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viernes, 20 de mayo de 2011

El uno y la dualidad...Apariencias

APARIENCIAS
"En el momento de la iluminación interior se transcienden las apariencias y el vacío."



(...)La consciencia es como un espejo: lo que sea que se ponga ante él es reflejado, sin ningún prejuicio. El espejo no dirá: «Esta mujer es hermosa, me gustaría reflejarla. Y esta otra no me gusta; no la voy a reflejar, es fea». No, el espejo no tiene ninguna opinión. El espejo simplemente refleja; esa es su naturaleza.
Otra cosa es una placa fotográfica. También refleja, pero sólo una vez; luego, el reflejo se queda adherido. Una placa fotográfica oculta en la parte trasera de la cámara también refleja, pero sólo una vez. La mente es como una placa fotográfica: refleja, y entonces se aferra al reflejo; entonces lleva esa información muerta; entonces llevará siempre la misma información.
Un espejo refleja y de nuevo se vacía..., de nuevo está listo para recibir. Un espejo está siempre dispuesto a recibir porque nunca se queda apegado a nada. El espejo no opina. La mente tiene muchas opiniones, y debido a ese muro de opiniones nunca serás capaz de llegar a la verdad.
La verdad está ahí. No es una teoría, es una realidad; tiene que ser experimentada; no puedes pensar acerca de ella, no puedes filosofar sobre ella. Cuanto más filosofas, más te alejas. Puede que los pecadores la vislumbren alguna vez, pero los filósofos nunca.

Sosan dice:
No busques la verdad;
tan sólo deja de mantener opiniones.
No permanezcas en el estado de dualidad;
evita cuidadosamente esas búsquedas.
Si queda rastro de esto o aquello,
de lo correcto o lo incorrecto,
la esencia de la Mente se perderá en la confusión.

DIFÍCIL. Hasta puedes entender que hay que abandonar toda información. Pero tu conciencia de lo bueno y lo malo está en un nivel aún más profundo que la información ordinaria. Puedes pensar: «Está bien, ya no soy ni cristiano ni hindú», pero ¿la moralidad, el bien y el mal...? ¿Acaso crees que la moralidad no es cristiana o hindú?

La moralidad es algo humano; hasta un ateo es moral. No pertenece a ninguna religión, pero también piensa en términos de bien y mal. Y este es uno de los problemas más básicos que tiene que resolver un buscador. Un buscador auténtico tiene que abandonar todos los conceptos; bien y mal.
He oído que:
Unas personas viajaban en un barco pequeño. De repente el océano se enloqueció y parecía que el barco fuera a hundirse en cualquier momento. Todo el mundo se arrodilló y empezó a rezar.
En el barco iban un santo, conocido por todos, y un pecador, a quien también todo el mundo conocía. El pecador también se arrodilló y dijo: «¡Dios mío! ¡Sálvanos!».
El santo se acercó a él y le dijo: «¡No tan alto. Si él se entera de que tú también estás aquí, no se va a salvar nadie. Nos vamos a ahogar todos. Así que no grites tanto!».

¿Pero puede un santo ser un santo si ve en alguien a un pecador? ¿Puede un santo realmente, auténticamente, ser un santo si piensa que el otro es un pecador? Podrá ser una persona de gran moralidad, pero está apegado al bien y todavía condena al otro. Un hombre religioso no condena. Simplemente acepta. Un hombre religioso es humilde, ¿cómo va a decir?: «Yo soy un santo y tú eres un pecador». Un hombre religioso simplemente abandona todos los juicios sobre el bien y el mal.

No permanezcas en el estado de dualidad;
evita cuidadosamente esas búsquedas.
Si queda rastro de esto o aquello,
de lo correcto o lo incorrecto,
la esencia de la Mente se perderá en la confusión.

Y piensa, tú también lo sabes por experiencia... Si piensas demasiado en ser bueno, ¿qué harás? Lo malo seguirá ahí, lo reprimirás. En la superficie lo pulirás, pero en el fondo habrá inquietud. En la superficie serás un santo, pero el pecador estará oculto en lo profundo.
Y lo mismo le ocurre a un pecador. En la superficie es un pecador pero en el fondo él también quisiera ser un santo. También piensa: «Esto está mal, lo voy a dejar». También quiere mostrar que no es un pecador.
Los dos están divididos. La diferencia no está en la división, la diferencia sólo radica en qué es lo que está en la superficie y qué es lo que está oculto. El santo sueña con el pecado; sueña con todas esas cosas malas que ha reprimido. Es un fenómeno extraño, si pudieras ver los sueños de los santos siempre los encontrarías pecando, y si observaras los sueños de los pecadores siempre los encontrarías como santos.
Los pecadores siempre sueñan con ser santos, y los santos siempre sueñan con hacerse pecadores, porque todo lo que se reprime sale en los sueños, el inconsciente se trasluce a sí mismo en los sueños. Pero la división permanece; si estás dividido no puedes entrar en la fuente original.
Es como un árbol, un gran árbol con miles de ramas. Las ramas están divididas. ¿Si te aferras a las ramas cómo vas a llegar a las raíces? Cuanto más profundo vayas, menos ramas habrá; a medida que vayas yendo más abajo, las ramas irán desapareciendo y llegarás al tronco único, sin ramificaciones; con todas las ramas en él, pero sin divisiones en sí mismo. Todo sale de él.
Lo múltiple sale del uno, pero el uno sigue siendo uno. Tienes que regresar al uno. Y esta es la raíz, el origen.

Aunque todas las dualidades proceden del Uno,
no te apegues ni siquiera a este Uno.
...Todas las dualidades proceden del Uno,
no te apegues ni siquiera a este Uno...

NO HAGAS DE ESTO UNA TEORÍA a la que aferrarse, dispuesto a pelearte si alguien te dice: «¡No!». Eso es lo que ha ocurrido en la India.
Hay una escuela de la no-dualidad: Shankara, junto con su escuela, usaba toda clase de argumentos para defender la filosofía de que sólo el uno existe, lo no-dual. Si alguien decía que lo dual existe, él estaba dispuesto a argumentar. Y el que defendía la dualidad se defendía diciendo: «¿Cómo puede el uno existir? El uno no puede existir porque necesita al otro para existir».
¿Puedes hacer operaciones aritméticas con sólo un dígito? No se necesitan diez pero al menos dos son necesarios. Einstein lo intentó usando sólo dos dígitos en aritmética (el uno y el dos: uno, dos; luego vino el diez, el once, el doce, y después el veinte. Esta forma funciona, puede hacerse. No se necesitan nueve o diez dígitos), pero sólo con uno no es posible.
Los que están a favor de la dualidad dicen que la existencia no es posible sólo con el uno. Hasta un río necesita las dos orillas para fluir. Se necesita un hombre y una mujer para que nazca un niño; la vida necesita de la vida y de la muerte como las dos orillas del río para fluir entre ellas. El uno sería muy monótono; ¿cómo va a proceder la vida del uno? Ellos mantienen que es dos. Y aquellos que dicen que es uno, no-dual, también luchan contra los que están a favor de la dualidad.
Sosan dice que si realmente has entendido que todo procede del uno, ni siquiera te identificas con ello, porque el identificarte muestra que estás a favor de algo y en contra de algo. Si dices:

«Soy no-dualista», no has entendido nada; porque si sólo existe el uno, ¿cómo puedes ser dualista o no-dualista? ¿Y qué quieres decir con lo de no-dualista? Si no hay dualidad, ¿qué quieres decir con eso de no-dualista? ¡Quédate en silencio!

Un verdadero no-dualista no puede afirmar, no puede decir: «Yo creo en esto», porque el creer siempre implica el opuesto. Si digo: «Creo esto», entonces queda implicado que no creo en lo otro. Entonces se crea el dos.

Sosan (y él es un verdadero no-dualista) dice:

Aunque todas las dualidades proceden del Uno,
no te apegues ni siquiera a este Uno.
 Cuando la mente existe imperturbable en el Camino,
nada en el mundo puede ofender,
y cuando ya nada puede ofender,
deja de existir tal como era antes.
Esto es muy hermoso, ¡trata de recordarlo!

ALGUIEN TE INSULTA... Si realmente vives imperturbable, no se te puede insultar; pueden intentarlo, pero tú no te sentirás insultado. Pueden hacer lo que sea para insultarte, pero no te afectará. Y a no ser que a ti te afecte, fracasarán.

Si alguien se enfada es su problema; si insulta a alguien es su problema; si abusa de alguien es su problema. Si tú estas tranquilo, estás tranquilo. Pero inmediatamente te inquietas; eso quiere decir que su ira y su insulto son sólo una excusa. Tú estabas dispuesto, hirviendo por dentro, sólo a la espera de cruzarte con cualquier excusa.

Cuando la mente existe imperturbable...
Y cuando vuelves al origen es imperturbable.
... en el Camino,
nada en el mundo puede ofender;
y cuando ya nada puede ofender,
deja de existir tal como era antes.

Y la cualidad cambia con la actitud. Si alguien te insulta, es un insulto porque a ti te lo parece, porque te sientes insultado. Si no te sintieras insultado, no te lo parecería. ¿Cómo te iba a parecer un insulto si no te sientes insultado?

Alguien está enfadado; tú sientes su enfado porque te molesta. Si no te molesta no puedes sentirlo como ira. La cualidad cambia porque tu interpretación cambia, porque tú eres diferente. Alguien te odia, y lo sientes como odio porque te molesta. Si alguien te odia pero a ti no te molesta, ¿lo llamarás odio? ¿Cómo vas a llamarlo odio? Ese nombre ya no será el adecuado, porque ya no tienes la misma mente.

Puede que hasta sientas compasión, que te apene. Puedes pensar: «¿Qué le ha ocurrido a este hombre? ¡Cuánto está sufriendo, e innecesariamente, sin ningún motivo!». Puede que hasta trates de ayudarle a salir de ahí, porque cuando alguien está enfadado está envenenando su propio cuerpo, su propio ser; está enfermo. Le ayudarás a salir de ello. Si alguien tiene cáncer no te peleas con él. Le ayudas, le sirves, le llevas al hospital.

Para un buda, cuando te enfadas tu mente tiene cáncer; necesitas compasión, necesitas ayuda. Y si el mundo se iluminara un poco más, siempre que alguien se enfadara, toda su familia, sus amigos, le llevarían al hospital. Lo que necesita es una buena cura. Es estúpido pelearse y enfadarse con él. Es absolutamente absurdo: está enfermo, y además todos se ponen en su contra, ¿cómo se le va a ayudar así?

Con las enfermedades físicas tenemos compasión, pero con las mentales no tenemos ninguna porque, si alguien está enfermo físicamente, no nos lo tomamos como una ofensa. Cuando alguien está enfermo mentalmente, pensamos que está enfermo por nuestra causa. Porque tú también lo estás, de ahí esa actitud. Una vez que eres imperturbable, todo cambia, porque tu actitud cambia. Eres diferente, el mundo entero es diferente; deja de existir tal como era antes.

Cuando no surgen pensamientos discriminatorios, la mente de antaño deja de existir.

LA DISCRIMINACIÓN (eso es bueno y esto es malo, esto me gusta y esto no me gusta)..., esta discriminación es la mismísima base de tu mente. Si desaparece la discriminación, la mente cae en un abismo; y llegarás al origen. Y este origen lleva consigo todo el significado, todo el sentido, todo el éxtasis, todas las bendiciones.

Cuando los objetos del pensamiento se desvanecen,
el sujeto pensante se desvanece;
y cuando la mente se desvanece, los objetos se desvanecen.
Las cosas son objetos debido al sujeto,
y la mente es tal debido a las cosas.
Entiende la relatividad de ambos,
así como la realidad básica: la unidad del vacío.
En este Vacío ambos son indistinguibles
y cada uno contiene en sí mismo el mundo entero.
Si no haces ninguna discriminación
entre burdo y sutil,
no te tentarán
el prejuicio y la opinión.

Sabiduría Sufi.
Fuente: http://www.islamhoy.org


































3 comentarios:

Delia dijo...

Gracias Graciela por esta entrada tan inspiradora, en ella hay señales claras y directas hacia el desapego de la mente y pone en evidencia la pobreza de palabras, conceptos y creencias para expresar lo inefable.
Cariños.

Adriana Alba dijo...

Excelente entrada Graciela, llena de sabiduría, desapegarse de los resultados de cualquier accion que tomemos implica tener paz interior.

sin juzgar, sin esperar retribuciones, sin tomarse nada personalmente, solo obrar desde el amor enviando buenos pensamientos a todo y a todos.

La apariencia es una máscara que nos impide SER

Un fuerte abrazo y que tengas buen fin de semana!

Graciela dijo...

Hola Delia, gracias a vos por tus sentidas palabras. creo que debemos encontrar el espacio entre los pensamientos para reflejar nuestra esencia y vivir conscientes de cada acto y palabra.
Hola Adri, Obrando desde el amor, con inocencia y consciencia, los pensamientos se desvanecen y solo queda " el cielo" despejado en nuestro ser.
Gracias lindas mujeres!!! Les dejo un gran Abrazo!

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