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lunes, 30 de mayo de 2011

Quietud y Movimiento

 Quietud
Adonde quiera que vayamos en medio del movimiento y la actividad, llevemos con nosotros la quietud. De esa manera, el movimiento caótico que nos rodea jamás nos ocultará la puerta de acceso al manantial de creatividad, al campo de la potencialidad pura.
D. Chopra 

Practicar el silencio significa comprometernos a destinar cierta cantidad de tiempo sencillamente a Ser. Tener la experiencia del silencio significa renunciar periódicamente a la actividad de hablar. También significa renunciar periódicamente a actividades tales como ver televisión, escuchar radio, o leer. Si nunca nos damos la oportunidad de experimentar el silencio, esto crea una turbulencia en nuestro diálogo interno.

Debemos aprender a ponernos en contacto con la esencia más íntima de nuestro ser. Esa verdadera esencia está más allá del ego. No teme; es libre; es inmune a la crítica; no retrocede ante ningún desafío. No es inferior ni superior a nadie, y está llena de magia, misterio y encanto.

El acceso a nuestra esencia verdadera nos permitirá mirarnos en el espejo de las relaciones interpersonales, porque toda relación es un reflejo de la relación que tenemos con nosotros mismos. Si, por ejemplo, nos sentimos culpables, temerosos o inseguros con respecto al dinero, al éxito o a cualquier otra cosa, estos sentimientos serán el reflejo de la culpabilidad, la inseguridad y el temor básicos de nuestra personalidad.
No existe en el mundo ningún dinero o éxito que pueda resolver estos problemas básicos de la existencia; solamente la intimidad con el yo podrá hacer surgir la verdadera cura. Y cuando estemos bien afianzados en el conocimiento de nuestro verdadero yo -cuando realmente comprendamos su verdadera naturaleza- jamás nos sentiremos culpables, temerosos o inseguros acerca del dinero, o de la abundancia, o de la realización de nuestros deseos, porque comprenderemos que la esencia de toda riqueza material es la energía vital, la potencialidad pura; y la potencialidad pura es nuestra naturaleza intrínseca.

A medida que logremos más y más acceso a nuestra verdadera naturaleza, también iremos teniendo espontáneamente pensamientos creativos, porque el campo de la potencialidad pura es también el de la creatividad infinita y el del conocimiento puro. Franz Kafka, el poeta y filósofo austriaco, dijo alguna vez: No hay necesidad de salir de la habitación. Basta con sentarse a la mesa y escuchar. Ni siquiera es necesario escuchar, sólo esperar. Ni siquiera hay que esperar, sólo aprender a estar en silencio, quieto y solitario. El mundo se te ofrecerá libremente para ser descubierto. Él no tiene otra alternativa; caerá en éxtasis a tus pies.
La abundancia del universo -la espléndida exhibición y riqueza del universo- es una expresión de la mente creativa de la naturaleza. Cuanto más sintonizados estemos con la mente de la naturaleza, mayor acceso tendremos a su creatividad infinita e ilimitada. Pero primero debemos dejar atrás la turbulencia de nuestro diálogo interno, a fin de poder conectarnos con esa mente rica, abundante, infinita y creativa. Y entonces crearemos la posibilidad de una actividad dinámica, pero manteniendo al mismo tiempo la quietud de la mente eterna, ilimitada y creativa. Esta exquisita combinación de la mente silenciosa, ilimitada e infinita con la mente dinámica, limitada e individual, es el equilibrio perfecto de la quietud y el movimiento simultáneos, el cual puede crear cualquier cosa que deseemos. Esta coexistencia de los contrarios -quietud y dinamismo al mismo tiempo- nos independiza de las situaciones, las circunstancias, las personas y las cosas que nos rodean.
Cuando reconozcamos calladamente esta coexistencia exquisita de los contrarios, nos alinearemos con el mundo de la energía -el caldo cuántico, la cosa inmaterial que constituye la fuente del mundo material. Este mundo de energía es fluido, dinámico, flexible, cambiante, y está siempre en movimiento. Pero, al mismo tiempo, es quieto, callado, eterno, silencioso y no cambia.
La quietud en sí constituye la potencia para crear; el movimiento en sí es la creatividad reducida a un determinado aspecto de su expresión.
Pero la combinación de quietud y movimiento nos permite dar rienda suelta a la creatividad en todas las direcciones -a donde quiera que el poder de nuestra atención nos lleve.

En realidad, somos la divinidad disfrazada, y el espíritu divino que vive dentro de nosotros en un estado embrionario busca materializarse plenamente. Por tanto, el éxito verdadero consiste en experimentar lo milagroso. Es el despliegue de la divinidad dentro de nosotros. Es percibir la divinidad en cualquier lugar a donde vayamos, en cualquier cosa que veamos: en los ojos de un niño, en la belleza de una flor, en el vuelo de un pájaro
Cuando comencemos a vivir la vida como la expresión milagrosa de la divinidad -no de vez en cuando sino en todo momento- comprenderemos el verdadero significado del éxito
Deepak Chopra

3 comentarios:

Adriana Alba dijo...

Pralaya y Manvàntara.

noche y dìa, luz y oscuridad, actividad y descanso.

Ley de ritmo.

excelente entrada Graciela.

besitos y buen comienzo de semana1

Hechicera dijo...

Graciela:

Que interesante, y que dificil, por lo menos para mi desaserme del dialogo interno.

Un abrazo grande

Hechi

Graciela dijo...

Adri, quietud y movimiento...el ritmo esta presente en cada cosa todo es ritmo, hasta en el silencio...
Hechi... tenemos que aprender a encontrar esos espacios de quietud en donde ese diálogo interno desaparece y disfrutar de ese encuentro con nocotros mismos.
Gracias! les dejo un gran Abrazo!

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