Una historia de caminantes
Esta es una pequeña historia escrita por el mismo Dr. Bach, para enseñarnos las flores más importantes, las primeras flores que descubrió.
Va contando las reacciones de los caminantes perdidos en el bosque y sus expresiones típicas asociadas a cada flor, para que las reconozcamos en cada uno de los tipos de personas, o sea cada uno de nosotros. Pon atención y descubre cual sería tu reacción típica si te perdieras en el bosque.
Al final del video también hay una serie de reacciones positivas de cada tipo de flor y sus imágenes.
UN VIAJE INTEGRADOR
El viaje al interior de uno mismo debe ser un viaje integrador. Mas allá de las dicotomías cuerpo-alma, mente-espíritu, el camino hacia nosotros mismos debe acarrear todo lo que realmente somos y nos debe permitir encontrar nuestra verdad y nuestra vocación de seres humanos.
¿Dónde esta tu mente mientras tu cuerpo esta aquí?... pregunta interesante y reveladora de tanta desintegración personal. Tu cuerpo camina; ¿Dónde esta tu mente?, ¿por donde y hacia donde camina tu mente?
El camino hacia uno mismo será un lugar de encuentro, si de una manera armónica e integrada se reúnen en sus pasos todas las dimensiones de tu persona: cuerpo, mente, corazón, espíritu. Tu cuerpo es el lugar de encuentro de esas dimensiones, es la carne de tu existencia, la civilización de tu ser.
Muchas veces confundimos el camino interior con el “dentro” de uno mismo. El dentro no existe sin un fuera, sin una relación tensionante fecunda. Para que el camino constituya un viaje integrador tienes que hacerlo “de dentro a fuera y de fuera a dentro”. Ahí se constituye tu persona y tu vida. Si solo vives fuera nunca sabrás quien eres; si solo vives dentro lo sabrás erróneamente. Para que el camino sea autentico es preciso armonizar dialogando: percepción-vivencia, objetividad-subjetividad. Tú fuera y tú dentro serán los dos pies que te permitirán hacer camino hacia ti mismo.
El camino puede ser insano o sano. Será un camino insano cuando al adentrar en ti mismo te apartas de la realidad, te olvidas del fuera, eliges como guía zonas erróneas o incluso patológicas de ti mismo. El camino será sano cuando integras, unificas, vas y vienes de fuera a dentro y de dentro a fuera y cuando te guía lo más sano de tu persona. Integrar e integrarte en el camino, es conectar fluidamente la cabeza, el corazón y espíritu. Es hacer que tus entrañas y tus pies caminen humildemente con tu Dios.
Que tengas un buen viaje caminante!
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