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sábado, 31 de agosto de 2013

Entrevista al Dr. Mario A. Puig

 
Nuestro juego interno se convierte en nuestro juego externo
 
Mario Alonso Puig es médico especialista en cirugía general y del aparato digestivo, fellow en cirugía por la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York y de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia. Una mente bien ordenada, entrenada sin duda, pero al servicio de una consciencia despierta. Si entendemos la vida como él la expresa, lo cierto es que de repente encajan todas las piezas del puzzle. Es una persona abierta a la experiencia, que aboga por un cambio de paradigma y despliega todo su potencial con las personas que tienen la suerte de cruzarse con él o con sus trabajos.
 
 
¿Cómo compatibiliza una visión holística, casi mística, con otra científica más cartesiana y determinista?
De una forma muy natural. Yo creo que hay muchas cosas que vemos como dilemas cuando en realidad son contrastes, es decir, no es lo uno o lo otro, sino que es lo uno y lo otro. No creo que esté reñida la visión de la ciencia con otra más espiritual del ser humano. Creo que nos aferramos a un punto de vista y no nos abrimos a otros. En este sentido, creo que la ciencia tiene que aprender a ser humilde y entender que hay cosas que no se pueden medir todavía y que sin embargo existen. Por otra parte, el mundo que se aleja de la ciencia tiene que entender que la apreciación cuantitativa y cualitativa de las cosas también tiene un valor. Es la arrogancia la que nos mata. Yo creo que desde la humildad, que viene de humus, lo que fertiliza la tierra, podemos abrirnos a la idea de que la ciencia es un valor muy importante, pero que no puede determinar todo lo que es la realidad, la mente no está limitada a un único punto de vista.

¿Qué opina de los valores que promueve la actual sociedad capitalista de consumo con relación a la felicidad y a la realización del ser?
Yo creo que primero tenemos que diferenciar dos conceptos: el bienestar subjetivo y la felicidad. Son dos cosas totalmente diferentes y cometemos un error al igualarlas. Una persona puede tener un bienestar subjetivo aparentemente claro y manifiesto, pero en su interior no estar en una situación de serenidad, no tener paz. Otra persona puede tener un bienestar subjetivo aparentemente más reducido y sin embargo tener una experiencia interna totalmente distinta. Ésta es una de las cosas que tenemos que matizar. Otra es que no creo que exista ningún problema con el dinero en sí, sino que el problema surge cuando ponemos el dinero en el centro de la vida. Cuando el dios es el mercado, el ser humano es rebajado a la condición de objeto. Cuando rebajas al ser humano pierdes toda la belleza que ese ser humano trasmite. Nosotros generamos esos problemas.

¿Qué relación existe entre la enfermedad y el estado emocional de las personas?
Ésta es una pregunta interesantísima a la cual ya podemos contestar con una base científica. Se ha podido fotografiar cómo cuando una persona empieza a ser invadida por sentimientos negativos, ese proceso que empieza en áreas más cognitivas, más intelectuales, va derivando y acaba produciendo cambios en la química sanguínea. Somos muy responsables de nuestros estados emocionales, muy capaces de darles una respuesta. Por ejemplo: cuando una persona empieza a pensar de forma positiva, a animar a la gente que le rodea, a trasmitirles la idea de que siempre hay un camino ante la dificultad, se ha podido corroborar la presencia en su sangre de un neuropéptido, una hormona de corta cadena que tiene dos efectos: el primero es analgésico, y el segundo es capaz de desconectar el conducto del miedo. Y esa respuesta se puede observar en el que tiene esa actitud positiva pero también en las personas a las que anima y apoya. ¿Qué quiere decir esto? Si, ante un desafío, el circuito del miedo me envuelve, no es que yo tenga miedo, es que el miedo me tiene a mí, con lo cual no soy operativo, me bloqueo. Que yo pueda producir un cambio hormonal a través de «yo creo en ti», es maravilloso porque eso tiene dimensiones absolutamente inimaginables. Podemos hablar de hormonas como la dopamina, la serotonina… Es decir, los estados mentales y corporales son dos caras de una misma moneda del inconsciente.
Por ejemplo, cuando una persona está presa de la ira, el resentimiento o la desesperanza, sabemos que suben en sangre los niveles de cortisol, que es una hormona muy saludable cuando sigue los llamados ritmos circadianos; pero cuando se rompe ese ritmo y el cortisol está alto, su concentración dificulta el funcionamiento de un linfocito, de una célula blanca especializada en luchar contra bacterias, virus y tumores, que se llama linfocito asesino. No tenemos pruebas actualmente de que los estados de ánimo negativos favorezcan el crecimiento de tumores malignos pero sí de que dificultan la lucha contra ellos. También sabemos que nuestros estados de ánimo negativos reducen la producción de una enzima de una estructura molecular llamada telomerasa. La función de ésta es reparar los telómeros que son algo así como unos pequeños capuchones que hay en los cromosomas para evitar que éstos se abran. Si el cromosoma se abre, las hebras de ADN se desflecan y si eso ocurre, la longevidad podría reducirse. Queda mucho por descubrir porque, así como se produjo un gran avance en neurociencia, sobre todo a partir de la última década del siglo pasado y principios del actual, hacen falta nuevos aparatos para seguir investigando en un campo infinito y fascinante. Y lo que es bastante impresionante es que la física cuántica, la neurobiología, etc., están dando una explicación científica a cosas que filósofos presocráticos y ciertos místicos ya venían describiendo en un lenguaje más poético pero no menos real.
Ellos ya sabían cosas como ésta: que el observador afecta a lo observado, algo que el mundo de la física subatómica acaba de desvelar. La palabra “filosofía” significa ni más ni menos que amor a la sabiduría y los conocimientos sin sabiduría no se pueden utilizar correctamente.
Los nuevos descubrimientos científicos muestran la existencia de la regeneración neuronal. ¿De qué depende que se puedan crear nuevos circuitos neuronales y restaurar zonas adormecidas?
Cuando yo estudiaba medicina, se sostenía que las neuronas no se reproducían por su extraordinaria complejidad. Tengamos en cuenta que una neurona tiene entre 10.000 y 250.000 conexiones. Imaginemos una estructura que recibe 250.000 impulsos, rodeada de 250.000 cables, y que además tiene que hacer una ponderación más-menos y en función de eso decidir si dispara o no dispara un impulso. Nuestra visión ha cambiado radicalmente con el descubrimiento de dos factores fundamentales. Del primero ya hablaba Santiago Ramón y Cajal, quien dijo: «Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro». Esta bellísima frase es literalmente correcta. Cajal describió las espinas dendríticas, unos pequeños botones dentro de las ramificaciones neuronales; se sabe que cuando una persona es valiente, se entrena, estudia, aprende un instrumento musical, se interesa por las cosas, aumentan las espinas dendríticas. Eso se llama neuroplasticidad. Es muy importante que las neuronas estén muy conectadas.
Podríamos decir de una manera muy simple que, a mayor grado de concentración neuronal, mayor inteligencia. Por otro lado, si bien es cierto que las neuronas no se reproducen, sí se regeneran. ¿Cómo lo hacen? Hay células madre que están localizadas en unas cavidades llamadas ventrículos. Cuando un ser humano entra en un entorno incierto, tiene que aprender deprisa, tiene que controlar su pánico… Hay una señal química que le dice a la célula madre: «Desplázate al hipocampo». La distancia del ventrículo de la cavidad cerebral al hipocampo es de un milímetro, es decir, nada. La célula madre se desplaza y allí empieza a convertirse en una nueva neurona, de tal manera que en tres semanas se ha diferenciado y conectado con la red neuronal. Este proceso se llama “neurogénesis”. Esto quiere decir que el ser humano tiene esa capacidad. El segundo factor a que aludía está relacionado con un descubrimiento muy reciente sobre las células de Glia. Por cada neurona, hay nueve células de Glia, y se había considerado siempre que éstas sólo eran células de sostén nutricional para las neuronas. Hoy en día se sabe que colaboran en el proceso de pensamiento y de creatividad. Y las células de Glia sí que se reproducen.

¿Es cierto que sólo utilizamos un pequeño potencial de nuestro cerebro? ¿Qué alberga la parte no utilizada? ¿Cómo se puede acceder a ella?
Esta parte es muy curiosa, pero no hay muchos datos científicos al respecto. Normalmente se repite con frecuencia que sólo se utiliza el 10% del cerebro. ¿Cómo vamos a saber cuál es el 10% si no sabemos cuál es el 100%? Sí sabemos del cerebro lo siguiente: sabemos que los dos hemisferios, que son áreas de asociación, funcionan de forma radicalmente diferente en unas cuantas cosas muy importantes y que, por el sistema educativo, uno de los dos hemisferios, el derecho, experimenta una atrofia funcional. Pasamos de ser niños con una muy buena coordinación hemisférica a entrar en el mundo de la lengua y las matemáticas, donde compartir, reír, experimentar… parece quedar fuera de juego, y el hemisferio derecho pierde protagonismo. Sí sabemos que el ser humano tiene un cerebro de una capacidad espectacular, pero el programa mental, los hábitos de pensamiento lo limitan. Aunque realmente son cosas que no se puede comparar, imaginemos por un momento que el cerebro es un ordenador. Pero ni siquiera el mejor ordenador producirá resultados satisfactorios si le introducimos un programa basura, y eso no será culpa del ordenador. Tenemos en el cerebro muchos programas basura que es muy difícil suprimir y sustituir por otros que funcionen bien. Hay muchas partes de nosotros que están bloqueadas. Somos herederos de la visión de René Descartes, que en el siglo XVII preconizaba que las capacidades cognitivas son las importantes y que las emociones están en un segundo nivel. Esto es absurdo y contraproducente. Sabemos perfectamente que la mente muestra lo que el corazón quiere sentir. Una persona apasionada se convierte en un transformador de la ciencia. La creatividad es hija de la pasión.
¿Es importante la emoción para desarrollar el potencial del cerebro?
En cuanto a la posibilidad de desarrollar ese potencial, son varias las cosas que se pueden hacer. Lo primero es centrarse en lo que se quiere y no en lo que se teme. Es decir, dar mucho más valor y prestar más atención a la solución que al problema. El concepto del vaso medio lleno o medio vacío hay que matizarlo muy bien. Cuando se lo ve como medio lleno, el vaso empieza a llenarse más, y a la inversa, porque lo que creemos lo creamos. Nuestro juego interno se convierte en juego externo. El ser humano influye en su realidad, aunque no sea consciente de ello. El ser humano necesita soñar. Lo segundo es potenciar muchísimo la comunicación, no sólo como trasvase de información sino como forma de compartir sueños. Tercero, es fundamental el humor. Cuarto, es igualmente importante el ejercicio físico que, como se ha demostrado, mejora la neurogénesis. En quinto lugar, habría que estar muchísimo más en contacto con la naturaleza y no ser un rey Sol, como si todo girase alrededor de uno. Hay que ocuparse de lo cercano, hay que ver cómo se puede llegar a alguien para que su experiencia de la vida sea un poco más hermosa; ver cómo se le puede quitar un poco de sufrimiento y añadir algo de alegría. No somos conscientes del poder que tiene una sonrisa cuando una persona se siente sola y aislada. Son pequeñas cosas que marcan grandes diferencias. No somos conscientes de lo que podemos influir para crear nuevas circunstancias.
 
Usted asegura que empeñarse en rechazar una emoción puede contribuir a darle todavía más fuerza. ¿Se podría aplicar este mismo principio a nivel de la humanidad y a la manera de afrontar sus aspectos más negativos?
Hay otra frase que intento hacer mía y bajo la que intento vivir. En la vida no hay amigos y enemigos, sino sólo maestros. Si yo me encuentro con una persona que es extremadamente desagradable, esa persona está siendo mi maestro, que me ofrece la ocasión para ejercitar mi compasión y mi paciencia. Si lo veo como algo desagradable, estoy perdiendo una enorme oportunidad de crecer como ser humano. Detrás de la ira está la tristeza y el miedo, y la única manera de ayudar a esa persona es no reaccionar ante la violencia. Eso no significa que tengamos que permitir todo tipo de actitudes, pero hay que evitar ir contra la persona. Un ejemplo muy concreto: cuando a la Madre Teresa de Calcuta le preguntaron que si quería formar parte de una manifestación contra la guerra dijo que no: «Llámenme cuando hagan una manifestación a favor de la paz». Todo lo que sea enfocar lo negativo no conseguirá sino perpetuar la situación. Además, se produce un proceso que se llama “colusión”. He de invertir las cosas para demostrar que él está equivocado y yo tengo razón. Ya no me importa solucionar el problema, sino sólo demostrar quién tiene razón. Y ahí hay una inversión que ya no es neutra, que ya no sirve para encontrar el camino hacia la solución. La colusión invita a la reacción. Es un juego destinado al fracaso. Cuando enfocas lo positivo, llegas a conclusiones como las de Nelson Mandela. Después de pasar años encarcelado, enfocó el resto de su vida hacia la reconciliación. «Tan esclavo es el que está en una celda como el que está prisionero de su odio. Ambos han de ser liberados.»
¿Qué entiendes por liderazgo? ¿Crees que en este mundo globalizado eso sigue siendo necesario?
Tenemos que tener en cuenta que las palabras no son inocentes porque abren cajones emocionales de experiencia. Para mí el liderazgo tiene dos características: una, el líder genera un mundo al que a otras personas les hace ilusión pertenecer; y, dos, el líder es aquella persona que desplegando lo mejor que hay dentro de sí invita a los demás a hacer lo mismo. No es alguien que busque seguidores, ni aplauso, ni reconocimiento. Es alguien que quiere hacer aflorar lo mejor que hay en cada ser humano. Por eso me parece que la senda del liderazgo es transitada por pocas personas. Yo creo que es algo necesario. El liderazgo está basado en la autoridad que las personas te confieren, mientras que la jefatura está basada en el cargo que tienes, en el poder. Y desde la perspectiva de la autoridad que te dan las personas, hay quienes sacan lo mejor del ser humano y otros que ponen en marcha sus aspectos sombríos. Vemos el tipo de líder que es en función del tipo de mundo que crea. El líder que a mí me mueve es aquel que quiere servir a los demás; es una persona sencilla que, cuando ve a otro líder, favorece el camino para crecer y da alas para volar. No pretende controlar o competir, lo que le interesa es la generación de la abundancia.
¿Qué lugar crees que ocupa el hombre en la historia de la evolución de la vida?
El único acercamiento que he encontrado a la respuesta a esa pregunta procede de las filosofías orientales más antiguas. Imaginemos que, de algún modo, hay una conciencia absoluta que puede percibirlo todo, pero no se puede percibir a sí misma. Es a través de esa humanización de la conciencia como se percibe a sí misma. Es un viaje para conocerse a sí misma. ¿Qué ocurre en ese proceso? Pues que el reflejo pensó que podía vivir sin su fuente. Por poner un ejemplo: vivo en un bosque y conozco todo lo que me rodea pero no me puedo ver a mí mismo. Entonces me veo reflejado en el agua clara, pero el reflejo cree que es independiente y que puede existir sin su fuente. Sin duda añoraría el origen y no descansaría hasta llegar a él. Y sólo sería feliz al encontrar su origen.
Para mí la virtud más hermosa es la humildad, porque la arrogancia es la ceguera. La humildad de cuando se acepta ser un reflejo de lo más bello; y si se refleja algo hermoso, el sentido es mayor. Si el ser humano aprende esto y se reconcilia y se une con su origen, se produce la integración. Si se aprende el sentido de la vida, se aprende a crecer en amor. Entendiendo el amor como ese pegamento intangible que es todo.
 
Entrevista al Dr. Mario Alonso Puig
por Revista Agenda Viva

miércoles, 28 de agosto de 2013

VIVIR MAS CONSCIENTES




Entrevista de Carmelo Urso a Julio Bevione

Carmelo Urso: En tu artículo "El Caos" dices: "Nuestro proceso de evolución, al menos por ahora, está determinado por la EXPERIENCIA. Al experimentarnos podemos SABER, y al SABER podemos ELEGIR. Y elegir nos hace libres. Pero para eso necesitamos la experiencia". Ciertas doctrinas espirituales, parecieran promover la visión de una vida sin contratiempos, sin infortunios, basadas en el poder del pensamiento positivo. ¿Consideras que la experiencia de las crisis es indispensable para aprender?
Julio Bevione: En el artículo digo "Al menos por ahora", refiriéndome a que la mayoría de nosotros, los que vivimos en mundos de tercera dimensión como este planeta, que tenemos un intelecto que predomina por sobre lo que intuimos, es necesario experimentar para creer, para saber o aprender. De allí se deriva esta visión de que la experiencia me lleva a tomar conciencia. Me resulta difícil tomar conciencia por la conciencia misma, si no lo puedo percibir por mis sentidos. Los budistas dicen que el camino al amor incluye el dolor, pero no necesariamente el sufrimiento. El dolor me alerta y si no presto atención al dolor, comienzo a sufrir. Ese sufrimiento es el que puedo evitar. Hay cosas que no puedo evitar que sucedan, pero soy libre de elegir como vivir lo que me sucede.

Carmelo Urso: Escribiste alguna vez: "Hemos aprendido que mientras más tenemos es mejor. Más pertenencias, más educación, más dinero, más relaciones, más… y más. Y así nos terminamos valorando, a nosotros y a los demás, por estas cantidades". En el marco de estos tiempos de incertidumbre económica, política y ecológica, ¿resulta apremiante vivir con más desapego para experimentar menos crisis? ¿Cómo practicar el desapego en medio de la sociedad de consumo que vivimos?
 
Julio Bevione: El desapego es el aprendizaje obligado en una crisis. De hecho, la crisis ocurre porque me he apegado a algo. De algo externo depende mi paz, mi estabilidad, mi abundancia, mi certeza… que son cualidades de mi espíritu, por lo que nada externo me lo puede dar. Entonces, cuando nos atamos a algo, siempre llega una crisis para desapegarnos, "Des-pegarnos", recordándonos que no es por allí. Somos espíritu y luego somos seres humanos. Si ponemos más valor en otra cosa, estamos destinados a vivir una crisis. Si no aprendemos a desapegarnos, las crisis nos da la lección.

Para practicar el desapego necesitamos poner el espíritu y el ser humano en primer lugar, luego todo lo demás. Cuando hacemos esto, las necesidades cambian y naturalmente nos vamos desapegando. Si el desapego nos significa esfuerzo o dolor, es que aun no hemos puesto los valores en su lugar.

Carmelo Urso: Dices en una de tus notas: "El sacrificio es una creencia tan instalada y valorada por nosotros, que nos mantiene alejados de la felicidad. Y nos vamos cerrando a las posibilidades y así sacrificando nuestra propia vida. Al incluirla en el camino del amor, hemos hecho del amor algo temible, ya que llegar a él exige alguna pérdida". Una persona, una empresa, una sociedad, ¿entran en crisis cuando sus planes, visiones y percepciones se basan en el sacrificio y no en el amor?
 
Julio Bevione: Puede que no experimenten una crisis como tal, pero que tampoco vivan en plenitud, no disfruten lo que les pasa o tengan que esforzarse demasiado para sobrevivir. Viven críticamente.

Hemos sido educados a valorar lo que se consigue con sacrificio y desvalorar lo facil. Pero es solo una creencia.

Un sacerdote católico me decía que en Latinoamérica, al mostrarnos a Jesús crucificado como símbolo de espiritualidad, nos lleva a asumir concientemente que el camino hacia Dios incluye el dolor. Pero el mensaje no es el Jesús en la cruz, sino el Jesús resucitado. Es decir, nada puedo contra la fuerza de mi espíritu, ni siquiera la muerte.

En conclusión: El sacrificio es un aprendizaje, no una realidad. La disciplina, la constancia y la persistencia son de suma importancia para concretar nuestros planes, pero esto no significa que debamos sacrificarnos, que nos duela.

Carmelo Urso: En tu artículo "Aceptar el Cambio" acotas: "si aceptamos el cambio, dejamos entrar la felicidad. Si no lo aceptamos, la miseria se instala en nuestra vida. Nos pasa tanto en las relaciones como con los trabajos, con nuestra economía y, por supuesto, con nosotros mismos". ¿Qué creencias debemos cambiar en nuestras sociedades latinoamericanas, para trascender la pobreza material y las crisis institucionales que suelen afectarnos?
 
Julio Bevione: Entender que somos responsables por lo que vivimos, que no dejemos nuestra responsabilidad en manos de otros, al menos las más importantes: definirme quien soy, vivir en paz y ser feliz. Aun pensamos que las garantías para que esto ocurra dependen de algo externo: de una pareja, de los padres, del gobierno o de alguien más, pero no de mí.

Y encuentro alguien que me promete dármelo, trato de hacerlo eterno creando una relación de compromiso que me asegure que esa persona se quedara conmigo hasta que me de lo que me prometió. Pero no te lo puede dar! Y así caemos en procesos de crisis, para darnos cuenta.

La pobreza material es consecuencia de esta toma de responsabilidad. Si no me valoro, ¿cómo voy a conocer la abundancia? Si delego mi poder en los otros, soy pobre de espíritu. Y la pobreza de espíritu genera una vida de pobreza, aunque este rodeado de dinero.

Carmelo Urso: En una de tus notas nos exhortas a "vivir más concientes. Ese es el verdadero desafío de nuestro camino espiritual. Poco a poco, ir despertando a una vida espiritual, que no es otra cosa que comenzar a tomar decisiones más amorosas con nosotros mismos y con los demás. Decidir menos con el ego y más con el espíritu: esto nos llevará a la paz. Y en paz podremos despertar nuestra divinidad". ¿Cuáles son los pasos que debe tomar un buscador de la verdad para tomar decisiones con amor?
 
Julio Bevione: El camino más fácil es el silencio. Mientras mas silencio hago, mas me distancio de mi mente. Y si me distancio de mi mente, mis miedos pierden fuerzas. Y sin miedo, puedo ser amoroso.

Si hiciéramos al menos 5 minutos de silencio dos o tres veces al día, veríamos como vamos facilitando que el amor esté presente en nuestros pensamientos.

Carmelo Urso: En tu texto "La Única Solución" propones que el amar es la única respuesta sensata a nuestros problemas. ¿Cómo convencer a gobernantes, militares, educadores y demás líderes de esta idea tan sencilla tan poderosa?
 
Julio Bevione: Lo dije antes, no tratemos de convencer a nadie, empecemos por nosotros. Este ha sido el gran error que hemos cometido en la humanidad. Error, no porque este mal, sino porque nos atrasa. Y ¿para que demorarnos?
Si todos los que pedimos que alguien cambie, hiciéramos ese cambio en nosotros, el mundo cambiaria mas rápido que si ese gobernante, o ese líder, hace el cambio.

Carmelo Urso: ¿Experimentamos las crisis como tormentas porque las percibimos desde nuestros dramas? Desprovistas de nuestros dramas, ¿las crisis podrían devenir en momentos de verdadera Paz, euforia y crecimiento?
 
Julio Bevione: Sacaría la euforia, y me quedaría con la paz y el crecimiento. Definitivamente, cuando me conecto con mi espíritu puedo ver la verdad. Y la verdad detrás de una crisis es esa: ¡despertar! Por eso la importancia de estar conectado con mi espíritu. La fuerza que busco afuera, esta dentro de mí. Y también la claridad, la aceptación, la tolerancia…
Cuando estoy claro en esto, me convierto en un servidor. Porque puedo ayudar a otros, ya que no comparto el drama que ellos ven. Pero los puedo entender.


Carmelo Urso: Has escrito recientemente: "Esta generalizada crisis, que aparenta ser económica pero que va aun más profundo en nuestra humanidad, nos está obligando a replantearnos en qué mundo queremos vivir y como queremos que sea nuestra experiencia en el. Y así, naturalmente comenzaremos a establecer nuevas prioridades". Replantearnos el mundo en que queremos vivir implicaría hacer un cambio en nuestros sistemas de creencias y eso sólo puede hacerse desde la educación. Si pudieras hacer tres cambios sustantivos en nuestros sistemas educativos, ¿cuáles serían?
 
Julio Bevione: Incorporar el conocimiento de la mente y las emociones en el mismo nivel que el conocimiento de matemáticas o lenguaje. El verdadero analfabetismo, el más grave, no es no poder escribir, sino no saber quien soy. Y si no me conozco integralmente, no puedo darme el valor que tengo. Hay mucha gente que no aprendió lo suficiente en las escuelas, pero sabe "quien es" y es feliz, mientras que muchos intelectuales o profesionales están en crisis. Conocernos integralmente marca la diferencia.

-Buscar nuevos referentes: Si alguien es héroe por haber matado y dividido, no puedo pensar en construir un mundo en paz. Necesitamos referentes que nos enseñen la integración, la unidad y el respeto por las ideas ajenas.
-La familia debe ocupar un rol esencial en la educación: No podemos esperar que las escuelas formen a los niños y los jóvenes. Esta es tarea de los padres. Las escuelas informan, pero los padres deben asumir la tarea de formar.
Carmelo Urso: Has escrito: "No debemos renunciar a disfrutar del dinero, pero si debe volver a ocupar su lugar de servicio, no de amo". ¿En qué momento de tu vida experimentaste el poder de esta verdad? ¿Cómo haces para que la obtención de dinero no se vuelva una lucha frenética que te arrebate lo mejor de tu vida?
Busco disfrutar y valorar lo que tengo, lo que recibo, pero la búsqueda no es "hacer" o "tener" más dinero. Hemos asumido una relación entre dinero y abundancia que no es tal. Muy posiblemente no necesitamos las cifras de dinero que nuestra mente especula que necesitamos para crear las comodidades necesarias para tener bienestar físicamente.
Creo que si empezamos a disfrutar y valorar lo que tenemos, apagamos la ansiedad de ir por mas.


Carmelo Urso: Expresa, para quienes no conozcan tu obra, qué significa "vivir en la zona".
 
Julio Bevione: Es un camino de búsqueda interior, contada de la manera mas sencilla y aplicable posible para estos tiempos. Cuando estamos en la zona, nada externo puede tener más valor que nuestra fuerza interior. Estoy en paz, no importa que, ni quien.

Carmelo Urso: Un Mensaje final para los lectores
 
Julio Bevione: Que hagamos un lugar para nuestro espíritu y no esperemos que la vida nos obligue a hacerlo desde una crisis. Y que ese camino es el camino del amor, del que puedo darme y puedo dar a los demás. Cuando me amo y te amo, no hay nada que temer, al miedo se le caen todos los argumentos.

lunes, 26 de agosto de 2013

Alma Poeta

A veces no hacen falta las palabras, solo una mirada, un gesto, un abrazo...y toda la energía luminosa que  en el silencio y espacio mas absoluto dibuja las letras que el alma siente...letras que van iluminando como chispitas cada corazón humano en sintonía con  esa misma vibración...letras que no se leen, transparentes a los sentidos pero presentes en el aire, en la naturaleza, en la rueda de la vida de la que somos partes y hacen sonreír al Ser que nuestra esencia esconde... Te regalo letras invisibles, que iluminen tu rostro, que te abracen amorosamente y te eleven en mi vuelo  porque a veces las palabras se toman vacaciones pero el corazón nunca descansa ;)
Graciela
 
 
Huelga de palabras
Por esos aspectos que uno no alcanza a entender…, mientras un sol radiante despuntaba en el cielo, las palabras se colgaron de las sogas, de los alambrados, de los cables, de las ramas de los árboles y se declararon en huelga.
Permanecieron flotantes, hamacándose con la brisa, sintiendo la calidez del sol y la frescura del viento, mientras el pobre escritor las buscaba en forma desesperada.
Miraba en las puntas de las biromes, en el trazo grueso de las fibras, en las huellas que ya no dejaban los lápices, en el repiquetear apagado de los teclados, pero, no aparecían.
Ellas no pensaban regresar, se sentían felices en presencia de unas vacaciones plenas, insólitamente increíbles y totalmente espontáneas.
El poeta furioso las buscaba sin aliento, recurriendo a todos los trucos por demás utilizados en otras oportunidades. Antes que nada llamó a las musas que nunca se habían rehusado a acudir en su ayuda, aunque ahora, era diferente, tampoco ellas poseían siquiera un vocablo, entonces, todavía algo confiado en algunas artimañas infalibles hasta el momento, intentó no perder el control.
Respiró la noche, introduciéndose en ella, aunque, ni en esa forma divisó a una sola letra suspendida. Acudió a los lagos, se inundó de luna, contempló el cielo convirtiéndose en cómplice de una coloración luminosa e invasiva que se apoderaba de todo, bebió el elixir mágico que hacía girar su cabeza llenándolo de ideas y emociones, pero nada.
Arribó a la montaña,
trepó a los astros,
se empapó de rocío,
se exaltó en la tormenta,
vivenció desamparos, tristezas, furias
y ninguna palabra piadosa salió a su encuentro.
Se hundió en pantanos,

se revolcó en los charcos,
se incendió en los volcanes,
visitó podredumbres,
sin agua ni aliento se arrastró en los desiertos,
se sintió cansado, concilió sueños profundos…
en los que divisó sus formas.
Despertó renaciente entre cantos y trinos,
recobró la calma y respiró aliviado,
nada más fue importante,
ya que en un papel gastado,
con sangre en su dedo que brotaba de un anhelo,
escribió ciegamente, con impotencia y deseo,
con un dolor renaciente y gimiendo en un eco:
“sin ustedes soy nada, y en la nada me entierro”.
Apiadándose de él, todas las letras arrepentidas corrieron a su encuentro, regocijadas en un amor flamante, purificado y sonoro. Invadieron al poeta y socorrieron su pena, empujándose apuradas, abrieron las jaulas con todas las llaves, liberaron pesares, sensaciones y duelos, anidaron en su alma para correr por sus venas y resurgir, impetuosas, de su mano derecha.
Por Patricia Torres-Del libro: "Rozando el alma"
 
La alegría no tiene motivos, es eterna.
 

 Cuando uno escucha no hay comparación, aceptación o rechazo
¿Cómo escucha usted? ¿Escucha con sus proyecciones, a través de lo que proyecta, a través de sus ambiciones, deseos, temores, ansiedades, escuchando únicamente lo que desea escuchar, lo que será satisfactorio, lo que habrá de gratificarlo, lo que le brindará consuelo, lo que aliviará momentáneamente su sufrimiento?
Si escucha a través de la pantalla de sus deseos, entonces escucha su propia voz, es obvio; está escuchando sus propios deseos.
¿Existe alguna otra forma de escuchar no sólo lo que está diciendo, sino todo: la gritería de las calles, el parloteo de las aves, el ruido del tranvía, el mar agitado, la voz de nuestro marido, de nuestra esposa, de nuestros amigos, el llanto de un bebé…?
Escuchar es importante sólo cuando no estamos proyectando nuestros propios deseos por medio de aquello que escuchamos.
 
¿Puede uno dejar de lado todas estas pantallas a través de las que escucha, y escuchar realmente?
 
Jiddu Krishnamurti

martes, 20 de agosto de 2013

Para Reflexionar...

 "No digas todo lo que sabes,  No hagas todo lo que puedes,  No creas todo lo que oyes,  No gastes todo lo que tienes Porque: El que dice todo lo que sabe,  El que hace todo lo que puede,  El que cree todo lo que oye,  El que gasta todo lo que tiene Muchas veces:  Dice lo que no conviene,  Hace lo que no debe,  Juzga lo que no ve,  Gasta lo que no puede..."
Probervio Árabe
 
 
 
 "no vale la pena pasar por esta vida sin haber vivido penas y glorias, no tiene sentido vivir sin haber experimentado penas y glorias" el resto de la vida, lo que sobra a las Penas y a las Glorias ,  es el agua tibia, el caldo donde las cosas pasan..."
 

domingo, 18 de agosto de 2013

CUERPO ETÉRICO


CENTROS DE ENERGÍA...DESPERTANDO CHAKRAS

El cuerpo etérico está compuesto totalmente de líneas de fuerza y de puntos donde esas líneas se cruzan, formando al cruzarse centros de energía. Donde tales líneas de fuerza se entrecruzan, tenemos un mayor centro de energía, y donde grandes corrientes de energía se encuentran y cruzan como lo hacen en la cabeza y a lo largo de la columna vertebral, tenemos siete centros principales. Hay siete como éstos, además de veintiún centros meno­res y cuarenta y nueve centros más pequeños, conocidos por los esoteristas.
El tema sobre los centros es peligroso si no es bien comprendido; los centros constituyen una amenaza cuando se los despierta prematuramente o se los energetiza indebidamente, y puede resultar muy peligroso para el hombre impulsado por la curiosidad y para el experimentador ignorante. El tiempo no está aún maduro para presentar este tema en forma plenamente coordinada.
Se ha escrito y discutido mucho acerca de los centros; existe un gran misterio que ha despertado la curiosidad del ignorante y ha tentado a muchos a inmiscuirse en lo que no les concierne.

El hombre ha de llevar una vida de elevado altruís­mo, debe sujetarse a una disciplina que someta y refine sus vehículos inferiores y esforzarse por purificar y controlar sus envolturas. Cuando haya hecho esto y elevado y estabilizado su vibración, se hallará que el desarrollo y la consecuente actividad de los chakras se han efectuado paralelamente y la tarea ha continuado (fuera de su participación activa) en la dirección desea­da.
Mucho peligro y calamidades amenazan al hombre que des­pierta dichos centros empleando métodos ilegítimos y experimentando con los fuegos de su cuerpo sin poseer el necesario conocimiento técnico. Me­diante el esfuerzo podrá despertar los fuegos e intensificar la actividad de los centros o chakras, pero sufrirá el castigo de su ignorancia destruyendo la materia, quemando los tejidos del cuerpo, deteriorando el cerebro, ocasionando la demencia y abriendo la puerta a corrientes indeseables y destructoras.
La evolución de los centros es un proceso gradual y lento que avanza en ciclos ordenados, los cuales varían según el rayo de la Mónada del hombre.
No es cobardía ser precavido y cuidadoso respecto a las cuestiones que conciernen a la vida subjetiva.
Por consiguiente, el aspirante debe realizar tres cosas:
1. Purificar, disciplinar y transmutar su triple naturaleza inferior. ( cuerpo físico, emociones, pensamientos )
2.     Cultivar el conocimiento de sí mismo y equipar el cuerpo mental mediante buenos pensamientos y acciones.
3.   Servir a su raza con absoluta abnegación.
Al proceder así cumple con la ley, se condiciona para obtener entrena­miento, y se capacita para recibir la culminante aplicación del Cetro de Iniciación; de este modo aminorará el peligro que significa despertar el fuego.
Sólo uno de cada mil estudiantes espirituales está en la etapa en que debería empezar a trabajar con la energía de sus chakras y quizás aún estimo que es demasiado optimista. Es mucho mejor que el aspirante sirva, ame, trabaje y se discipline a sí mismo, dejando a sus centros desarrollarse y desenvolverse con más lentitud y por lo tanto con menos peligro. Se desarrollarán inevitablemente, y el método más lento y seguro es (en la mayoría de los casos) el más rápido. Desarrollo prematuro implica mucha pérdida de tiempo y trae, con frecuen­cia, la simiente de prolongados trastornos.
No enseño la manera de despertar los chakras, porque el correcto impulso, la firme reacción a los impulsos superiores y el reconocimiento práctico de las fuentes de inspiración, impulsarán a esos centros, automática­mente y sin peligro, a la actividad necesaria y apropiada. Este es un sensato método de desarrollo y, aunque lento, no conduce a un desarrollo prematuro y produce un desenvolvimiento íntegro.
Si el aspirante sólo desea lograr el desarrollo espiritual, sinceridad de propósito y compasivo altruismo, y si con serena dedicación se aboca a subyugar el cuerpo emocional y a ampliar el mental, y cultiva el hábito de pensar en forma abstracta, por lógica, se producirá el desarrollo deseado de los centros, evitándose todo peligro.
Maestro Djwhal Khul  

viernes, 16 de agosto de 2013

Desenredando...

 
Enriedos, problemas y solución
 
Todo enredo tiene su manera de desenredarse. Esta no sólo es una visión optimista de lo que podría ser un problema, sino una verdad que tenemos que aceptar.
Para que algo se haya complicado o enredado, antes debió estar en un estado opuesto. Saber de la existencia de este primer estado es la garantía que toda búsqueda de solución encontrará un resultado positivo.

Pero, muchas veces, creemos lo opuesto porque esperamos que la solución ocurra como un acto mágico del destino, que alguien la encuentre por nosotros o, simplemente, porque asumimos que no hay solución para nuestro problema. Y nos quedamos a mitad de camino.

Einstein, un gran buscador de soluciones, decía que su inteligencia no era lo que lo llevó a encontrar las respuestas, sino su paciencia, porque se quedaba con el problema hasta que aparecía la solución. Una mezcla de trabajo y paciencia.

Por lo tanto, si nos encontramos con un problema en nuestro andar, antes preguntémonos si queremos encontrar una solución. Sucede que a veces estamos mas cómodos con el problema que sin él. Por contradictorio que nos parezca, en mi experiencia, ése es el primer factor que veo en las personas que no lograr ver una salida a sus enredos.

Si realmente queremos una solución, lo siguiente será renunciar a pedírsela a otros, o esperar que el destino la presente. Podemos buscar quien nos guíe, pero solo nosotros podemos hacer el trabajo.

Y luego, cuestionar lo que vemos o lo que sucede. Observarlo en silencio. Escuchar lo que nuestra mente nos dice. Ir limpiando el camino de los pensamientos que entorpecen ver el bosque. Insistir y esperar. De pronto, nuestro trabajo será recompensando por una idea iluminadora.

Al final, una vez superado, agradeceremos a esa situación porque entenderemos su propósito. Y es que todo problema viene a ayudarnos a abrir la mente y el corazón. Por eso, buscar una solución se puede transformar en un camino sagrado de expansión espiritual. O una razón más para creer que no somos poderosos. Es nuestra elección. -
 
Julio Bevione

jueves, 15 de agosto de 2013

La Palabra y el Lenguaje

 
El Sonido, la Palabra, el Lenguaje.
Raras veces las personas se dan cuenta de la potencia de una palabra, sin embargo, se ha afirmado:
"En el principio era el Verbo y el Verbo era con Dios. Sin él nada de lo hecho fue hecho”.
Por consiguiente, cuando leemos esas palabras, nuestras mentes retornan a la aurora del proceso creador en el que, mediante el sonido, "Dios habló y los mundos fueron hechos". Se ha dicho que "el principal agente por el cual gira fenoménicamente la rueda de la naturaleza, es el sonido", porque el sonido o palabra original pone en vibración la materia de la cual están hechas todas las formas, e inicia esa actividad que caracteriza hasta los átomos de la sustancia.
La literatura y las escrituras de todas las naciones antiguas y las grandes religiones, dan testimonio de la eficacia del sonido en la producción de todo lo que es tangible y visible. Los indúes dicen en forma muy hermosa que "el Gran Cantor construyó los mundos, y el Universo es Su canción".
El sonido o lenguaje y el empleo de las palabras, han sido considerados por los filósofos antiguos -y en forma acrecentada por los pensadores modernos- como los agentes más elevados que el hombre ha utilizado para moldearse a sí mismo y a su medio ambiente. El pensamiento, el lenguaje y la actividad resultante en el plano físico, forman la triplicidad que hacen del hombre lo que es y lo sitúan donde está.
El propósito del lenguaje es revestir el pensamiento y ponerlo a disposición de los demás. Cuando hablamos, evocamos un pensamiento y le damos vida, haciendo audible lo que está oculto dentro de nosotros. El lenguaje revela, y el correcto lenguaje puede crear una forma que encierre un propósito benéfico, así como el lenguaje incorrecto puede crear una forma que tenga un objetivo maligno. Sin darnos cuenta, hablamos incesante e irresponsablemente día tras día; empleamos palabras; multiplicamos sonidos, y nos rodeamos de mundos de formas creadas por nosotros mismos.
Por lo tanto es esencial pensar antes de hablar y recordar el precepto, "Antes de hablar, se debe adquirir conocimiento". Después de pensar, seleccionemos esas correctas palabras que expresen el correcto pensamiento, tratando de pronunciarlas correctamente, dando el valor exacto y la verdadera cualidad de tono a cada palabra emitida.
Entonces, mediante la palabra hablada, crearemos una forma mental que corporificará la idea que tenemos en la mente. Así nuestras palabras no llevarán la discordia, sino que agregarán su parte a ese gran acorde armonizador o palabra unificadora, cuya pronunciación es finalmente función del género humano. El lenguaje incorrecto separa, y es interesante tener presente que la palabra, el símbolo de la unidad, es divina, mientras que el lenguaje, en sus numerosas diversificaciones, es humano.
A medida que prosigue la evolución y la familia humana se eleva a su verdadera posición, en el gran plan del universo, será cultivado cada vez más el lenguaje exacto y correcto, porque pensaremos antes de hablar o, como ha dicho un gran instructor, “por la meditación rectificaremos los errores del lenguaje incorrecto, siendo más evidente la significación de las palabras-formas, de los verdaderos y correctos sonidos y de la cualidad vocal”.
Maestro Djwhal Khul

lunes, 12 de agosto de 2013

Halla tu Guia Interno...

La magia sólo podrá retornar con el regreso de la inocencia. La esencia del mago es la transformación...


Une:  Razón -Experiencia y Espíritu
Todos nosotros deseamos crecer en amor y creatividad, explorar nuestra naturaleza espiritual, pero muchas veces erramos el objetivo. Nos encerramos en nuestra propia cárcel. Sin embargo, hay quienes han roto el encierro que comprime la vida. Rumi, el poeta persa, decía: “Somos espíritu incondicionado atrapado por las condiciones, como el Sol en un eclipse”.
Ésa es la voz de un mago que no creía que los seres humanos viviésemos limitados en el tiempo y el espacio. Sólo estamos eclipsados temporalmente. El propósito de aprender de un mago es encontrar al mago que llevamos dentro. Una vez hallado el guía interior, nos habremos encontrado a nosotros mismos. El yo es el Sol de resplandor permanente que, aunque eclipsado, cuando se despejan las sombras se muestra en toda su gloria.

El mago está más allá de los contrarios de luz
y oscuridad, bien y mal, placer y dolor
Todo lo que el mago ve tiene sus raíces
en el mundo invisible.
La naturaleza refleja los estados de ánimo del mago.
El cuerpo y la mente podrán dormir
pero el mago vela permanentemente.
El mago posee el secreto de la inmortalidad.

Estas palabras habrán cumplido su propósito si producen en nosotros una ligera sacudida, la emoción de un reconocimiento. En realidad es emocionante descubrir que no somos seres limitados, sino hijos de lo milagroso. Ésa es la verdad, la realidad profunda acerca de cada uno de nosotros que ha vivido eclipsada demasiado tiempo.
La mente lineal, con su necesidad de crear orden, no es la única que lo ha de acompañar en su viaje por el sendero del mago. Deberá andar ese camino de la mano de la imaginación, la esperanza, la creatividad y el amor.
En pocas palabras, el sendero del mago es el camino del espíritu. Pero la espiritualidad no se opone a la racionalidad; es el marco más grande dentro del cual encaja la razón, como una de muchas otras piezas. 
Mis sugerencias son apenas un punto de partida, formas de encender la iniciativa de cada uno. En últimas, será nuestra propia comprensión la que cambiará nuestra realidad. 

¿Qué es un experimento del pensamiento? Es una forma de llevar la mente a nuevos lugares, de hacerla ver las cosas de manera diferente. Los magos sabían algo profundo e importante – que si deseamos cambiar el mundo, es preciso cambiar nuestra actitud hacia él. Einstein se reclinó una vez en un sofá, cerró los ojos y vio a un hombre que viajaba a la velocidad de la luz. Sin descartar esa curiosa imagen, comenzó a realizar varios experimentos de pensamiento, aparentemente simples elucubraciones. Sin embargo, pocos años después, las actitudes de todo el mundo científico se transformarían cuando la naturaleza misma confirmara las visiones trascendentales de Einstein.
Si una fantasía en un sofá puede alterar el mundo, es porque los experimentos del pensamiento encierran un poder incalculable. Nada se aprende realmente hasta que se vive. Una vez que la razón, la experiencia y el espíritu se unen, se abre el sendero del mago y todo está dispuesto para la alquimia. La sabiduría que llevamos dentro es como una chispa que, una vez encendida, no se extingue jamás.

Deepak Chopra ( del sendero del Mago)

lunes, 5 de agosto de 2013

Paradojas

"La autenticidad es una fuerza sensibilizadora y una bendición. Surge de sentirse a gusto consigo mismo y, por ende, en el universo. constituye el mayor poder del mundo: el de ser nosotros mismos."



Paradojas

A menudo pienso que la sabiduría se manifiesta, casi siempre de dos maneras:

A través de la verdad obvia pero olvidada. O a través del lenguaje de la paradoja.

Una paradoja sería: 'recuperar lo que ya es tuyo', por ejemplo.
Creo que en el 'recuperar lo que ya es tuyo' o en otra paradoja como el 'volver a ser lo que eres' está la esencia de la felicidad o de la realización.
Y no me refiero a un recuperar material, sino, más bien, a un recuperar que nace del 'darse cuenta' que aparece como resultado de liberarse de las cargas sobre nuestra identidad impuestas y autoimpuestas y sobre el factor expectativa.
Lo curioso es que, en realidad, la paradoja no existe. Lo que ocurre es que lo complicamos todo tanto que llegamos a la solución viéndola como una contradicción, cuando en realidad, no lo es.
Es decir, en realidad todo es tan simple como que, por ejemplo:

Tu vida es tuya.

Lo tuyo es tuyo.

Tu eres el/la que eres.

Pero, para que le demos el valor necesario, tristemente, tenemos que llegar a sentir:

Que tu vida no es tuya.

Que lo tuyo no es tuyo.

Que tu no eres (o no puedes llegar a ser) el que eres.

Muchos andan viviendo una vida que no es la suya, sin lo suyo, siendo lo que no son.

Luego, la felicidad, la realización, o mejor, la alegría (me resulta un concepto mucho más concreto), están simplemente, en SER.

No resulta fácil vencer en la lucha por ser auténtico.

Alex Rovira







viernes, 2 de agosto de 2013

Dejarlo Ir...




La Vida está para adelante

Todo en este mundo visible es una manifestación del mundo invisible, de lo que sucede en nuestro corazón. Deshacerse de ciertos recuerdos significa también dejar libre un espacio para que otras cosas ocupen su lugar. Dejar para siempre. Soltar. Desprenderse. Nadie en esta vida juega con cartas marcadas. Por ello, unas veces ganamos y otras, perdemos. No esperes que te devuelvan lo que has dado, no esperes que reconozcan tu esfuerzo, que descubran tu genio, que entiendan tu amor.
Deja de encender tu televisión emocional y ver siempre el mismo programa, en el que se muestra cómo has sufrido con determinada pérdida: eso no hace sino envenenarte. Nada hay más peligroso que las rupturas amorosas que no aceptamos, las promesas de empleo que no tienen fecha de inicio, las decisiones siempre pospuestas en espera del "momento ideal".
La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando puertas abiertas "por si acaso", nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.
Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.
DEJARLO IR. Antes de comenzar un nuevo capítulo hay que terminar el anterior: repítete a ti mismo que lo pasado no volverá jamás. Recuerda que hubo una época en que podías vivir sin aquello, sin aquella persona, que no hay nada insustituible, que un hábito no es una necesidad.
Puede parecer obvio, puede que sea difícil, pero es muy importante. Cerrar ciclos. No por orgullo, ni por incapacidad, ni por soberbia, sino porque, sencillamente, aquello ya no encaja en tu vida. Cierra la puerta, cambia el disco, limpia la casa, sacude el polvo.
Deja de ser quien eras, y transfórmate en el que eres…Esa es la vida…
Paulo Coelho

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