La Verdad sale a la Luz
Estamos viviendo un proceso en el cual todo lo que somos y lo que no somos queda al descubierto, incluso lo que son y lo que no son los demás se va exponiendo claramente ante nuestros ojos. La sensación es que, de repente los escondites han desaparecido, no hay lugar en donde esconder la verdad, las máscaras se van desintegrando dejando en exposición la verdadera naturaleza de cada ser. La verdad de todo y de todos sale a la luz, sin que podamos hacer nada para evitarlo.
Los acontecimientos que estaban durmiendo o demorados por el velo de la ilusión, salen a escena y se posicionan frente a nosotros, sin máscaras, dejando al descubierto su verdadero rostro. Mientras ocurre este proceso, pueden no ser gratas algunas cosas que quedan en evidencia, y por momentos hasta preferiríamos no verlas, y mantener la ilusión de que algo o alguien era como lo que nos gusta. Probablemente hace un mes o un año, pensábamos que lo que veíamos era claro, pero ahora todo es diferente y la transformación suele darnos una vaga sensación de vacío.
Mucho de lo que nos es revelado, en algunos casos por primera vez en otro por décima o más veces, puede llegar a causar dolor en nuestra parte apegada a esos hechos, personas o situaciones. Cuando sentimos amenazada esa parte apegada, es necesario recordar que la “verdad” que estamos viendo nos sirve para salir del apego de la ilusión, esa “verdad” es el catalizador para sanar nuestro ego que desea seguir involucrado en un viejo drama.
Los acontecimientos que estaban durmiendo o demorados por el velo de la ilusión, salen a escena y se posicionan frente a nosotros, sin máscaras, dejando al descubierto su verdadero rostro. Mientras ocurre este proceso, pueden no ser gratas algunas cosas que quedan en evidencia, y por momentos hasta preferiríamos no verlas, y mantener la ilusión de que algo o alguien era como lo que nos gusta. Probablemente hace un mes o un año, pensábamos que lo que veíamos era claro, pero ahora todo es diferente y la transformación suele darnos una vaga sensación de vacío.
Mucho de lo que nos es revelado, en algunos casos por primera vez en otro por décima o más veces, puede llegar a causar dolor en nuestra parte apegada a esos hechos, personas o situaciones. Cuando sentimos amenazada esa parte apegada, es necesario recordar que la “verdad” que estamos viendo nos sirve para salir del apego de la ilusión, esa “verdad” es el catalizador para sanar nuestro ego que desea seguir involucrado en un viejo drama.
Puede ayudarnos formularnos la siguientes preguntas:
¿ La verdad que tengo frente a mi, es la llave que me permite liberarme de lo que tengo que soltar ?Si nos lastima el proceder de determinada persona, preguntarnos:
¿ Mi deseo es que actúe de la manera en que yo quiero que actúe ?Podemos experimentar el alejamiento y la desconexión de personas en nuestra vida, el ser físico que ellos eran para nosotros existió y todavía existe, pero la identidad que les dimos y la proyección que pusimos sobre ellas, no existía. En la etapa anterior era necesario que otras personas nos provocaran o nos menosprecien para que, a través del dolor, surja la necesidad de emprender la búsqueda del camino que nos recuerde quiénes somos. En esta nueva etapa nos estamos reconociendo día a día como seres completos, sin la necesidad de ser aprobados por el exterior.Mucha energía y emociones en este momento circulan por todas partes, es necesario no estar distraídos y no engancharnos con lo que no nos pertenece ni tampoco con lo que no es real y pertenece al plano de la ilusión (viejas proyecciones).
Conforme evolucionamos, aumenta nuestra frecuencia vibratoria, lo que no este en sintonía con esa vibración saldrá inevitablemente a la luz, para recordarnos que estamos en el camino hacia una limpieza que nos pondrá en un lugar más genuino.No podemos transformar nuestra vida hasta no ser conscientes de cómo y dónde hemos sido desempoderados.
Es saludable sentir agradecimiento cada vez que se revele la verdad de aquello que está envuelto con el velo de la ilusión y la proyección, ya que esa verdad es un catalizador que nos recuerda quiénes somos, qué es lo que elegimos y qué es lo que realmente nos hace bien.
¿ La verdad que tengo frente a mi, es la llave que me permite liberarme de lo que tengo que soltar ?Si nos lastima el proceder de determinada persona, preguntarnos:
¿ Mi deseo es que actúe de la manera en que yo quiero que actúe ?Podemos experimentar el alejamiento y la desconexión de personas en nuestra vida, el ser físico que ellos eran para nosotros existió y todavía existe, pero la identidad que les dimos y la proyección que pusimos sobre ellas, no existía. En la etapa anterior era necesario que otras personas nos provocaran o nos menosprecien para que, a través del dolor, surja la necesidad de emprender la búsqueda del camino que nos recuerde quiénes somos. En esta nueva etapa nos estamos reconociendo día a día como seres completos, sin la necesidad de ser aprobados por el exterior.Mucha energía y emociones en este momento circulan por todas partes, es necesario no estar distraídos y no engancharnos con lo que no nos pertenece ni tampoco con lo que no es real y pertenece al plano de la ilusión (viejas proyecciones).
Conforme evolucionamos, aumenta nuestra frecuencia vibratoria, lo que no este en sintonía con esa vibración saldrá inevitablemente a la luz, para recordarnos que estamos en el camino hacia una limpieza que nos pondrá en un lugar más genuino.No podemos transformar nuestra vida hasta no ser conscientes de cómo y dónde hemos sido desempoderados.
Es saludable sentir agradecimiento cada vez que se revele la verdad de aquello que está envuelto con el velo de la ilusión y la proyección, ya que esa verdad es un catalizador que nos recuerda quiénes somos, qué es lo que elegimos y qué es lo que realmente nos hace bien.
Claudia Quesada
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