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jueves, 18 de marzo de 2010

Flores de Bach y nuestra alimentación




Flores de bach y nuestra relación con la comida
 
Como señala Menéndez (2006) la alimentación va asociada a toda nuestra historia emocional. Nuestro cuerpo es un organismo que se pone en marcha gracias al alimento físico, la comida, y al alimento emocional, el amor, el afecto. Si éste último falla, la mente busca canales para expresar su malestar. La compulsión ante la comida, la inapetencia, la necesidad de perder peso, la incapacidad para ganarlo o cualquier desorden alimentario son algunos de los canales que nuestra psique utiliza para avisarnos de que algo no marcha como debiera. La alimentación, por tanto, no sólo nos sirve como fuente de energía; también puede tener la capacidad de acallar conflictos psicológicos que no podemos expresar.
Es inútil, perder tiempo y energías controlando obsesivamente la dieta cuando el peso del conflicto se desarrolla en el mundo de los afectos. (...) La boca que se cierra y se abre a la comida es la misma boca que quiere hablar. Desamor, abandono, culpa, rabia, celos, rivalidad, angustia o tristeza son algunos de los sentimientos que pueden estar intentando expresarse a través de los conflictos con la alimentación (...). Cuando nuestra boca no pronuncia lo que sentimos, traga para aliviar la tensión emocional. (...) En ocasiones, las dietas intentan controlar algo que no podemos controlar por dentro como el sentir que no somos quienes queremos ser. Por ello, sólo cuando uno comienza a quererse realmente puede afrontar una dieta saludable. De lo contrario, se puede llegar a pensar que se está intentando controlar algo que va más allá de los kilos (...). Los trastornos alimentarios aparecen cuando intentamos tapar con la comida conflictos que no podemos resolver de otra forma (...) cuando un abismo separa lo que somos de lo que nos gustaría ser”
 
Durante el primer año de vida, los niños aprenden a conocer el mundo utilizando su boca. La primera relación de afecto es la que se desarrolla entre el bebé y quienes le alimentan. Así pues, se genera una relación básica que perdurará durante toda nuestra vida: el afecto y la nutrición.
Cualquier emoción puede expresarse a través de un conflicto con la comida. Por tanto, cualquiera de las 38 esencias florales de Bach pueden servirnos de ayuda. He aquí una selección personal:
 
“El exceso de comida me daña, así expío mis culpas” : Pine, cuando la persona se siente culpable (consciente o no) y se castiga “poniéndose a rebosar”. Coincido con Menéndez (2006) en que cualquier emoción puede expresarse a través de un conflicto con la comida, pero el más espectacular es la culpa: "Es un sentimiento inconsciente que se calma comiendo".

“Me aborrezco, me doy asco” (por los kilos de más)Crab Apple, a la persona le desagrada enormemente su aspecto (hasta darse “asco”). Esta esencia nos hace retornar a un estado de proporción. Ayuda amar el propio cuerpo, nos devuelve a un estado de dignidad.

“Sólo el orden y auto-control interno pueden salvarme” (al menos tengo control sobre lo que como)
Rock Water se pondrá muy estricto con la dieta (que será rigidísima), y claro, vivirá mucha angustia a través de estados Cherry Plum.

Estas cuatro esencias (Pine, Crab Apple, Rock Water y Cherry Plum) constituyen un núcleo que pueden actuar a modo de mapa emocional (unas llevan a otras y se retro-alimentan).

Comer o dejar de hacerlo por estar enfadado es algo que ocurre más en mujeres que en varones, ya que tradicionalmente a éstas se les ha reprimido mostrar rabia. Las personas que creen que no tienen derecho a enfadarse, o las que se asustan mucho ante sus propias reacciones de enfado, son más propensas a usar la comida inadecuadamente. Sucede que la persona se siente rabiosa pero no lo ve o lo ve pero no se lo permite (soy “niña buena” o “tengo miedo a las consecuencias de expresar mi enfado”).  Desde ahí sólo la comida me calma “esa ansiedad que me provoca esta situación”, que tiene como base ese enfado o resentimiento. Por no hacer daño al otro me lo hago a mi, de diferentes formas, una de ellas puede ser atiborrándome de comida.
Comer calma mi ansiedad
Generalmente la ansiedad es más intensa cuanto menos se conoce la causa que lo provoca. En general podrían incluirse aquí las esencias florales relacionadas con estados de ansiedad y angustia (Orozco, 2004), destacando por la frecuencia en el tema que nos ocupa:

Agrimony que calma su ansiedad con la comida. Puede sentir que “algo le pasa y no sabe lo que es”, está desconectado de sus emociones y actúa compulsivamente. O puede saber qué le pasa, pero trata de auto-engañarse, o minimizar el asunto, calmar su hipersensiblidad al dolor con “comida” (o “comida como analgésico emocional”).

Aspen, es un estado de mucha angustia y ansiedad que precede a “atracones” como forma de calmar esa preocupación inespecífica.


Cuando el problema del sobrepeso o la obesidad es genético y/o la persona lo vive así la esencia Walnut, como en otros síntomas físicos relacionados con la herencia, ayuda a romper el lazo, patrón o vínculo de la constelación familiar.

Si la persona vive con resignación (que no con aceptación) sus “kilos de más”, sintiendo que no hay posibilidad de cambio porque “soy así”, la esencia Wild Rose puede ser de ayuda.

Centaury, dificultad de límites, de “limitar” la ingesta en este caso, esencia que como Patrón Transpersonal (Orozco, 1996 y 2003) ayuda a cortar con las adicciones, porque “nos somenten”, en este caso “adicción” a la comida.

Cherry Plum ayuda en el mantenimiento de la voluntad cuando existe una presión “me lo como – no me lo como” (y “me lo comí” y me siento culpable (Pine) y despreciable (Crab Apple).

Chicory - Willow, ayudaría en la necesidad de estar siempre acumulando y en la dificultad de soltar, en este caso kilos. Recordemos que en Patrones Transpersonales (R. Orozco) Willow y Chicory son dos estados de retención. Y en el Sistema Bach (Juan Bautista, 2007) constituyen una pareja flor de personalidad-flor espiritualizada.

La pareja Agrimony – Walnut también estaría indicada para quienes necesitan de la obesidad como escudo protector. Constituyen también una pareja floral en el Sistema Bach anteriormente mencionado.


Referencias bibliográficas
• Grecco, E. (2007). Trauma, emoción y síntoma. Comentario en el contexto del curso impartido en Arké. Noviembre. Barcelona.
 Juan Bautista, L. (2007). Las dos series de flores, sus correspondencias y otras investigaciones. Indigo, Barcelona.
• Menéndez, I. (2006). Alimentación emocional. La relación entre nuestras emociones y los conflictos con la comida. Ed. Grijalbo.
• Orozco, R. (1996). Flores de Bach: Manual para Terapeutas Avanzados. Indigo. Barcelona.
• Orozco, R. (2003). Flores de Bach: Manual de Aplicaciones Locales. Indigo, Barcelona.
• Orozco, R. (2004). Abordaje de la ansiedad y la angustia desde la Terapia Floral de Bach. Ponencia presentada al III Congreso Nacional de
• Terapia Floral, Benalmádena, 27 noviembre.
• Orozco, R. (2006). Gentian: el gran facilitador. Revista Sedibac 42, pp: 12-13. Asociación Sedibac, Barcelona.









1 comentario:

Pilar Vidal Clavería dijo...

Buenisima esta entrada, es una información completa de cómo pueden ayudar las flores, en cualquiera aspecto donde haya un desequilibrio emocional.

Un fuerte abrazo

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