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jueves, 12 de mayo de 2011

A-sombro

Practicando el Asombro

Creer que es natural, es peligroso. Acostumbrado a ser un humano y a que las cosas "son así".
Que tus ojos vayan hacia tu mano derecha, y la VEAN. QUE SEA SIN MEMORIA. Que NO SEPAS QUÉ ES UNA MANO. Como si la mano fuera un animal extraño, palpitante. Que veas su genial arquitectura, la diferente textura de su piel, -gruesa hacia la intemperie, y suave en la palma, dispuesta al tacto-, la singularidad de lo que llamamos "yema de los dedos", -un extraño sello que nadie más en este planeta tiene ni tendrá-. Es extraño! Y la extrañeza es como el borde de lo transpersonal, que nos puede conducir hacia la percepción de lo Sagrado: no hace falta ninguna otra prueba de que existe una Inteligencia Superior, bastaría con tu mano. Como dijo el querido Whitman: "Un ratón es milagro suficiente para convertir a millones de infieles". Podrás con la misma actitud mirar hoy a un ser querido, sin memoria, sin darlo por sabido?
Y hay algo aún más extraño que tu mano: "ESO" que mira la mano a través de lo que llamamos "ojos". El tripulante del cuerpo. ¿Hace falta investigar la vida inteligente en Marte, siendo que la máxima rareza es que la haya dentro de tu cuerpo? Si, como dicen antiguas Tradiciones de Sabiduría, lo que habita tu cuerpo es una porción de lo Sagrado, podría decirse que... se ha conseguido un cuerpo para venir a la Tierra a palpar, a saborear, a ver, a escuchar... Pobre cuerpo! Tantos siglos despreciado como contrario al espíritu! El espíritu LO NECESITA para participar de mundo CONSCIENTEMENTE. En la Psicología del Budismo se invita a abrir los sentidos: tocar conscientemente, mirar conscientemente, escuchar conscientemente. Es a través de ese Intento de Conciencia que lo Sagrado que habita tu cuerpo puede "alimentarse del mundo". A eso vino. Es parte de su aprendizaje. Pero casi siempre nuestros sentidos están dormidos, embotados, ajenos al acontecer...
No mañana: HOY. Ni bien te levantes de esta silla: a mirar la habitación en que estás! El próximo árbol. ¿Estás seguro de poder decir "Ah, es SÓLO UN ÁRBOL!"? Un árbol es algo rarísimo. Esa mirada extrañada, extranjera, es la que tuviste cuando eras niño y el lenguaje aún no había enturbiado tu percepción. Todo era nuevo... porque ERAS NUEVO! Tu mirada era de asombro. Bella palabra: A-SOMBRO = "salir de las sombras".
 Cultivar cada día el ABRIR LOS SENTIDOS sirve para recordar que no somos solamente "humanos". "Humano" viene de "humus" = tierra. Tus ojos, tus oídos, tu lengua, están hechos, sí, de la tierra que comiste a través de cada alimento. Pero el que mira a través de esos ojos, el que escucha por esos oídos, el que saborea con esa lengua... NO ES DE ESTE MUNDO. Vino de paseo aquí, y cuando se vaya se llevará tanto como haya podido captar conscientemente. A practicar ahora, entonces, el asombro! Muchos poetas lo saben muy bien, como el extraordinario escritor mexicano que hoy nos acompaña:

Busca en todas las cosas un alma y un sentido

oculto; no te ciñas a la apariencia vana;

husmea, sigue el rastro de la verdad arcana,

escudriñante el ojo y aguzado el oído.


No seas como el necio, que al mirar la virgínea

imperfección del mármol que la arcilla aprisiona,

queda sordo a la entraña de la piedra, que entona

en recóndito ritmo la canción de la línea.


Ama todo lo grácil de la vida, la calma

de la flor que se mece, el color, el paisaje.

Ya sabrás poco a poco descifrar su lenguaje...

¡Oh divino coloquio de las cosas y el alma!


Hay en todos los seres una blanda sonrisa,

un dolor inefable o un misterio sombrío.

¿Sabes tú si son lágrimas las gotas de rocío?

¿Sabes tú qué secreto va contando la brisa?


Atan hebras sutiles a las cosas distantes;

al acento lejano corresponde otro acento.

¿Sabes tú donde lleva los suspiros el viento?

¿Sabes tú si son almas las estrellas errantes?


No desdeñes al pájaro de argentina garganta

que se queja en la tarde, que salmodia a la aurora.

Es un alma que canta y es un alma que llora...¡

Y sabrá por qué llora, y sabrá por qué canta!


Busca en todas las cosas el oculto sentido;

lo hallarás cuando logres comprender su lenguaje;

cuando sientas el alma colosal del paisaje

y los ayes lanzados por el árbol herido...

Enrique González Martínez (1871-1952)

Por Virginia Gawel y Eduardo sosa

http://www.centrotranspersonal.com.ar/






2 comentarios:

Delia dijo...

Hermosa entrada Graciela, lo llamemos asombro o también alerta, es el lugar de la justa perpectiva para verlo todo.
Un abrazo.

Graciela dijo...

Hola Delia!...la mirada de asombro con la inocencia de un niño es lo que hace que el corazón se haga permeable al amor que emana de todos los seres y de todas las cosas...
Gracias Delia!...te dejo un gran abrazo.

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