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martes, 22 de febrero de 2011

El Cielo no es un reino complicado...


Simplifique su espiritualidad
...El cielo no es un reino complicado; por lo tanto, la teo­logía personal no debería ser complicada.
  • Todas las circunstancias se pueden cambiar en un momento dado, y toda enfermedad se puede curar. Lo Divi­no no está limitado por el tiempo, el espacio ni los intere­ses físicos humanos,
  • Sea consecuente: viva lo que cree.
  • El cambio es constante. La vida pasa por fases de cam­bios difíciles y por fases de paz. Aprenda a avanzar con la corriente del cambio en lugar de intentar impedir que ocurra.
  • Jamás espere que otra persona le dé felicidad; la felicidad es una actitud y una responsabilidad interior y personal.
  • La vída es esencialmente una experiencia de aprendizaje. Todas las situaciones, retos y relaciones contienen algún mensaje que vale la pena aprender o enseñar a otros.
  • La energía positiva funciona con más eficacia que la ener­gía negativa en todas y cada una de las situaciones.
  • Viva en el momento presente y practique el perdón a los demás.
No ganamos nada creyendo que el cielo «piensa y actúa» en forma compleja. Es mucho mejor, y más eficaz, aprender a pensar como piensa el cielo, en forma de verdades sencillas y eternas.
Con toda probabilidad hacemos la vida mucho más com­pleja que lo que tiene que ser. Conseguir salud, felicidad y equilibrio energético se reduce a centrar más la atención en lo positivo que en lo negativo, y a vivir de una manera espiritualmente coherente con lo que sabemos que es la verdad. Comprometerse con esos dos principios es suficiente para que el poder que nuestro sistema biológico divino contiene influya en el contenido y la dirección de nuestra vida.
Todos estamos hechos para aprender las mismas verda­des y permitir que nuestra divinidad trabaje en nuestro in­terior y a través de nosotros; esta tarea es sencilla, aunque dista de ser fácil. Cada uno de nosotros tiene decorados y personas diferentes en su vida, pero los desafíos que éstos re­presentan son idénticos para todos, como también lo son las influencias que esos desafíos ejercen en nuestro cuerpo y es­píritu. Cuanto más capaces somos de aprender esta verdad, más podemos desarrollar la visión simbólica, la capacidad de ver más allá de las ilusiones físicas y de reconocer las leccio­nes que nos presentan los desafíos de la vida...

 Extracto del libro:
Anatomía del Espíritu
de Caroline Myss






3 comentarios:

Adriana Alba dijo...

Que lindo texto Graciela.

Pienso que el cielo y el infierno son estados de conciencia.

Podemos vivir en el cielo o en el otro lado.

Tenemos libre albedrío.

Un abrazo.

El Gaucho Santillán dijo...

Que buen texto.

realmente bueno.

"teologìa personal". Yo la aplico.

Un abrazo.

Graciela dijo...

Hola Adri, las verdades sencillas son las del cielo, y están en nuestro interior. Sentirlas es nuestra responsabilidad para vivir con buena salud y en plenitud...y si, tenemos libre albedrío y eso a veces nos complica la vida. Aunque no debería...
Hola Gaucho, La teología personal no se complica si seguimos el camino del corazón...centrando la atención en lo positivo de la vida
Gracias! un gran abrazo!

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