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jueves, 14 de marzo de 2013

Deseos


ESTOY DESEANDO

Estoy deseando explotar
como vaina de malinche
para darle mis semillas al viento.
 Perderme por los montes enbriagándome
de aire
de flores
borracha de primavera
de amor
de deseos
haciendo nacer árboles,
vida,
desperdigándome por el mundo
en gritos de gozo,
en crujidos de ramas,
ser una con la tierra
en un árbol espeso

Gioconda Belli

Mágico poema de G. Belli...pero... que es el deseo?


El cuerpo y la consciencia se relacionan por los deseos. Por eso es por lo que, si una persona muere sin deseos, no reencarnará otra vez, porque ahora no hay necesidad, no hay una causa para crear de nuevo otro cuerpo.
El deseo está relacionado con la vida, pero la vida puede también carecer de deseos. Pero entonces la vida misma se vuelve imposible. Si todos los deseos desaparecen, entonces el cuerpo no puede continuar ya más porque el cuerpo es tan sólo un instrumento para que los deseos se vean colmados.. Los biólogos dicen ahora que hemos desarrollado los sentidos debido a los deseos, y que si pudieras desear persistentemente, el cuerpo desarrollaría nuevos sentidos.

Debes comprender qué significa el deseo, y las religiones te han confundido 
mucho al respecto. Si deseas algo del mundo, lo llaman deseo. Si deseas algo 
del otro mundo, le dan un nom­bre diferente. Esto es absurdo. ¡El deseo es 
el deseo! Da igual cuál sea el objeto del deseo. El objeto puede ser 
cualquier cosa -de este mundo, material, o de otro mundo, espiri­tual-; el 
hecho de desear sigue siendo el mismo. 

Todo deseo es una atadura. Incluso si deseas a Dios, es una atadura; incluso 
si deseas la libera­ción, es una atadura. Y la liberación no puede su­ceder 
a menos que este desear desaparezca total­mente. Así que, recuerda, no 
puedes desear la liberación; eso es imposible, eso es contradictorio. Puedes 
dejar de tener deseos, y entonces sucede la liberación. Pero eso no es el 
resultado de tu deseo. Más bien es una consecuencia del no-deseo. 

Así que intenta comprender qué es el deseo. Deseo significa que ahora mismo 
no estás bien, no estás a gusto. En este mismo momento no es­tás a gusto 
contigo mismo, y algo en el futuro, si se cumple, te traerá la paz. La 
satisfacción está siempre en el futuro; nunca está aquí y ahora. Esta 
tensión de la mente por el futuro es el de­seo. Deseo significa que no estás 
en el momento presente, y lo único que existe es el momento pre­sente. Estás 
en alguna parte del futuro, y el futu­ro no existe. Nunca ha existido, nunca 
existirá. Lo único que existe es siempre el presente: este, momento. 

Esta proyección de tu plenitud a algún mo­mento futuro es el deseo. De modo 
que es irrele­vante cuál sea la plenitud futura. Puede que sea el reino de 
Dios, el cielo, el nirvana, puede ser cual­quier cosa, pero si está en el 
futuro, es deseo. Y no puedes desear en el presente; recuerda: eso no es 
posible. En el presente sólo puedes ser, no puedes desear. ¿Cómo vas a 
desear en el presente? 

El deseo te lleva al futuro, a la fantasía, a los sueños. Por eso Buda 
insiste tanto en no tener de­seos, porque sólo sin deseos entras en la 
realidad. Con deseos, entras en sueños. El futuro es un sue­ño, y cuando 
planeas el futuro eliges la frustra­ción. Estás destruyendo la realidad de 
ahora mis­mo por algún sueño futuro, y este hábito de la mente permanecerá 
contigo. Se está fortaleciendo cada día. De modo que cuando llegue tu futuro 
llegará en forma de presente, y tu mente volverá a irse a algún otro futuro 
Incluso si pudieras llegar a Dios, no estarías satisfecho. Tal como eres, 
es imposible. Incluso en presencia de lo divino, te habrás ido al futuro. 

Tu mente está siempre yéndose al futuro. Este movimiento de la mente al 
futuro es el deseo. El deseo no tiene que ver con ningún objeto, con si 
deseas sexo o deseas meditación: eso da igual. Lo que cuenta es desear, que 
deseas. Eso significa que no estás aquí. Significa que no estás en el 
momen­to real, y el momento presente es la única puerta a la existencia. 
El pasado y el futuro no son puertas, sino muros. 



Dice el Buda: Examina la naturaleza del deseo. Observa el movimiento del deseo, es muy sutil, y verás dos cosas. Una es que el deseo, por su propia naturaleza, es incolmable, y segunda, en el momento en que comprendes en que el deseo es incolmable, este desaparece y te quedas sin deseos. Ese es el estado de paz, silencio, tranquilidad. Ese es el estado de satisfacción. El ser humano nunca alcanza la satisfacción a través del deseo, el ser humano alcanza la satisfacción, solo al trascender el deseo.
Has de examinar el deseo; ni aquí ni en ninguna otra parte, el deseo se ha visto nunca colmado ni satisfecho. Nunca ha sucedido ni nunca sucederá, porque va contra la naturaleza propia del deseo. El deseo no puede ser colmado, porque su misma naturaleza es quedar insatisfecho y proyectarse en el futuro. Siempre está en el horizonte, al cual nunca llegarás ya que llegues a donde llegues verás que el horizonte ha retrocedido. Y la distancia entre ti y el horizonte seguirá siendo exactamente la misma.



Osho

Vive y Disfruta tu experiencia de vida en cada momento plenamente con todos tus sentidos... eso es el PRESENTE...sin deseos.

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