La amistad es un tipo de unión afectiva que se basa en la
comunicación, el apoyo mutuo, la comprensión, el cariño y la absoluta armonía entre dos personas.
La
amistad anima el alma y estimula el corazón. Se conocen sus efectos
beneficiosos para la salud: activa nuevas áreas del cerebro y libera
sustancias hormonales que favorecen la relajación y el bienestar.
Además, es como un espejo que refleja nuestra imagen ampliada. Nos hace
crecer y madurar, ayudando a forjar nuestra personalidad y nuestras
relaciones sociales con quienes nos rodean.
Un profundo
sentimiento de amistad activa áreas muy particulares, generalmente
infrautilizadas en el cerebro, que secretan una mezcla especial de
sustancias bioquímicas. La colaboración, el intercambio, el
reconocimiento del otro, cierran el paso a la agresividad, la
desconfianza o la defensa del territorio. El apoyo emocional que
conlleva toda amistad y la alegría compartida activan el sistema
inmunológico.
Tener amigos nos sirve de refugio donde, en
caso de necesidad, podemos encontrar ayuda y consuelo sin tener que dar
nada a cambio. La amistad no es posesión, ni exigencias, ni
obligaciones sino libertad y apoyo mutuo. Si no es así, quizás no sea
una verdadera amistad lo que tenemos.
El amor es un sentimiento íntimamente unido a la
amistad. Todos necesitamos dar y recibir amor, es una capacidad de
índole superior para la que el hombre está ampliamente dotado, a la vez
que constituye una necesidad, ya que una existencia sin amor supone un
vacío en una parcela importante de nuestra vida psíquica.
A lo largo de
la vida vamos estableciendo numerosas relaciones interpersonales en las
que volcamos nuestro afecto, de una forma más o menos intensa,
dependiendo de la afinidad que sentimos por esas personas, de la
intensidad y frecuencia de la relación y de la reciprocidad afectiva
que advertimos en ellos. De forma más o menos inconsciente, damos
cariño esperando que éste obtenga cierta resonancia en la persona
querida, de tal modo que esta persona también nos dé cariño a nosotros,
lo que supone un reconocimiento, una reciprocidad y el establecimiento
de un vínculo afectivo como es la amistad.
El
significado de la amistad y el tener amigos es algo que se instaura en
la infancia y estas primeras adquisiciones influyen en su desarrollo
posterior. Al principio el niño se relaciona básicamente con su familia
más íntima (padres, hermanos...), pero poco a poco, sobretodo gracias a
la escuela, el niño inicia su socialización entablando lazos afectivos
fuera del hogar. Descubre a otros niños de su edad, con otras
características, algunas iguales y otras diferentes a él. Aprende a
compartir, a confiar y a querer a personas de su misma edad. Hay un
doble vínculo de forma que la personalidad del niño influye claramente
en el desarrollo de sus amistades y éstas, a su vez, también lo hacen
sobre su personalidad. En esta etapa es fundamental el aprendizaje que
se hace a partir de los padres, de sus amigos y de la relación que
tengan con ellos. Es más fácil que un niño tenga amigos en una familia
en la que se valoran y potencian los lazos de amistad.
La amistad, como la
relación de pareja, es una relación íntima de dar y recibir. Responde a
las necesidades humanas de seguridad, aprobación de los demás, estar
acompañado y sentirse comprendido y querido. La amistad es una forma de
enriquecimiento personal, aprendemos a dar y recibir cariño, a ser más
generosos, pero además podemos aprender de las experiencias del otro,
de sus conocimientos y vivencias.
Autor desconocido
Extraído de : www.psicoactiva.com
1 comentario:
La amistad es una forma de querer muy importante para relacionar con lo demas... y mucho mas si en una pareja se une con el amor...
bonitas palabras
un beso para ti
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