ROMEO:
¡Oh, Julieta! Si tu dicha es como la mía y puedes expresarla con más
arte, alegra con tus palabras el aire de este aposento y deja que tu
voz proclame la ventura que hoy agita el alma de los dos.
JULIETA: El verdadero amor es más pródigo de obras que de palabras: más rico en la esencia que en la forma. Sólo el pobre cuenta su caudal. Mi tesoro es tan grande que yo no podría contar siquiera la mitad. **
JULIETA: El verdadero amor es más pródigo de obras que de palabras: más rico en la esencia que en la forma. Sólo el pobre cuenta su caudal. Mi tesoro es tan grande que yo no podría contar siquiera la mitad. **
Amores...
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románticos, amores apasionados, amores no correspondidos, amores perdidos, amores recíprocos, amores patológicos…….
¿Cuántas clases de amor hay? ¿O el amor es de una sola manera y si no, no es amor?
¿Cuántas clases de amor hay? ¿O el amor es de una sola manera y si no, no es amor?
Según
el psicólogo Robert Sternberg (1) el amor tiene siete formas de
manifestarse. Estos siete tipos de amor surgen de diferentes
combinaciones de tres elementos básicos: intimidad, pasión
y compromiso. Así, tenemos el cariño, que implica intimidad, pero no
pasión ni compromiso (es el que se da en la verdadera amistad); el
encaprichamiento, que es pasión sin amor ni compromiso; el amor vacío,
donde hay compromiso, pero la pasión y la intimidad se han desvanecido;
el amor romántico, donde hay unión emocional y física, intimidad
y pasión; el amor sociable, donde hay un gran compromiso e intimidad,
pero la pasión ha desaparecido (lo que sucede muchas veces en parejas
de muchos años); el amor fatuo, donde el compromiso está generado por
la pasión, pero no hay intimidad; y finalmente el amor consumado, que
reúne los tres elementos: intimidad, pasión y compromiso.
Claro, este amor consumado que define Sternberg es el que todos deseamos para nuestras vidas, pero…. ¿existe?
¿Es posible amar de esa manera? Sternberg dice que sí, pero alerta:
“Hasta el amor más grande puede morir” si no transformamos el
sentimiento en acciones, si no lo manifestamos.
Jung
(2) decía que “Todo hombre tiene una mujer interna (ánima) y toda mujer
tiene un hombre interno (animus)”. Se refería a las energías o
principios dirigentes de nuestra psique. Por educación y
condicionamiento social, cada persona crece identificada sólo con las
energías dominantes de su sexo. Pero esto provoca, según Jung, un
desequilibrio que pretendemos recuperar a través de nuestras relaciones
de pareja. Y no se refería sólo a un desequilibrio emocional, hablaba
de algo más: de un desequilibrio espiritual. No podemos encontrar
afuera algo que no esté dentro de nosotros mismos. Una forma de
acercarnos al amor es conocernos, saber realmente quiénes somos y
aceptarnos. Aprender a aceptarnos a nosotros mismos es fundamental para
poder aceptar las diferencias individuales. Y es un gran paso para
lograr el amor del que habla Sternberg.
Alain
Badiou (3) sostiene que el amor “comienza con un acontecimiento, el
encuentro entre dos personas. Después debemos encontrar la forma y las
consecuencias de este encuentro, debemos encontrar un nuevo lenguaje
(…) El amor no es una suerte de negociación entre dos individuos. Es la
creación de un nuevo punto de vista sobre el mundo mismo: el punto de
vista de los Dos.” Según Badiou, ésta es una idea poderosa, porque no
parte de la identidad, sino de la diferencia: son dos distintos que
crean algo nuevo a partir de sus individualidades. Y este proceso,
multiplicado por cientos, por miles, podría cambiar el mundo.
Y
no hablamos de situaciones ideales (irreales) en las que todo
transcurre como sobre un lecho de rosas. El enojo también forma parte
de esta construcción. Pero no el enojo explosivo que daña o agravia,
sino el enojo unido a la inteligencia, el que busca eliminar los
motivos del enojo causando el menor daño posible. El amor busca el
mayor beneficio posible durante el mayor tiempo posible para aquellos
que se lo profesan mutuamente.
El amor es complejo,
dinámico, singular. En estos tiempos que corren, los modelos de amor no
existen. Cada pareja debe “trabajar” para generar su propio estilo, su
propia forma. Elaborar sus propios acuerdos, los que les permitan
transformar el “juntos para siempre” en algo más que una ilusión o una
frase vacía de contenido.
Y para que el “Y vivieron felices…” de los cuentos, no sea sólo el final de la historia, sino la historia misma.
Divina Comedia – Canto XXXIII, Dante Alighieri
** Romeo y Julieta, William Shakespeare
(1) Robert Sternberg (1949). Psicólogo estadounidense. Profesor de la Universidad de Yale, ex presidente de la APA (American Psichology Asociation). Ha realizado importantes investigaciones relacionadas a la inteligencia, la creatividad, el amor, el odio, y la sabiduría.
(2)
Carl Gustav Jung (1875-1961). Médico psiquiatra, psicólogo y ensayista
suizo, fundador de la escuela de Psicología analítica. Incorporó en sus
conceptos nociones provenientes de otras disciplinas como la
antropología, la alquimia, el arte, la religión y la filosofía.
(3)
Alain Badiou (1937). Filósofo, dramaturgo y novelista francés. Ha
profundizado en campos como la ontología, las matemáticas, la estética
y la ética.
2 comentarios:
Querida Graciela gracias por tus textos llenos de sabiduría, me encanta pasearme por tu espacio para aprender.
Un beso muy grande
Gracias a ti Loren por tus sentidas palabras
Abrazo!
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