Archivo del blog

martes, 2 de abril de 2013

Algunas respuestas de Krishnamurti



Relaciones y condicionamientos...
Interlocutor:  Acerca del compartir...
KRISHNAMURTI: ¿Qué es lo que usted comparte? ¿Qué estamos compartiendo ahora? Hemos hablado acerca de la muerte, del amor, de la necesidad de una revolución total, de un profundo y radical cambio psicológico; hablamos acerca de no vivir en el viejo molde de las fórmulas, luchas, sufrimientos, imitación, conformidad y todas esas cosas con las cuales el hombre ha vivido durante milenios ¡y que produjeron este maravilloso revuelto mundo! Hablamos de la muerte. ¿Cómo compartimos eso usted y yo? ¿Cómo compartimos la comprensión de eso, no la formulación verbal, no la descripción o las explicaciones. ¿Qué significa compartir, compartir la comprensión, compartir la verdad que surge con la comprensión? ¿Y qué significa comprender? Usted me dice algo que es serio, que es fundamental, importante, y yo lo escucho con todo mi ser porque ello es vital para mí. Para escuchar con vitalidad, mi mente debe estar en silencio, ¿no es así? Si estoy charlando, si me distraigo mirando a alguien, si comparo lo que usted dice con lo que yo sé, mi mente no está en silencio. Es sólo cuando mi mente está silenciosa y escucha por completo cuando surge la comprensión de la verdad. Eso es compartir; de otro modo no podemos compartir. No podemos compartir las palabras, sólo podemos compartir la verdad de algo. Usted y yo podemos ver la verdad de algo sólo cuando la mente está por completo entregada a la observación.
Cuando usted ve la belleza de un crepúsculo, las hermosas colinas, las sombras bajo la luz lunar, ¿cómo lo comparte con un amigo? ¿Diciéndole: «Mira esa maravillosa colina»? Usted puede decirlo ¿pero eso es compartir? Cuando verdaderamente comparte algo con otro, ello significa que ambos deben tener la misma intensidad, al mismo tiempo y al mismo nivel. De otro modo no pueden compartir, ¿verdad? Ambos deben tener un interés común, al mismo nivel, con la misma pasión; de lo contrario, ¿cómo pueden compartir algo? Ustedes pueden compartir un trozo de pan, pero no es de eso que estamos hablando.
Para ver algo juntos -lo cual es compartir- ambos debemos ver, no concordar o disentir, sino ver juntos lo que realmente es. No interpretarlo de acuerdo con mi condicionamiento o el suyo. Y para ver juntos debemos estar libres para observar, libres para escuchar. Esto significa no tener prejuicios. Sólo entonces, cuando hay esta cualidad de amor, existe el compartir.

Interlocutor: ¿Cómo puede uno aquietar o liberar la mente de las irrupciones del pasado?
KRISHNAMURTI: Usted no puede aquietar la mente. ¡Punto final! Esas son tretas. Usted puede tomar una pildorita y tranquilizar la mente, pero usted no puede en absoluto tornar a la mente quieta, porque usted es la mente. Usted no puede decir, «aquietaré mi mente». Por lo tanto, uno ha de comprender qué es la meditación, comprenderlo realmente, no repetir lo que otros dicen. Uno ha de descubrir si la mente puede alguna vez estar en silencio; no cómo hacer que la mente sea silenciosa. De modo que hemos de investigar toda esta cuestión del conocimiento, y descubrir si la mente, las células cerebrales que están tan cargadas con los recuerdos del pasado, pueden hallarse en absoluto silencio y funcionar sólo cuando ello es necesario; y cuando no es necesario, estar completa y totalmente silenciosas.

Interlocutor: Señor, cuando usted habla de las relaciones, se refiere siempre al hombre y a la mujer, o al muchacho y a la chica. ¿Diría usted las mismas cosas aplicadas a relaciones entre hombre y hombre, o mujer y mujer?
KRISHNAMURTI: ¿Homosexualidad?
InterlocutorSí usted desea darle ese nombre, señor, sí.
KRISHNAMURTI: Vea, cuando hablamos del amor, sea éste de hombre y hombre, mujer y mujer, o de hombre y mujer, no estamos hablando de una clase particular de relación; hablamos de todo el movimiento, del sentido total de la relación, no de una relación con uno o con dos. ¿No sabe usted lo que significa estar relacionado con el mundo? Es percibir que usted es el mundo; percibirlo no como una idea -eso sería espantoso-, sino sentir de veras que usted es responsable, que está comprometido con esta responsabilidad. Ese es el único compromiso. No el estar comprometido a través de bombas o con una actividad particular, sino sentir que usted es el mundo y que el mundo es usted. A menos que uno cambie por completo, radicalmente, y produzca una total mutación en sí mismo, haga lo que hiciere en lo externo, no habrá paz para el hombre. Si usted siente eso en su sangre, entonces sus preguntas estarán enteramente relacionadas con el ahora, con el producir un cambio en el presente y no con alguna clase de ideales especulativos.

Interlocutor: La última vez nos reunimos, usted nos dijo que si alguien tiene una experiencia dolorosa y ella no es enfrentada totalmente, o es eludida, penetra en el inconsciente como un fragmento. ¿Cómo podemos librarnos de esos fragmentos de experiencias dolorosas y aterrorizadoras, de modo que el pasado no tenga asidero en nosotros?
KRISHNAMURTI: Sí, señor, ése es el condicionamiento. ¿Cómo ha de liberarse uno de este condicionamiento? ¿Cómo librarme del condicionamiento cultural en que he nacido? En primer lugar debo darme cuenta de que estoy condicionado, no porque alguien me diga que lo estoy. ¿Comprende la diferencia? Si alguien me dice que tengo hambre, eso es muy distinto de estar realmente hambriento. De modo que debo darme cuenta de mi condicionamiento, y no sólo superficialmente sino en los niveles más profundos. Es decir que debo darme cuenta totalmente, lo cual implica que no estoy tratando de trascender el condicionamiento o de librarme de él. Debo verlo como realmente es y no introducir otro factor más, como el desear estar libre del condicionamiento, porque eso es un escape de la realidad. Debo estar alerta. ¿Qué significa eso? Estar alerta a mi condicionamiento totalmente, no de modo parcial, significa que mi mente debe ser sensible en alto grado, ¿no es así? De lo contrario no puedo estar alerta. Ser sensible significa observarlo todo muy, muy atentamente: los colores, la calidad de las personas, todo cuanto me rodea. Debo estar atento a lo que realmente es, sin opción alguna. ¿Puede usted hacer eso sin tratar de interpretarlo, de cambiarlo, de trascenderlo, sin tratar de librarse de ello, sino sólo estar totalmente atento a lo que es?
Cuando usted observa un árbol, entre usted y el árbol hay tiempo y espacio, ¿no es así? Y también está el conocimiento botánico que usted tiene acerca de él, la distancia entre usted y el árbol -la cual es tiempo- y la separación que surge por su conocimiento del árbol. Mirar el árbol sin conocimientos, sin la cualidad del tiempo, no significa que usted se identifique con el árbol sino que, al observarlo tan atentamente, las limitaciones del tiempo no intervienen en ello para nada. Las limitaciones del tiempo intervienen sólo cuando usted mira el árbol con sus conocimientos acerca de él. ¿Puede usted mirar a su mujer o a su amigo, o lo que sea, sin la imagen? La imagen es el pasado, y fue acumulada por el pensamiento como regaños, intimidaciones, afán de dominio, placer, compañía, etc. Es la imagen la que separa, la que crea distancia y tiempo. ¡Mire ese árbol, o la flor, la nube, la esposa, el amigo, sin la imagen!
Si puede hacerlo, entonces usted puede observar su condicionamiento totalmente, puede mirarlo con una mente que no está contaminada por el pasado; por lo tanto, ella se ha liberado a sí misma del condicionamiento. Cuando uno se mira a sí mismo, generalmente lo hace como un observador que mira lo observado, siendo uno lo observado y el observador que mira. El observador, que es el conocimiento, el pasado, el tiempo, las experiencias acumuladas, se separa a sí mismo de la cosa que observa.
Ahora bien; usted puede mirar sin el observador sólo cuando está completamente atento. ¿Sabe lo que significa estar atento? ¡No es preciso ir a la escuela para aprender a estar atento! Estar atento significa escuchar sin ninguna interpretación, sin ningún juicio; simplemente escuchar. Cuando usted escucha de este modo no hay limitación alguna, no hay un Usted que escuche. Sólo hay el estado de escuchar. Así, cuando observa su condicionamiento, el condicionamiento existe sólo en el observador, no en lo observado. Cuando mira sin el observador, sin el «yo» -el «yo» con sus miedos, sus ansiedades, etc.-, entonces usted ve, usted penetra en una dimensión del todo diferente.

Charlas con J. Krishnamurti

No hay comentarios:

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails