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jueves, 22 de marzo de 2012

Morir...renacer...despertar...

La muerte es el único fenómeno que no ha sido corrompido por la sociedad. El hombre lo ha contaminado todo y sólo la muerte permanece aún virgen, sin corromper, sin ser tocada por las manos de la gente. El hombre no puede poseerla ni comprenderla, no puede hacer una ciencia de ella; se encuentra tan perdido, que no sabe qué hacer con la muerte. Es por eso que la muerte es la
única cosa esencialmente pura que queda ahora en el mundo. Osho
La felicidad, cualquiera sea nuestra definición,
tiene que ver con una postura de compromiso
incondicional con la propia vida.
Cada camino un renacer hasta llegar a la plenitud
La muerte, al igual que el amor, representa para todos un tema sin duda interesante. Digo interés en su sentido primigenio y olvidado: cuando la palabra nombra aquello que multiplica, aumenta, produce, es decir, aquello que es creador (aún decimos que el dinero genera interés).
No es que la muerte simplemente nos importe, sino que nos interesa en tanto se nos revela como productora, creadora y amplificadora de la vida. La muerte nos coloca en un estado interesante de cara a la vida. Y desde allí la resignifica, la recrea. Al experimentar una pérdida, nuestra vida se potencia, se vuelve más intensa. Las pérdidas y el amor, en tanto interesantes, marcan profundamente nuestra vida y nos sitúan frente al otro.
Tanto el amor en cuanto vida como la pérdida en cuanto muerte, necesitan uno del otro para poder ser.
Cuando abandonamos la dependencia, cuando nos rodea el amor o nos enfrentamos a la idea de la muerte, hay una  transformación, una inmensa mutación, un nuevo nacimiento, el parto de un nuevo ser. No se es nunca el mismo otra vez-, la conciencia de la auto dependencia, la idea de la finitud de las cosas y la inmensidad del amor nos ponen en situaciones límite, ya que son experiencias extremas en las que solemos darnos cuenta de la ausencia total de control externo e interno. Pero tendemos a depender en vez de amar. Y al no amar, no podemos experimentar el dolor de la muerte en forma genuina; sólo lamentamos la indefensión de la ausencia.

Dice Gurdjieff:
Para vivir verdaderamente es necesario renacer. Para renacer es imprescindible morir. Y para morir es imprescindible despertar.
Alcanzar la vida plena es la sucesión de varios despertares a los que se llega por vía de lo que hemos llamado, en esta serie, "caminos".

Individuo 􀃆 Despertar a uno mismo (camino de la auto dependencia) 􀃆 Despertar a otro ( camino del encuentro) 􀃆 Despertar del duelo (camino de las lágrimas) 􀃆 VIDA PLENA gran despertar (camino de la felicidad)

Es necesaria la libertad de la auto dependencia para experimentar el amor.
Es necesario el amor para experimentar el duelo de una pérdida.
Es necesario el dolor de la muerte para superarla.
Es necesario haber pasado por muchas muertes antes de encontrar el camino de la felicidad.
Este esquema busca revelar, una vez más, el poder con que actúa el duelo sobre nuestras
vidas. Respecto del desarrollo cognitivo del individuo, la muerte tiene más trascendencia que el amor; es decir, la muerte aporta más que el amor al conocimiento de la vida. Y si bien es cierto que las pérdidas no necesitan ser deseadas, no es menos cierto que ellas estarán en nuestra ruta. Pero no parece sensato desear la muerte para adquirir dicho conocimiento, es suficiente con despertar.
Cito pues, completando a Gurdjieff, a un periodista estadounidense llamado Ambrose Bierce: Si quieres que tus sueños se vuelvan realidad, es necesario despertar.
Las dificultades se nos revelan, pues, como etapas positivas de la vida, ya que son ellas las que nos permiten llegar a la felicidad. A menudo creemos que el conflicto y la frustración significan la  pérdida de la felicidad.
Pero esto sólo es cierto si se identifica la felicidad con la postura infantil de la vida manejada por el deseo de satisfacción infinita del principio del placer.

Las pérdidas traen siempre aparejada una crisis en el individuo, pero no necesariamente una pérdida de la felicidad
La palabra crisis —siempre lo digo— es un término asociado injustamente con la negatividad. Tal vez esto se deba a que crisis significa básicamente cambio, y nuestra sociedad teme al cambio, prefiere mantenerse en el confort de la estabilidad. Lo diferente es temido y rechazado.
Sin embargo, avanzar es siempre dejar atrás lo que ya no es y enfrentarse con otra cosa.
El único temor que me gustaría que sintieras frente a un cambio es el de ser incapaz de cambiar con él; creerte atado a lo muerto, seguir con lo anterior, permanecer igual.
Jorge Bucay ( El camino de la Felicidad)

6 comentarios:

Delia dijo...

Excelente entrada Graciela, gracias.
Un abrazo.

El Gaucho Santillán dijo...

El miedo al cambio.


Quien no lo ha sentido?



Un abrazo.

Iraide dijo...

Sabes comunicar.
Un saludo.

Graciela dijo...

Hola Delia, gracias por pasar! que bueno te guste.

Hola Gaucho! los miedos ...son por falta de amor y Fe. Amor+Fe= no miedos...todo se puede ver y sentir desde otro lugar:)

Hola Iraide! creo que lo que se hace humildemente con amor y pasión verdaderamente sentidas desde el corazón ... salen bien. Gracias por tu apreciación.

Les dejo un gran Abrazo!!

Loren Simón dijo...

Me encanta leerte lo sabes, gracias por estos regalos del corazón, de la mente, del alma... un beso y feliz fin de semana

Graciela dijo...

Gracias a vos Loren!!
Un Abrazo y cascadas de bendiciones!

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