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miércoles, 30 de marzo de 2011

Tu Manantial Interior

"El alma necesita amor con tanta urgencia como el cuerpo necesita oxígeno. El alma alcanza su plenitud en la calidez del amor. Todas las posibilidades de tu destino humano duermen en tu alma..."


El alma...presencia de tu Divinidad

El alma no se inventó a sí misma. Es una presencia del mundo divino, donde la inti­midad no tiene límites ni barreras.
No puedes amar a otro si no estás empeñado al mismo tiempo en la obra espiritual, hermosa pero difícil, de aprender a amarte a tí mismo. Cada  uno de nosotros tiene al nivel del alma un manantial enriquecedor de amor. En otras palabras, no necesitas buscar fuera de ti el significado del amor. Esto no es egoísmo ni narcisismo, obsesiones ne­gativas sobre la necesidad de ser amado. Por el contrario, es el manantial del amor en el corazón. Por su necesidad de amor, las personas que llevan una vida solitaria suelen tro­pezar con este gran manantial interior.
Aprenden a despertar con sus murmullos la profunda fuente interior de amor. No se trata de obligarte a amarte a ti mismo, sino de ser re­servado, de incitar a ese manantial de amor que constituye tu naturaleza más profunda a surcar toda tu vida. Cuando esto sucede, la tierra endurecida de tu interior vuelve a ablandarse. La falta de amor lo endurece todo. No hay mayor soledad en el mundo que la del que se ha vuelto duro o frío. El resentimiento y la frialdad son la derrota final.
Si descubres que te has endurecido, uno de los dones que debes otorgarte es el del manantial interior. Incita a esta fuente interior a que se libere. Remueve el sarro dentro de ti a fin de que poco a poco, en una bella osmosis esas aguas nutricias penetren e inunden la arcilla endurecida de tu cora­zón. Donde antes había tierra dura, yerma, impermeable, muerta, ahora hay crecimiento, color, nutrición y vida que fluyen del hermoso manantial del amor. Ésta es una de las formas más fecundas de transfigurar la negatividad que hay en nosotros.
El mayor don que el nuevo amor trae a tu vida es el despertar del amor oculto en tu interior. Te vuelve independiente. Ahora puedes acercarte al otro, no
por necesidad ni con el aparato agotador de la proyección, sino por auténtica inti­midad, afinidad y comunión. Es una liberación. El amor debería liberarte. Te liberas de esa necesidad ávida y abrasadora que te impulsa continuamente a buscar afirmación, respeto y significación en cosas y personas fuera de ti. Ser santo es hallar la propia patria, poder descansar en esa casa de comunión y arraigo que llamamos alma.

Extraído de "Anam Cara: el libro de la sabiduría celta" John O´Donohue
















7 comentarios:

Loren Simón dijo...

Manantial eres tú.
Mil besos, mil gracias

Graciela dijo...

Muchas gracias Loren...eres muy generosa y amorosa.
mil Abrazos

Anónimo dijo...

Es lo mas dificil amarse ,pero es verdad eso logras independencia de no proyectar en los demas alguna nesecidades propias...Ari

Graciela dijo...

Hola Ari!...amarse a uno mismo es imprescindible para una vida sana y plena. No se puede amar a nadie si antes no logramos amarnos a nosotros mismos porque ese es el 1º paso para aprender a amar y ser amado libremente.
Gracias,
Un Abrazo!

Irene dijo...

un manantial inagotable.Gracias por recordarnos y actualizar en nosotros estas grandes verdades.
Tu poesía hermosísima y me ha sorprendido mucho conocer esa faceta .
Un besazo.

Graciela dijo...

Hola irene!..gracias a vos!...sos una hermosa y completa mujer.
Abrazo fuerte!

Anónimo dijo...

¿podrías decir de quién es la imagen, por favor? Gracias!

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