar sin esfuerzo
Ahora me está usted escuchando; no hace un esfuerzo para prestar atención, sólo está escuchando; y si en lo que escucha hay verdad, hallará que dentro de usted ocurre un cambio notable, un cambio no premeditado ni ansiado;  tiene lugar una transformación, una revolución completa en la que rige sólo la verdad y no las creaciones de su  mente. Y, si me permite sugerirlo, usted debe escuchar de esa manera todo; no sólo  lo que estoy diciendo, sino  también lo que dicen otras personas, escuchar a los pájaros, el silbato de una locomotora, el ruido del autobús que  pasa. Encontrará que cuanto más lo escucha todo, mayor es el silencio, y ese silencio no es roto, entonces, por el  ruido. Sólo cuando ofrece resistencia a algo, cuando coloca una barrera entre usted mismo y aquello que no desea  escuchar, sólo entonces existe una lucha.

Escúchese a sí mismo
Usted tiene que escucharse a sí mismo y no al que le habla. Si escucha al que le habla, él se vuelve su líder, su método para comprender, lo cual es un horror, una abominación, ya que así ha establecido la  jerarquía de la autoridad. Por lo tanto, lo que usted hace aquí es escucharse a sí mismo. Está mirando el cuadro que  pinta el que le habla; ése es su propio cuadro, no el de él. Si eso está bien claro, que usted se está mirando a sí  mismo, entonces puede que diga: «Bien, me veo tal como soy, y no quiero hacer nada al respecto», y ahí se termina la cosa. Pero si dice: «Me veo tal como soy, y tiene que haber un cambio», entonces comienza a elaborar su propia  comprensión, lo cual es por completo diferente de aplicar lo que dice el que le habla [...]. Si, en cambio, mientras uno  está hablando usted se escucha a sí mismo, gracias a ese escuchar hay claridad, hay sensibilidad; ese escuchar hace  que la mente se sane, se fortalezca. Sin obedecer ni resistir, se torna despierta, intensa. Únicamente un ser humano así puede dar origen a una nueva generación, a un mundo nuevo.


J. Krishnamurti


viernes, 21 de septiembre de 2012

El amor...el camino


El benefactor llama a la puerta, pero el que ama la encuentra abierta.
Rabindranath Tagore 

Cuando tú encuentres el camino, otros te encontrarán a ti.
Al pasar por el camino serán atraídos hasta tu puerta
Y el camino que no pueda oírse, resonará en tu voz
Y el camino que no pueda verse, se reflejará en tus ojos

Tao Te Ching

miércoles, 19 de septiembre de 2012

No eliminemos las alternativas



Fanatismo

La palabra fanático deriva del latín fanaticus, que significa exaltado. Y en su Diccionario del Uso del Español, la gran filóloga María Moliner lo define como “partidario exaltado e intolerante de alguna creencia”. 
 Quien está exaltado no se encuentra en las mejores condiciones para pensar y discernir y tampoco tiene claridad sobre sus propios sentimientos. Como el sol calcinante del mediodía, la exaltación suprime los matices, borra los detalles, destiñe los colores, aplana los volúmenes, distorsiona las formas. Bajo ese sol (tan distinto del que asoma al amanecer o del que declina en el crepúsculo, ambos facilitadores de todo aquello que el otro sol niega), se pierde la riqueza de la diversidad y la posibilidad de la contemplación enriquecedora. En eso se basa el fanatismo, en la eliminación de las alternativas, en la imposición de una opción única y excluyente. 
Decía el filósofo alemán Theodor Adorno que para el fanático el hecho de que otro tome la palabra y exprese una opinión o un gusto diferente “es como una interrupción desvergonzada”. 
 Se podría decir que “soy fanático de…” es sólo una manera de hablar. Sin duda, lo es. Pero ocurre que nuestras palabras y nuestros pensamientos tienen ligazones más directas y más profundas de las que solemos creer, advertir o aceptar. La palabra ordena y expresa el pensamiento. Palabras desordenadas suelen reflejar pensamientos desordenados. Frases inconclusas, remiten a pensamientos inacabados. La pobreza de vocabulario corre pareja con la escasez de ideas. Y las expresiones fanáticas indican pensamientos fanáticos. 
     Al cerrar opciones, al enaltecer y sobrevalorar una única posibilidad, el fanatismo induce a la pereza mental y, sobre todo, le cierra las puertas a la duda. La duda, por cierto, intranquiliza, pero es un maravilloso estímulo para la exploración, para la búsqueda, para la experimentación para el descubrimiento de nuevos horizontes. Los grandes descubrimientos de cualquier orden (esos que son privativos de la condición humana) han partido de dudas, de preguntas que impulsaban a la búsqueda de opciones. 

El fanático se queda con su verdad y no quiere saber más, no acepta que haya otras miradas, teme que la sola posibilidad de otra opinión le quite el frágil piso sobre el que está parado. Al no dudar, no arriesga, al no arriesgar se cree libre de responsabilidad. El fanático entrega su destino a los dictados de otro o de otros. Al dictado de un líder (político, religioso, deportivo, musical), a los mandatos de una moda, a los imperativos de una pandilla (o patota, o barra brava, o grupo) integrada por otros como él, o a las arengas de cualquiera que le garantice aceptación sin cuestionamientos. 
    
 Hay fanatismos livianos, que parecen incluso simpáticos o graciosos (“soy fanático de los Simpson, de la adrenalina, del helado de dulce de leche, etc.”) y hay otros trágicos, que han devenido en genocidios, en persecuciones, en discriminación. Los unos y los otros están vigentes, vivimos en un mundo en el cual el fanatismo es una lamentable realidad cotidiana. Quizá cada uno de nosotros tiene algo que hacer al respecto. Por ejemplo, ampliar su mirada, incluir la mayor cantidad de opciones en su vida, no cerrarse a lo diverso. 
El fanático no es libre, ha quedado atrapado en una única “verdad”. Y la libertad consiste, precisamente, en nuestra facultad de elegir y de hacernos cargo de nuestra elección. ¿Cuándo elegimos? Cuando hay varias alternativas y posibilidades. Cuando no hay fanatismo. 
    Dice la pensadora y psicoterapeuta alemana Elisabeth Lukas (El sentido del momento) que a cada uno de nosotros la vida nos hace esta pregunta: “¿Qué harás conmigo, qué sentido me darás?”. La respuesta exige compromiso y responsabilidad. Y no hay dos respuestas iguales porque no hay dos vidas iguales. El origen del fanatismo está en la negación a hacerse cargo de esta respuesta. El fanatismo elimina la responsabilidad individual y combate la individualidad de los otros. No admite preguntas.
 

Sergio Sinay
  
  

martes, 18 de septiembre de 2012

Amigo!



En la dulzura de la amistad...
Nuestro amigo es la respuesta a nuestras necesidades. Él es el campo donde se siembra con amor y se cosecha con agradecimiento. El es nuestra mesa y el fuego de nuestro hogar. Nos acercamos a él con nuestra hambre, y le buscamos sedientos de paz. Cuando nuestro amigo manifieste su pensamiento, no temamos al "no" , ni retengamos el "sí".Y cuando él permanezca en silencio, nuestro corazón no debe dejar de oír su corazón. Porque en la amistad, todos los pensamientos, todos los deseos, todas las esperanzas nacen y se comparten en espontánea alegría. Cuando nos alejemos de un amigo, no debemos sentir dolor,porque lo que más amamos en él quizá esta más claro en su ausencia, igual que la montaña es más clara desde el llano para el que quiere subirla.Y no se debe permitir que haya en la amistad otro interés que el ahondamiento del espíritu. Porque el amor que no busca más que la revelación de su propio misterio no es amor,sino una red tendida que sólo recoge lo inútil. Dejen que lo mejor de nosotros sea para nuestro amigo. Si ha de conocer el flujo de nuestra marea,el menguante, que también conozca su reflujo y su creciente Porque, ¿qué amigo sería aquel que se tuviera que buscar para matar las horas? Buscamos a nuestros amigos para vivir las horas. Porque los amigos existen para colmar nuestra necesidad, no nuestro vacío. 
En la dulzura de la amistad debe flotar la risa y los placeres compartidos. Porque en el rocío de las cosas pequeñas, el corazón encuentra su alborada , su mañana y se refresca.

kHALIL GIBRAN 

lunes, 17 de septiembre de 2012

Sabores


Un idealista es un hombre que, partiendo de que una rosa huele mejor que una col, deduce que una sopa de rosas tendría también mejor sabor 

Ernest Hemingway



El sabor dulce en Medicina Ayurvédica 

La Medicina Ayurvédica, una de las más antiguas y estructuradas del mundo, considera el sabor como un elemento importante no solo desde el punto de vista de la satisfacción del paladar, sino también en el campo terapéutico. Hay un total de 6 sabores y la mayoría de alimentos son una combinación de ellos. Los 6 sabores son: -Dulce. -Agrio. -Salado. -Picante. -Ácido. -Astringente.


Cada sabor tiene unas características químicas, unas propiedades fisiológicas y bioenergéticas, además de producir cambios en la actividad cerebral y en la mente. Cada sabor es el resultado de una red compleja de agentes químicos. Es un error creer que el sabor no tiene ninguna importancia para la salud. Aunque el sabor  produce la sensación de satisfacción al comer, sus efectos van mucho más allá, no siempre perceptibles a primera impresión. El órgano mas influenciado por los sabores es el cerebro. Los cambios químico-cerebrales empiezan cuando el sabor entra en contacto con la lengua. La información es transmitida al cerebro por vía de las papilas gustativas, pues cada región de la lengua tiene células especializadas en la captación particular de un determinado sabor. La ciencia actual ha determinado que la lengua está dividida en 6 regiones gustativas específicas, pues cada región tiene unas papilas gustativas especializadas en la captación y transcripción específica de un sabor. La fisiología cerebral del sabor es demasiado compleja, y de hecho, el cerebro tiene como almacenado un banco de sabores en sus códigos neuronales. Por esta razón, hay una estrecha conexión entre sabores y emociones, entre sabores y nuestro nivel de satisfacción al comer, entre los sabores y nuestras preferencias por unos alimentos u otros. Desgraciadamente, la medicina alopática no tiene en cuenta los sabores, no les atribuye valor alguno. 
  • ¿Sabías que la combinación de sabores en un mismo plato condiciona en gran manera tus procesos fisiológicos?
  • ¿Sabías que una dieta equilibrada debe tener en cuenta la presencia de los 6 sabores, en función de los biotipos?
  • ¿Sabías que el exceso o la deficiencia de un sabor pueden causar desequilibrio orgánico?
  • ¿Sabías que la diabetes es el resultado del exceso del sabor dulce en la sangre?
  • ¿Sabias que la apetencia por determinado sabor puede indicar el estado emocional?
  • ¿Sabias que los sabores pueden curar o enfermar?
  • ¿Sabias que el sabor dulce es el más consumido, el más vitalizante, pero también el más problemático, pues alimenta las enfermedades?
La Medicina milenaria Ayurvédica ya estableció la relación entre los 6 sabores y el equilibrio cuerpo-mente. Particularmente, al sabor dulce se le reconoció su importancia debido al porcentaje de este en la dieta humana en general. Es el sabor más abundante en la dieta habitual. Tanto los textos como nuevos de la literatura Ayurvédica, así como evaluaciones científicas recientes, reconocen que el efecto del uso excesivo de cualquier sabor tiene consecuencias negativas sobre la salud. Un uso excesivo de ácidos produce acidez y alteración del pH corporal. Un uso excesivo del amargo puede producir intoxicación hepática. Un uso excesivo del dulce produce diabetes. Un uso excesivo del astringente puede producir estreñimiento. Un uso excesivo del salado puede producir hipertensión. El sabor dulce, siendo el más estudiado, tiene amplia información. De todos los sabores, el dulce aparece el más abundante en la naturaleza y el más adictivo...

Dr. Apollinaire Dschoutezo.
Profesor pionero de Medicina Ayurvédica en España.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Desbloquear la mente, abrir el corazón

“Un día lo interior y lo exterior se encontrarán en uno y tú despertarás,
como el sueño de un nuevo mundo guardarás lo que has alcanzado por ti mismo, sin poder transmitirlo a nadie”. Wu-men-kuan.
 
El Karma
Siguiendo las enseñanzas budistas, es importante  mencionar el concepto de la ley del karma -la ley de causa y efecto-. El karma es uno de los principios del budismo, que entiende que nuestra existencia está marcada tanto por las acciones de la vida presente como por los actos realizados en vidas pasadas (rueda de reencarnaciones). Independientemente de la creencia en la reencarnación, es esencial tomar conciencia de que nuestro futuro lo labramos con cada acción que desarrollamos en el presente y que cualquier acción tiene su efecto, una acción conlleva una respuesta. No se trata tanto de lo que hacemos sino de la manera como lo hacemos que tendrá una repercusión en nuestro futuro. Es decir, no buscamos realizar acciones buenas para obtener buen karma sino precisamente realizar las acciones sin tener en cuenta los frutos de dicha acción. La ley del karma nos enseña a asumir la responsabilidad de nuestra propia vida, ya que a los actos que realizamos les siguen unos determinados resultados, con lo que nos hace más conscientes de la responsabilidad sobre nuestras acciones, nuestras palabras y nuestras propias decisiones.

La meditación nos permite comprender que nuestra cualidad mental determina nuestra realidad presente, que la vida depende del color del cristal con que se mire, que nuestra actitud ante los hechos de la vida es de suma importancia ya que afectará al resultado de nuestras acciones. Al mismo tiempo al meditar podemos tomar conciencia también de las huellas que nuestras acciones del pasado han dejado en nuestra mente, nuestro pasado reaparece para poder ser observado desde la distancia.
Y, por otra parte la ley del karma nos muestra que nada es permanente, que nada escapa al cambio. Todo cambia constantemente con lo que también cambiará la realidad de nuestros apegos. Esta realidad nos enseña a ser flexibles ante este cambio constante y a verlo como una oportunidad para la propia transformación.
Nos agarramos intensamente a aquello que creemos que nos produce la felicidad, pero al comprender que todo está sujeto al cambio nos será más fácil soltar, dejar que la vida fluya como un río sin sujetarnos o querer –por la no aceptación del cambio- nadar a contracorriente.

Este encadenamiento a la ignorancia, al apego y al rechazo nos hace permanecer en el estado de “samsara”, que como ya hemos comentado anteriormente es el ciclo de existencias sujetas a la dualidad. Existen tres puertas por donde se fija o se libera el “samsara”, son el cuerpo (las acciones físicas), la palabra (las acciones verbales –no debemos olvidar el poder de la palabra) y la mente (los procesos mentales). En budismo se denomina a la felicidad del “samsara” la felicidad intermitente. No es ilícito buscar la felicidad ya que está en la esencia del ser humano buscarla, pero el problema o el error es que ponemos el acento en aquello que nos falta y esto genera más insatisfacción. Entendemos la felicidad como sinónimo de placer, de conseguir aquello que anhelamos, pero cuando buscamos con un objetivo todo lo demás que creemos que no forma parte de nuestra meta o deseo se convierte en obstáculo. Es importante tener una dirección pero incorporando estos obstáculos como parte del recorrido. Para poder llevar a término esta incorporación es necesario practicar la compasión y el amor (sin confundirlo como una aceptación pasiva, como una resignación) y al mismo tiempo recordarnos que a veces buscando la gran felicidad nos perdemos las pequeñas felicidades, el sentirse viviendo el instante presente.
La no-dualidad es en realidad la auténtica naturaleza de nuestra mente, nuestra esencia es no dual, pero los obstáculos nos impiden conocerla. El proceso de purificación de estos obstáculos incluye trabajar con las características de la propia naturaleza de la mente, es decir, la capacidad de reconocimiento y de desbloqueo, capacidad que debe partir de abrir nuestro corazón. Por otra parte existen unas condiciones que se deben reunir para poder empezar a avanzar en el camino espiritual. Dichas condiciones (que no todo el mundo por desgracia puede reunir) son:
-suficiente grado de sufrimiento como para tener renuncia.
-suficiente grado de felicidad como para tener lucidez y estado de bienestar.
-confianza en el camino hacia el despertar.
-ganas de recorrer ese camino.
Sílvia Palau Pujols
 







miércoles, 12 de septiembre de 2012

Vivimos mientras soñamos...

 Correcto despertar

Existe un momento de percepción muy breve, un instante en el que percibimos que estamos despertando y en el que recapitulamos lo ocurrido durante la noche. Es en ese momento en el que necesitamos tener cuidado para no permitir la entrada de preocupaciones ni del programa para el nuevo día. Tratemos en ese instante de permanecer inmóviles y sin pensamientos. Conseguido el silencio, percibiremos el despertar del cuerpo y tendremos cuidado de no moverlo, principalmente no mover la cabeza. Un simple movimiento de la cabeza puede alterar todo el cuadro del sueño. Si algún sueño tuviera que llegar a la memoria, podrá llegar en ese momento especial, si recordamos apenas un trecho, basta tenerlo presente para que otros surjan poco a poco. Hay casos en que, después de un despertar tranquilo, el sueño llega a la memoria completo y no es necesario recapitularlo. Aun así debemos continuar quietos, con todos los cuidados previstos. Cuando el sueño llegue a la memoria, lo anotaremos antes de pasar al recuerdo de otro que pueda haber ocurrido en la misma noche.
Después de una noche creativa, estaremos transformados, principalmente si el sueño profundo fue provechoso. Hay quienes tienen excelentes ideas al despertar. Para esto se recomienda que antes de adormecer vean con claridad el asunto a ser resuelto y que lo entreguen a la supraconsciencia. Al enviarlo a lo más profundo del ser, y sin pensar más en él, la solución podrá imprimirse en el cerebro físico en el momento de despertar.
En caso de que el sueño sea interrumpido por el movimiento de alguien próximo o por un despertador, la consciencia tiene que volver súbitamente al cuerpo, lo que puede eliminar la posibilidad de que la persona recuerde lo que pasó durante el sueño. Los que usan despertador ignoran que el cuerpo físico tiene consciencia propia. Como está siempre activa, basta pedirle que despierte al cuerpo físico en determinado horario, y ella responderá.
Aunque adoptemos todas estas actitudes positivas, conviene recordar que el desarrollo de los acontecimientos en los niveles internos, durante el sueño del cuerpo físico, escapa a nuestro control –excepto que sea el caso del sueño común, normal, producido por el deseo, sueño que incluso puede ser dirigido, si estuviéramos bien entrenados.

Adaptado del libro "También Vivimos Mientras Soñamos" - Trigueirinho
 
 
Sueño amanecer


Tengo sueños de un amanecer nuevo
un atardecer con retorno hacia el este
soy ave viajera posando en el viento,
busco una estrella que dore mis alas,
ilumine el camino de mis deseos.
Un pájaro que silbe en azul y aire gitano
de pecho cobrizo , alado avellano,
que habite un nido turquesa
de ramaje estampado y tronco esmeralda,
enredando madreselvas y trenzas de azahares;

que despliegue en la brisa y dance en el cielo
bese mis trinos ,me desplume en desvelos,
acompañe la soledad que mora en mi desierto,
duerma en el ocaso su canto sonoro
endulce mi vida asombrando en mis besos
su mirada deslumbre, como diamante negro
anuncie cuando el sol eleva ,pero calle mis secretos.
No quiero un pájaro espino, que canta
mientras reclina y se hiere en el verde
desmayando doliente,que trina y se muere
sólo que sea manantial de bellas melodías
caudaloso en su arrullo,remanso de mi silencio.
  Elenlackner.

martes, 11 de septiembre de 2012

La Alegría y el aura


 
LA ALEGRIA Y SU MANIFESTACION EN EL AURA
SONRÍAN!!
La alegría se manifiesta sobre el cuerpo físico, las emociones y el pensamiento. La falta de ella hace que una persona sea perezosa y reacia a esforzarse y trabajar, también la puede hacer arrogante, además de hacerlas persona mal humoradas.
Ahorramos energía, salud y dinero no cayendo en la depresión, la ira, el odio y la irritación, sino conservando nuestra alegría, paciencia y serenidad.
Cuando ves una flor y sientes alegría, dices: ¡Es realmente bella!... después apartas tu rostro para hacer otra cosa , pero si miras más tiempo y ves la forma de los pétalos y los colores de esa flor, y hueles su fragancia... puedes tener ocasión de experimentaren ti el efecto de la alegría.
Detenernos por un momento y disfrutar de la naturaleza, es observarla y sentirla desde nuestro interior, por ejemplo, ver los árboles y descubrir la vida que existe en ellos, los pájaros escucharlos y descubrir el canto de uno o varios, al hacer esto nos conectamos con la alegría también.
Dejemos de correr tanto y veremos que las soluciones a nuestros problemas están mas cerca de lo que creemos.
Cuando nos permitimos experimentar la alegría nos proporciona un cuerpo sano, pensamientos, emociones, planes y metas armoniosas.
Tenemos muchísima alegría en nuestro ser, pero no la disfrutamos a causa de nuestra prisa.
Cualquier alegría que no asimilemos o disfrutemos. Cualquier alegría a la que determinados pensamiento o personas, o el entorno, golpeen y ataquen, se cristaliza y bloquea nuestra aura. Cuando los bloqueos de esa índole aumentan, eludimos todo cuanto pueda suscitar alegría que provenga de nuestro Centro.
La alegría debería ser en nuestra aura una corriente activa o una onda circulatoria. Esa onda es causa de salud, felicidad, energía, optimismo y entusiasmo.
Si permitimos que fluya, sin bloquearla o cristalizarla evitaremos diversos problemas. La tristeza, el pesar y la depresión suelen ser resultado de la alegría que esta bloqueada o aprisionada en nuestro organismo.
Tal vez conozcamos a alguien que sufrió la muerte o la perdida de un ser querido y haya entrado en una profunda depresión y apatía, durante mucho tiempo. Cuando la alegría se congela, suele helar también el corazón y la conciencia, por supuesto que hay medidas que podemos tomar para combatir esos momentos en los que se te va la alegría.
  • Cuando estemos alegres, aferrémonos a la alegría, degustémosla, inhalémosla y procuremos que desemboque en nuestra aura en nuestros nervios, valiéndonos de nuestra energía de la conciencia, o sea seamos consientes de esto. (paremos)
  • Observar y contemplar la puesta del sol, con júbilo y adoración total. descubrir los rayos del sol y toda su sinfonía de formas y colores y permitirnos compenetrarnos en todo esto durante un buen rato es sentir la alegría de estar vivo y disfrutar ese momento
  • Cuando experimentemos alegría, tratemos de que por lo menos durante unas pocas horas, ese sentimiento nuestro persista, permaneciendo en esa ola de energía. Un minuto de alegría puede encender en nosotros todas las luces y convertirnos en una persona exitosa, bella y atractiva, incluso durante un buen tiempo.

  • Ahora bien pongámonos a pensar cuando podemos encontrar la alegría.
    Por ejemplo cuando comemos, no traguemos, degustemos con la alegría de que nos alimenta y nutre, saboreemos y disfrutemos del placer de sentir los sabores.
    Esto mismo ocurre con todo lo que queremos disfrutar. Tomémonos el tiempo no nos apresuremos... El momento de la alegría es sagrado, pues propicia la transformación.
    Esta emoción crea una química especial en nuestra aura y en nuestro cuerpo mental, astral y etérico, magnetizándolos en relación con las corrientes de las inspiraciones superiores provenientes de nuestra Alma de tus maestros o fuentes o centros de sabiduría mas elevados.
    Asimismo, esa atmósfera magnética nos permite traducir correcta y creativamente las corrientes de inspiración.
    Las fuerzas de la abundancia son las que hacen fluír las cosas en tu dirección. Una persona alegre ve cómo los libros, el dinero, la tierra y muchos otros objetos que ella necesita fluyen en su dirección, porque las fuerzas de la abundancia saben que esa persona los usará para el Bien Común y para servir a la humanidad. porque una persona con alegría no busca la maldad ni la envidia o el odio o cualquiera de los pecados capitales ya que todo eso cristaliza su energía mancha su aura y la daña quitándole la alegría. entonces ella quiere estar bien y por ende hacer bien.
    La abundancia y la alegría se hallan estrechamente relacionadas entre sí. Una persona alegre disfruta de las cosas que posee, sin embargo, todos los bienes materiales que una persona triste posee, son para ella como una cárcel, pues son el origen de su desdicha o, lo que es peor de todo, la causa de su destrucción espiritual y moral.
    La alegría atrae a las fuerzas de la armonía. La gente coopera voluntariamente con una persona alegre.
    La alegría produce vitalidad no sólo en nuestro cuerpo sino también en nuestros pensamientos, emociones, acciones y expresiones, nos colmamos de vitalidad y nos convertimos en una fuente de vitalidad en nuestro entorno. Trasmitimos energías que nutren, elevan, curan o fortalecen a quienes nos rodean. La alegría es la fuente de la vitalidad y la causa principal de la resistencia de nuestro sistema inmunológico. Cuando uno desea y es alegre aprende a desarrollar la paciencia, la perseverancia, la resistencia y ánimo inmutable.
    La paciencia es el resultado de la alegría. La paciencia sin alegría incendia todos nuestros centros y crea enojo. La alegría es paciente.
    La perseverancia es el resultado de la alegría, ya que vitaliza tu espíritu y despeja tu senda. La perseverancia con alegría es un proceso de trasformación de ti mismo según la imagen que tú mismo idealizas.
    La resistencia es dolor y sufrimiento, si no es inspirada por la alegría. La alegría hace que soportemos rigores y circunstancias difíciles, ya que te demuestra lo que tú puedes hacer y ser.
    La alegría anima en tal proporción tus vehículos, que puedes resistir cualquier ataque y soportar grandes esfuerzos y presiones hasta que alcances tu meta.
    La alegría no te interna en desiertos, sino que te incita a trabajar y vivir en un mundo en el que hay problemas, dificultades y peligros. Te impulsa a cumplir con tu deber y te induce a trabajar , en todos los lugares posibles, para repartir alegría, tal como repartirías comida a quienes tienen hambre y agua a quienes tienen sed.
    Si podemos mantenernos alegre largo tiempo, podremos ver como muchas piedras preciosas perdidas en vidas pasadas, caerán a nuestros pies cuando mayor sea tu necesidad. La vida acumula todos nuestros diamantes a fin de devolvernos en los momentos en que podamos usarlos constructivamente.
     
    Tenemos herramientas: La Risa y la sonrisa
    Si observamos las personas alegres son magnéticas, exitosas, felices, creativas, sanas.
    Podemos decir que la alegría es un estado de ánimo positivo que produce en nuestro cuerpo distintas respuestas fisiológicas que ayudan a combatir y hasta prevenir las enfermedades.
    Es una actitud frente a la vida,  ya que la alegría logra modificar todo nuestro entorno. Cuando uno esta alegre se producen manifestaciones físicas como la sonrisa y la risa.
    La risa es la manifestación de un sentimiento de la alegría que se produce al contraer ciertos músculos del rostro y que va acompañada por una espiración espasmódica y ruidosa.
    Cuando reímos inhalamos profundamente, dejando después salir el aire con exhalaciones cortas y bruscas: Ja-ja-ja.
    Podríamos decir que la risa es un canal que nos permite eliminar las emociones excesivas. Tiene como función suministrar energía al cuerpo poniéndola en tensión para entrar en acción. Al reír la tensión explota súbitamente, la emoción se debilita y permite la salida del exceso de emociones adrenérgeticas defensivo agresivas.
    El exceso de emociones no puede ser eliminado mediante una actividad muscular voluntaria tan solo puede ser consumando en proceso internos (viscerales y glandulares.)
     
    Cuando la glándula pituitaria recibe el estímulo o impulso generado por nuestra sonrisa o risa, reacciona liberando unas hormonas llamadas Endorfinas, las que producen, al ser liberadas, una sensación de bienestar generalizado además de ser analgésico natural y aumentar las defensas en nuestro organismo.
    La risa aumenta el numero de endorfinas, que a su vez relajan las arterias, aceleran el pulso y rebajan la presión mejorando la circulación y beneficiando también la reacción inmunológica.
    Si practicamos aunque forzadamente al principio la sonrisa o la risa estaremos obteniendo todos estos beneficios.
    Si a esto le sumamos un cambio de actitud mental a través del trabajo sobre emociones positivas como la alegría o lenguaje positivo iremos mejorando día a día hasta lograr el habito natural de estar alegres.
    La sonrisa cambia el tono de voz y la imagen se torna agradable. Una sonrisa nos conduce al optimismo y crea en nosotros una disposición de ánimo que hace imposible toda irritación o impaciencia.
    Los ojos de una persona que ríe destellan, las esquinas se arrugan, pero tanto el entrecejo como las mejillas se mantienen tirantes y lisos, los labios se separan y las comisuras de la boca se elevan, lo que da al rostro una expresión radiante.
    Todos tenemos muchos momentos de alegría en nuestra vida, pero sepultados por el dolor y el sufrimiento. Podríamos tratar de llegar hasta ellos, encontrarlos y traerlos a la superficie.
    No hay alegrías grandes y pequeñas, todas las alegrías son la misma alegría, pero la diferencia radica en la intensidad con que las sentimos y la profundidad con que las registramos.

     por: Katia González
    http://www.clavedevida.com.ar

    BLIBLIOGRAFIA CONSULTADA:
    - Cuadernillo de La Abundancia y la Autoestima (Clave de Vida)
    - Alegría y Curación (Torkom Saraydarian Editoial Kier)
    - La Risa y la Salud (wwwsinectis.com.ar/u/risaysalud)
     

    domingo, 9 de septiembre de 2012

    Estar en calma y abierto al Amor


    Entrevista a Ramiro Calle: Sobre el Bienestar


    Fundación Ananta: Se habla del estado de bienestar…

    Ramiro Calle: Estamos en una sociedad convulsa, peligrosa, basada en subvalores. Varios millones de personas padecen ansiedad en mayor o menor grado, otros tantos sufren melancolía o depresión; varios millones tienen que recurrir constantemente a terapias, oficiales o alternativas, por toda suerte de trastornos psicosomáticos, insomnio, gastritis…Y cientos de miles tienen que darse de baja en el trabajo por estrés, depresión, angustia o crisis pánicas de ansiedad. 

    Es una auténtica paradoja hablar de un estado del bienestar. Me pregunto qué tipo de bienestar es estar psíquicamente agitados, llenos de bloqueos, de autodefensas narcisistas; donde no hay una genuina afectividad, cordialidad y apertura amorosa, sino reacciones hostiles y agresivas. Si eso es el estado del bienestar, indudablemente nuestra cota era realmente pobre. 

    No hay más dicha que la paz interior: una persona está realmente bien, tiene salud integral, cuando empieza a disfrutar de paz interior. La calma de la mente y la paz interior es un tesoro formidable, prodigioso. 
    Nos damos cuenta de que solamente consiguiendo metas y objetivos en el mundo exterior no podemos ser interiormente más dichosos, ni más estables, ni gozar del verdadero bienestar. 

    FA: ¿Qué es el sosiego? ¿Lo conocemos? ¿Lo disfrutamos alguna vez? 

    RC: En la mente se generan todos los problemas, incluida la guerra, la violencia, la agresividad... La mente puede ser un estercolero o un jardín, depende de nuestro entrenamiento mental. La misma mente que encadena es la que libera; la que genera tantos pensamientos negativos, puede generar y esparcir por todo el mundo pensamientos positivos… la mente es el mundo; si no somos capaces de cambiar la mente es imposible que cambiemos la sociedad… Si algo urge es empezar a cambiar la mente. 

    Si viniera el ser humano de hace dos mil años, se quedaría realmente espantado de comprobar todo lo que hemos avanzado en técnica sin haber mejorado nada en nuestra calidad de vida psíquica. Si no cambiamos la mente, seguirá habiendo confusión, desorden, desequilibrio, odio, irritabilidad, celos, envidia, seguiremos con todas esas ataduras y trabas de la mente. 

    En una ocasión le preguntaron a un maestro qué es lo único que haría cambiar el mundo, y el dijo: una mente clara y un corazón tierno. Para eso practicamos la meditación, para eliminar todos los bloqueos y tendencias negativas e ir fomentando las tendencias positivas. 

    FA: ¿Cuál es el efecto del pensamiento positivo? 

    RC: Si cien personas piensan positivamente, otras cien pensarán positivamente, pero si cien personas piensan negativamente, mil personas pensarán negativamente. Ese es el poder de la mente negativa. 

    En esta sociedad, sin duda, hay muchísimas más personas bondadosas que personas perversas, pero parece ser que las malévolas se organizan mucho mejor que las benevolentes. Es necesario empezar a modificar las estructuras básicas de la mente. Y eso se consigue con sosiego, con quietud, centrándose uno en el propio universo interno. 

    FA: ¿Cómo podemos entrenarnos para alcanzar esa quietud? 

    RC: Es muy importante aprender a estar sin más. No estar para esto ni para aquello…, aprender a que la mente, que es como aguas turbias, se vuelva poco a poco pura y cristalina; a centrarme en mí mismo durante diez minutos; a conectar con la esencia de mi ser y a desarrollar lo mejor de mí mismo.

    La mente es muy misteriosa, nada es tan misterioso como la mente. Es curioso: todo en tu cuerpo funciona de manera natural sin que estés atento, mientras que la mente que no se ejercita nunca está satisfecha, porque nunca está en el aquí y ahora, sino en el antes, el después, en lo que pudo ser o en lo que tendrá que ser; en las memorias negativas y en las expectativas de futuro que nos crean ansiedad. 

    Un gran místico comparó la mente con una casa con un millón de puertas: cuando no tiene problemas reales, busca problemas imaginarios y luego, soluciones imaginarias. Y Santa Teresa de Jesús la llama “la loca de la casa”. 
    Los pensamientos nos piensan y nos hacen ser como una hoja a merced de los vendavales y de los fantasmas. La mente es muy buena sierva pero muy mala ama. Si no aprendemos a poner la mente bajo control, a limpiarla y ordenarla, se llena de insatisfacción, ofuscación y desorden y, de ahí, la hostilidad y la aversión. La mente se puede empezar a usar como instrumento nuevo al uso para que nos ponga alas de libertad. Los sabios de oriente decían que no hay nada más grave que una mente ingobernada. 

    FA: ¿Es el yoga un instrumento útil para esos objetivos? 

    RC: “Yoga” -“yugo”- es aprender a poner la mente bajo control, subyugarla bajo el yugo de la voluntad y de la inteligencia primordial. Si no somos capaces de trabajar sobre la mente, no tendremos sosiego. La mayoría de las personas creen que pueden encontrar la dicha en el exterior. Ese es uno de los más graves engaños de la sociedad. He pedido a los editores sacar un libro que se llame “Las trampas de la sociedad”. Nos hemos dejado todos engañar por esas artimañas y esos trucos de la sociedad. Nos han dicho que podemos encontrar dicha, salud, bienestar y sosiego solamente buscando en el exterior y eso es imposible. 

    FA: ¿Tenemos referencias de eso mismo en nuestra cultura occidental? 

    RC: Sin duda. Eso es algo universal. La parábola del Hijo pródigo –que apareció igual quinientos años antes en el hinduismo- quiere decir que un día nos damos cuenta de que en el mundo exterior no podemos encontrar la dicha que esperábamos y tenemos que volver al hogar, a nuestro hogar mental, a nosotros mismos, y tenemos que reconciliarnos con el padre que es nuestra naturaleza real y nuestro yo auténtico, que nada tiene que ver con el yo social, con la dura máscara de la personalidad, ni con nuestras apariencias. 

    En el mundo exterior podemos encontrar diversión, estímulos…pero no dicha ni sosiego. El placer es ya la antesala del sufrimiento. En el mundo exterior todo es apariencia, todo es contingente, es imposible hallar una experiencia profunda y permanente de paz donde todo es contingente. Fuera hay eventos, situaciones, circunstancias, relaciones, amores, encuentros, desencuentros… pero todo es impermanente. Está muy bien buscar metas en el mundo exterior, buscar aumentar nuestra calidad de vida, pero si no nos ocupamos de nosotros mismos, si no cuidamos de nuestra calidad de vida interna, cada día nos vamos disociando más de nosotros. Nos vamos alejando, divorciando de nuestro propio ser que finalmente sufre una quiebra y nos exige un alto coste psíquico. Es lo que da lugar al “triunfador fracasado”, aquél que ha trabajado tanto para su yo social que ha perdido su yo real. La calidad de vida interna redunda en beneficio propio y de los demás. 

    FA: ¿No se puede entender la meditación como una actividad egoísta? 

    RC: Lejos de ser algo egoísta, es la mejor contribución que podemos hacer a los demás y al planeta. Porque si tú estás lleno de odio, de celos, de envidia, irradiarás eso, pudiendo transmitir regalos tan preciados como compasión, cariño, lucidez… Es muy importante cuidarse. Hay un gran culto al cuerpo y sería muy importante darse cuenta de que somos una unidad psicosomática y que para cuidar el cuerpo hay también que cuidar la mente. 

    FA: ¿Y tiene efectos reales en la vida “exterior”? 

    RC: Desde luego. Cuando hablamos de sosiego en esta sociedad convulsa no solo es sentarte, no solo es reencontrarte, es poder mantener en la vida diaria ese aplomo, ese equilibrio, Buda pedía a sus discípulos ser sosegados “en el desasosiego” y a mantener la paz “entre los que ansían”. 

    Dedicar veinte minutos todos los días a conectar con nosotros mismos nos traería la calma entre los intranquilos y la firmeza entre los que desequilibran. El sosiego beneficia todo el tiempo y permite, con esa experiencia de paz interior, crear unas relaciones más armónicas con los demás, con menos conflicto y división y, sobre todo, una afectividad infinitamente más saludable. Si te relacionas desde el sosiego, esas relaciones afectivas serán de integración, no habrá situación de dominio ni emotividad. Sin embargo, cuando nos relacionamos desde el desasosiego, la incertidumbre y la zozobra, todo son falsas autodefensas, prisiones, chantajes emocionales, exigencias y reproches. De esa manera no puede haber afectividad sana y constructiva. 

    John Steimbeck lo dice en su magnífica novela “Hechos del Rey Arturo y sus nobles caballeros”: “No hay nada que pague un instante de paz”. Es cierto: es lo más valioso que todos podemos encontrar, porque nos ayuda a mejorar nuestros potenciales creativos y a mejorar nuestras relaciones. 

    FA: ¿Deberíamos entonces de tratarnos mejor para ser mejores? 

    RC: Miramos constantemente hacia fuera, nos agitamos, nos disgustamos, todos los días uno o varios disgustos; todo los días obsesionados solamente con los bienes materiales, somos muy poco caritativos con nosotros mismos, tendríamos que comprendernos sin límite

    La persona inteligente, cuando ya ha cubierto suficientemente ese nivel, se da cuenta de que más de lo mismo no le convence, más angustia, más obsesión, más riqueza,… mantenerlo todo va muchas veces en detrimento de tu salud interior. Cuando una persona ha cubierto sus niveles básicos, ve que hay otros niveles que tiene que escalar, y empieza a cultivar el nivel cultural, emocional, espiritual y el nivel de la amistad, que, según Buda, debería de llenar toda la vida. Todavía hay malos amigos porque la mayoría de las personas utilizan a los amigos como peones en su tablero de ajedrez 

    FA: ¿Hay claves básicas para mejorar la calidad de vida? 

    RC: Básicamente, hay que aprender a alimentarse, a descansar y a cultivar impresiones mentales positivas, que son “vitaminas” para la mente. 
    Las fuentes del verdadero bienestar son la amistad, el contacto con la naturaleza, las actividades artísticas, todo tipo de campos de acción que nos permiten poner al descubierto nuestros mejores potenciales espirituales y anímicos y, por supuesto, la cooperación con las otras criaturas y el servicio social. 

    FA: ¿Dónde se encuentra el sosiego que es la fuente de todo lo positivo? 

    RC: ¿Estuvo alguna vez fuera de todos nosotros? Estamos constantemente violentando el silencio porque hablamos, porque hay ruido, pero basta con que nos callemos. El yoga es una técnica milenaria que nos lleva a él mediante los dos instrumentos con los que nos obsequiaron al nacer: el cuerpo y la mente. No se trata de añadir años a la vida, sino vida a los años. La flexibilidad que aporta esa disciplina es vida, la rigidez es muerte. 

    FA: ¿No se necesita un entrenamiento especial para el yoga? 

    RC: Las asanas no son posturas acrobáticas, sino muy sencillas, con estiramientos, masajes y presiones en puntos vitales que acceden al sistema nervioso y van mejorando todos los sistemas y aparatos de nuestro cuerpo. Nos mantiene más elásticos y cuida la espina dorsal, que es el eje de nuestro aparato locomotor. 

    FA: ¿Y el pranayama? 

    RC: También hay que cuidar la “energía-respiración”, el aliento, el “pneuma” que decían los griegos, la vitalidad. Los antiguos sabios de china decían que lo primero que un ser humano tiene que aprender es a respirar y a tener buen humor. En occidente todo el mundo está enfadado y nadie sabe respirar, esto es un desastre. Quizá tener buen humor es un poco más difícil tal y como están las cosas, aunque también se puede conseguir. Pero para aprender a respirar hay técnicas que nos enseñan todo el potencial pulmonar y a utilizar nuestras energías, y a sosegar la mente. Debería de impartirse como una asignatura en todas partes, de hecho hasta los cuerpos de seguridad, la policía, practica relajación y se está imponiendo poco a poco. La relajación es el arte de desbloquear todas las tensiones; tenemos que aprender a relajarnos y a tener enfoques correctos en nuestra vida para propiciar el sosiego. Somos nuestros peores enemigos. La actitud correcta sería la basada en la atención consciente, en estar más atentos, en lugar de estar preocupados, que es neurótico y desgasta. 

    FA: Sin preocupaciones, ¿podríamos cambiar incluso el carácter? 

    RC: Un amigo mío de la India, cuando vino a España dijo que la principal diferencia es que aquí todo el mundo está enfadado… en el ascensor nadie te habla. Habría que cambiar esa actitud de enfado por estar más distendido, no tener tantas defensas y, sobre todo, saber ver las cosas como son y relativizarlas. La misma mente que crea una tragedia puede enfriar las emociones y relativizar, sin embargo le estamos siempre martilleando con preocupaciones con enfados y obsesiones. 

    FA: ¿En definitiva, el sosiego puede traer buen humor? 

    RC: Indudablemente, una consecuencia directa es el contento interior. El contento exterior es reactivo, es el que vives cuando haces un buen negocio, pero el interior, aunque es menos exaltado, es más profundo. 

    Y otra de las virtudes del sosiego es la ecuanimidad, que une los conceptos de igualdad, de equilibrio con ánimo. La ecuanimidad, ante lo agradable y lo desagradable, es paciencia, visión lúcida, claridad… es muy importante desarrollarla. Vienen los vientos del este o vienen los del oeste y el ánimo permanece calmo y, así y todo, se convierte en experiencia de aprendizaje; y, así y todo, nos ayuda a crecer y a desarrollarnos. 

    FA: Sin duda, del sosiego aparecen las mejores virtudes… 

    RC: Sí, como la lucidez, que dice las cosas como son, porque es el resultado de quitar los velos de la mente, y de ahí surge la acción correcta. 

    Del sosiego surge también la compasión que, como decía Gandhi, “es la flor más hermosa”. Gandhi decía que estamos en este mundo para ayudarnos “y no hay otra cosa que hacer”. Eso es la compasión. La compasión es que te identificas con los demás y con su sufrimiento, es propiciar alegría y satisfacción para los demás. Si todos nosotros desarrollamos una actitud correcta y somos capaces de poner en práctica algunas técnicas, afloran todas estas virtudes del sosiego, porque están dentro. 

    FA: ¿Se trataría de atemperar el ego? 

    RC: Dicen que si quieres ver la cara del diablo mires tu propio ego…hay que superar el ego y pasar poco a poco de esta especie de “nihilismo planetario” que se ha creado, a una conciencia planetaria. Buda decía ya que la mayoría de los seres humanos van envejeciendo y siguen con sus obsesiones, sus miedos, sus rarezas, sus apegos, sus conflictos. Hoy en día es cierto que hay más estrés, o más ansiedad, pero en todas las épocas ha habido problemas relacionados con el ego: el falso amor propio, el orgullo desmesurado… y la sociedad es una suma de mentes. En el siglo XII apareció en la India un tratado que reúne 112 métodos y técnicas para el control de la mente, y Jesús también dio unas claves sobre el mismo problema en el siglo I. 

    FA: ¿Cómo entiendes el desapego? ¿No es desinterés? 

    RC: Hay gente que cree que es sinónimo de desinterés, de falta de vitalidad y de intensidad, pero es todo lo contrario. El desapego es lo que te hace vivir mucho más feliz, porque eres capaz de disfrutar aquí y ahora sin estar constantemente como un pulpo tentacular queriendo retener, mantener, incrementar,.. El apego no tiene fin, es como si tienes sed y comes pescado salado… No es sólo a lo material, a veces éstos son los apegos más inocentes. El peor apego es a las ideologías, a las personas a quienes quieres dominar con un guión para que sean como tú quieres. Es el afán de posesión, de dominio y de poder. 

    Quizá no lleguemos nunca a ser totalmente desapegados, pero sí podemos aprender a disfrutar sin necesidad de aferrarnos ni de retener tanto el disfrute. Porque cada vez que se empieza a intentar retener un disfrute, ahí empieza la servidumbre y el miedo. El apego a algo lleva aparejado el miedo de perderlo. Si tienes mucho apego a tu prestigio, siempre estás aterrado porque alguien te va a descalificar, van a hablar mal de ti, te van a desprestigiar; si no le tienes apego a tu prestigio, eres ajeno a las críticas de los demás. El apego es la fuente de mayor sufrimiento. 

    FA: ¿Cómo cambiaría la sociedad si fuéramos más desapegados? 

    RC: Sólo con que en cada país hubiera cien personas lúcidas y compasivas, podría cambiar la faz del mundo. Pero ¿estamos dirigidos por los más lúcidos? ¿Por los más sosegados? ¿Por los más compasivos? Si dejáramos de ser como animales para ser verdaderos seres humanos, si hubiera un poco de lucidez, compasión, mente clara y corazón tierno, no se daría el caso extremo de que para que vivamos bien el diez por ciento de la humanidad viva mal el otro noventa por ciento. Toda esta calamidad 
    surge de las corrupciones de la mente empezando por los dirigentes del mundo, que son la gente más acartonada, más fiera y más manipuladora. 

    FA: ¿Recomiendas algún libro? ¿Seguir a un maestro? 

    RC: Todo está dicho y nada está hecho. Bastaría con leer los Evangelios de la tradición cristiana; por la tradición hindú, el Bhagavad Gita, por la tradición china el Tao Te King..., para cambiar el mundo. Y hay muchos otros libros muy inspiradores, que nos ayudan a encontrar en nosotros ciertos ecos de infinitud, pero hay que llegar a confiar en nuestro interior. Toda esa adicción a los gurús debería ser minoritaria. Su misión sólo es quitar la oscuridad de tu mente, mostrarte la ruta, pero tú la tienes que recorrer. 

    La verdadera espiritualidad será el ocaso de los líderes, de los ídolos, de los falsos profetas, de los maestros, y uno encontrará que su líder mejor está dentro de uno cuando la mente se haya vuelto lúcida y compasiva. 

    FA: ¿Un cuento para acabar? 

    RC: Una paloma se coló en un templo de la India en cuyo centro el sacerdote había colocado una rosa. Las paredes estaban llenas de espejos y la paloma, en su afán por alcanzar la rosa, se fue chocando contra las paredes hasta que su cuerpo reventó y vino a caer sobre la rosa… No conviene perseguir reflejos externos, porque la rosa del conocimiento está en el propio interior. 

    LinkWithin

    Related Posts with Thumbnails