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El Amor consciente

 ... Hay un viejo adagio que reza: " Los Dioses aman conscientemente, y si amas conscientemente te convertirás en un Dios". El Amor consciente es un ejercitamiento, un yoga.  Tiene sus propias leyes, su propia fragancia, su propio color.  Requiere atención, buena disposición, perceptividad y motivación. Hay que ser tan cuidados para desarrollarlo como el que pretende coger a una mariposa de las alas sin quedarse con el polvillo en la yema de los dedos. Hay que considerar en lugar de anhelar ser considerado; poner los medios para que la otra u otras personas sean felices y crezcan interiormente, aún a riesgo de que luego las perdamos.  Hay que saber soltar cuando llegue el momento, y dar siempre la bienvenida a la integración psicológica y la independencia psíquica de la otra u otras personas. Hay que atender y cuidar la relación como si se tratara de la orquídea mas bella.  El amor consciente trata de purificarse de los celos, exigencias, reproches y expectativas. Uno debe ser Solar y no Lunar.  La luna no tiene luz propia, en tanto que el sol no deja de emitir sus rayos de luz y calor, incluso sin preguntarse adonde van o si serán recibidos,-

El Amor consciente que comienza siendo un ejercitamiento, termina siendo una actitud, un aroma de la mente y del corazón.  Entonces espontáneamente surgirá un vínculo de energía entre las personas que se aman de tal modo y de manera natural uno estará mas atento a las necesidades de los otros.  así, dicen los maestros indios, se amará desde el Ser y no desde el Ego.  se amará transpersonalmente y no autorreferencialmente.  Es un Amor casi místico, sin personalismos. Incumbe la tarea de colaborar en el desarrollo de la otra u otras personas entregando alas de libertad y abriendo todas las puertas.  Es un ejercitamiento difícil, un yoga muy elevado. 

El amor consciente es para los que valoran la evolución de la consciencia, para los que aspiran completar la evolución interior. 

El Amor consciente debe ejercitarse en todas las relaciones, pero sin dudas también en la relación amorosa.

Habrá que evitar incurrir en sutiles presiones o manipulaciones.  Habrá que aprender a ser excepcionalmente : receptivo, respetuoso y tolerante.  Además, en el yoga del amor consciente toda relación se torna un maestro.

La relación humana es un noble desafío y un instructor. Los demás son un espejo y un despertador. Ponemos a prueba nuestra evolución y constatamos si estamos ganando en ecuanimidad y apertura. Los demás nos ayudan a desarrollar paciencia, transigencia, compasión. Aún las relaciones mas difíciles y adversas pueden instrumentalizarse para el desarrollo superior.

Cuando dos personas cultivan, además de una relación amorosa, una de "amor consciente", surge una conexión muy especial e intemporal. Todos los lenguajes ( verbal, supraconceptual y astral) se ponen en marcha y va surgiendo una comunicación en planos muy diferentes, desde los mas toscos a los mas etéreos. Si las personas están en una vía de realización, se desencadena una preciosa relación dhármica, es decir, de cooperación recíproca para progresar en la vía de la liberación.

Ramiro Calle
( extracto libro: Serenar la mente- como lograr la paz y la calma interior)