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martes, 15 de noviembre de 2011

Nuestras Máscaras

 
LA MÁSCARA MÁGICA

Érase una vez un rey cruel y duro de corazón. Sus vasallos lo querían tan poco que estaba forzado a sofocar continuamente revueltas y atentados contra su vida. Pero una mañana se despertó con una terrible desazón por lo miserable que era su vida.
Lo que más DESEABA era CAMBIAR, así que llamó al hechicero real para pedirle consejo.
El hechicero reflexionó por unos instantes y luego le dijo:

- Le puedo ayudar, pero Su Majestad deberá seguir fielmente mis instrucciones.

- Haré cualquier cosa que me devuelva la paz - replicó el rey.

- Muy bien - replicó el hechicero - Espere tres días y después le daré algo que le va a ayudar.

Pasados los tres días, el hechicero le entregó al rey un objeto muy inusual: una máscara. Era casi una réplica del rostro del rey, pero con una importante diferencia; en vez de las líneas de un rostro fruncido e irritado, mostraba una sonrisa y una expresión plácida y agradable.

- No puedo ponerme eso - protestó el rey - No es ...mi cara, y además la gente no me reconocería, saben que no soy una persona feliz.

- Si Su Majestad desea que le ayude debe hacer lo que le pido y llevar la máscara siempre - insistió el mago.

- De acuerdo lo haré.

El rey se puso la máscara y algo extraordinario le sucedió. La gente disfrutaba mirándole y se sentía cómoda en su presencia. Empezaron a sentirse seguros y a confiar en él. El rey respondía positivamente ante la aceptación mostrada por sus vasallos y empezó a tratarlos con cariño y respeto. Poco a poco el desasosiego se aplacó en el reino y se instauró la paz.

Existía un lugar , sin embargo, en el que no reinaba la paz: en el corazón del rey. Estaba encantado por los cambios del reino, pero se sentía hipócrita porque sabía que llevaba una máscara. Lleno de desazón llamó al hechicero.

- Te estoy muy agradecido por el cambio de mi reino, pero no puedo seguir engañando a mi gente. No soy más que un charlatán. Por favor dame permiso para quitarme la máscara.

- Si ese es su deseo, que así sea.- replicó el hechicero.

Con gran dolor el rey retiró la máscara que había transformado su vida y su reino ,frente a un espejo con los ojos cerrados. Con todo su valor abrió los ojos, listo para contemplar su antiguo rostro, peor milagrosamente éste se había transformado en una imagen gozosa y hermosa, más radiante incluso que la máscara."
 
Extraido de "El Dragón ya no vive aquí ", de Alan Cohen
 
¿Cuántas veces nos escondemos detrás de máscara por temor a mostrarnos tal cual somos ? ¿ Cuántas veces estas máscaras son realmente mágicas, de manera tal que nos transformamos en lo que queremos transmitir? .
El ser auténticos es una de las cosas más difíciles , nuestra necesidad de ser aceptados por nuestro entorno nos lleva a olvidarnos de ser nosotros mismos para ser la máscara que llevamos puesta.
No importa que tan bonita sea esa máscara , lo importante es quitarla y encontrar debajo una imagen " gozosa y hermosa " de nosotros mismos.

Gracias Tahita

4 comentarios:

El Gaucho Santillán dijo...

Hermosa paràbola.

Un abrazo.

Nereidas-andresdeartabroblogpost,com dijo...

Hermosa e interesante , no la conocía pero si la había aplicado en más de un amigo y en mi mismo .
y ¡SI" da resultado.
Un beso

Ernesto. dijo...

Bello cuento...

Un abrazo.

Graciela dijo...

Hola Gaucho!gracias...espero que estés bien :)

Hola André! si vivimos poniéndonos máscaras, terminaremos no sabiendo nunca quienes somos :)

Hola Ernesto! Gracias!, me alegro que te guste. Ser auténtico es esencial para lograr la plenitud.

Les dejo un gran Abrazo!

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