“El afán de perfección hace a algunas personas totalmente insoportables.” Pearl S. Buck (1892-1973) Novelista estadounidense.
Agotamiento espiritual
Pasaje bíblico: Mateo 13: 22
Todos hemos pasado, o pasaremos, en algún momento por estrés.
"Estrés" se denomina a "la presión por agotamiento". Todos necesitamos recibir cierta cantidad de estímulos para funcionar en la vida.
Si no hubiera estímulos, nos moriríamos de aburrimiento, de angustia, por eso es bueno recibirlos. Pero el problema es cuando recibimos mucha cantidad de estímulos porque empezamos a saturarnos y nuestro cuerpo y mente ya no pueden recibir ningún estímulo más.
Reaccionamos con agotamiento, nos sentimos irritados. La sociedad vive irritada, hoy cualquiera toma un arma y mata porque se enojó por algo. Somos una sociedad estresada y no aguantamos más la cantidad de estímulos negativos que constantemente nos están enviando.
Comenzamos a sentirnos depresivos, irritados, con dificultad para concentrarnos, nos viene un pensamiento a la mente y al segundo se nos olvidó.
El estrés no solo afecta la vida física y emocional sino también la vida espiritual; y en este nivel se produce lo que llamo agotamiento espiritual.
Agotamiento espiritual ...
La Palabra lo define como un ahogamiento espiritual .
En el pasaje dice: " el afán de este siglo ahoga la palabra ".
Todo el estrés que enfrentás comienza a ahogar lo que ya está sembrado dentro de tu vida, como vienen tantos estímulos negativos comienzan a ahogar lo que se sembró y de pronto comenzás a sentir anorexia espiritual : no tenés ganas de nada, no tenés ganas de hablar con Dios, no tenés ganas de esperar que Dios te de una respuesta, lees la Biblia y no recibís revelación, adorás y no te pasa nada.
Esto le pasó a David que estaba estresado por estímulos negativos, totalmente ahogado y no podía adorar. El moría si no adoraba, porque ese era su estilo de vida y en un momento de tanta presión y agotamiento, le dio una orden a su alma y le dijo: "alaba alma mía a Dios".
Hay momentos donde no podemos adorar porque el agotamiento y presión son tremendos, en esos momentos tenemos que aprender de David y darle una orden a nuestras emociones. Decirle "ahora emociones no vamos a pensar en ninguna otra cosa, tenemos que alabar. Ahora vamos a adorar".
Hay momentos en los que tenemos que ordenarle a nuestro cuerpo y emociones lo que tienen que hacer: ¡Alaba alma mía a Dios!
Cuando sentimos estrés parece que nada pasa en nuestra vida y lo peor es que comenzamos a cuestionar y criticar todo lo que ocurre. Cuando estás estresado espiritualmente nada te viene bien, lo que antes te encantaba, lo que antes te fascinaba ahora es criticable: no te gusta esto, ni aquello, ni el coro, ni las luces, ni porque dijeron eso, o la pastora dijo lo otro, no aguantás nada porque estás estresado.
Debes reconocer cuando hay estrés espiritual en tu vida, porque si no vas a pensar que eso es un ataque del enemigo. Vas a darte con un caño, y lo único que tenés que hacer es reconocer que el estrés espiritual ha venido a tu vida para saber cómo resolverlo.
Declará: Cuando esté estresado espiritualmente lo primero que debo hacer es reconocerlo: Estoy estresado.
Para salir del ahogamiento espiritual:
1- Cortar con el parloteo negativo:
Es el diálogo interno negativo que aparece en la mente y que, cuando estamos estresados, se hace más grande. Me acuerdo de una mujer que conocí que me decía que ella hacía el amor con sus pensamientos negativos, que se acostaba en la cama, se tapaba y toda la noche estaba con sus pensamientos negativos dando vuelta por su cabeza.
Cuando una persona está estresada espiritualmente, aparece enseguida la palabra "debería": debería haber hecho esto, debería estar haciendo lo otro, debería haber respondido de esta manera, debería haber ido a tal persona y decirle esto; o el "no debería" no debería haber actuado así, no debería haberle dicho esto, no debería haber contestado de esa manera.
Cuando uno está estresado, la mente legalista comienza a resurgir. Todo es "no debería" o "debería", es una especie de orden dentro de la mente de deberes y obligaciones.
Cuando no estabas estresado, estabas libre en el espíritu.
Cuando viene el estrés parece que todo es una obligación: "tengo que ir a la iglesia", "y... tengo que ir a la reunión", "cómo no voy a leer la palabra, debería leerla", todo el legalismo que parecía que se había ido de tu vida, aparece.
Para cortar con el parloteo negativo, primero debo saber que siempre va a estar ahí; siempre va a estar en la mente esa ley interna que dice que tenés que moverte obligadamente a hacer algo; siempre aparecerá cuando quiera iniciar algo o esté a punto de lograr algo diferente.
Debo aprender a tomar otro camino mental, a dirigirme mentalmente hacia otro lado.
La mente muchas veces parece un laberinto; y el parloteo negativo parece una pared con la que nos chocamos. En vez de ir por otro lado, lo que queremos hacer es derribarlo y seguimos golpeándonos contra él. Siempre estará ahí y lo que debemos hacer es tomar otro camino. La mente se transforma en un laberinto y debemos encontrar la salida, buscar la vuelta y no seguir tropezando con el pensamiento negativo que nos daña.
Tengo que encontrar la salida, abrirme paso y seguir adelante, meterme por otro camino, buscar otra manera, dejar de culparme, de sentir ira y probar por otro lado.
Todos vivimos experiencias traumáticas en nuestra vida, por lo menos una, que nos cambió la vida, que nos traumatizó. Moisés había pasado por la experiencia de haber matado a un egipcio, fue la experiencia más triste que vivió durante toda su vida y la llevaba a cuestas, por eso, cuando Dios lo llama, no puede decir de ninguna manera "acá estoy" sino dice "¿cómo me estás llamando a mí si maté a un egipcio, qué querés que mate a todos ahora?".
Quiero decirte: Dios quiere hacerte vivir una experiencia mucho más gloriosa que la mayor experiencia traumática que hayas vivido en tu vida. Dios te quiere dar experiencias de gloria que te hagan olvidar lo traumático del pasado.
Alejandra Stamateas
Licenciada en Teología
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