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jueves, 14 de enero de 2010

DARSE PERMISO




 
 

WHITE CHESTNUT

Pensamientos invasivos y recurrentes. Falta de interés en el presente. Dialogo interno torturante.

Para los que no pueden evitar que penetren en su mente pensamientos, ideas o argumentos que no desean. Suele darse esta circunstancia en momentos en lo que el interés por el presente no es lo bastante fuerte como para mantener la mente ocupada.
Los pensamientos que preocupan pueden permanecer, o ser desechados por un momento, pero siempre retornan. Parecen dar más y más vueltas y causar un tormento mental. La presencia de tales pensamientos desagradables quita la paz e interfiere con la capacidad de concentrarse sólo en el trabajo o el placer cotidiano.

Dennis Genpo, Maestro Zen: "Mi felicidad no depende de lo que me pase"
Entrevista en El Periódico de Catalunya el 2 de julio 2008
Un desengaño amoroso le llevó a refugiarse en el desierto. Allí despertó de nuevo a la vida, y esa experiencia le inspiró la técnica de la Gran Mente.

GASPAR HERNÀNDEZ


--¿Cómo puedo calmar la mente?
--Dándote permiso. Para conseguir algo o ser alguien, primero tenemos que darnos permiso. Nuestra mente está muy ocupada, y no tenemos tiempo de conocerla realmente. Tratamos de aquietarla o de encontrar felicidad y gozo, pero es casi imposible conseguir una mente silenciosa sin darnos permiso. Y sin ningún tipo de técnica.

--Usted ha inventado la técnica de la Gran Mente, que bebe de la psicología.
--Sí. Es una técnica basada en el diálogo de voces, generado por dos psicólogos. Pero en el fondo viene de Jung y Freud. Se trata de convertirnos en presencia, despertar, consciencia. Siempre estamos buscando, tratando de encontrar algo, y en ese estado es imposible. Quien busca es el ego o el yo. Pero esa parte no es nuestra naturaleza esencial.

--¿Y cuál es?
--La que está en paz y no necesita nada. Mire, nuestra mente funciona como si tuviera una marcha puesta y no supiera entrar en punto muerto

--¿Cómo consiguió usted entrar en punto muerto?
--Un día, con 26 años, tuve problemas con una relación sentimental y decidí irme al desierto. Yo entonces tenía muchos problemas de diversa índole. Y cuando estaba solo contemplando la arena y las dunas tuve una gran experiencia de despertar. Mi vida entera se transformó.

--¿En qué sentido?
--Me di cuenta de que podía vivir totalmente en paz. El cerebro tiene dos raíles, como la vía de un tren. Está el raíl izquierdo y el raíl derecho. El izquierdo siempre quiere más, avanzar hacia adelante, no deja de pensar; el derecho es radicalmente lo opuesto: no va a ninguna parte pero ya está en paz. Son los hemisferios del cerebro. A partir de entonces me quedé en el raíl de la paz. Y estudié durante 24 años con un maestro zen, hasta que murió.

--Supuso un cambio radical en su vida porque, antes de esa experiencia, usted era hombre de negocios y deportista.
--Yo era un nadador muy disciplinado y competitivo. Entrenaba entre cuatro y ocho horas diarias. Mi maestro zen me dijo que nunca me daría cuenta de cuánto había obtenido de la práctica del deporte.

--Cuéntenos más cosas de los raíles de la vía de tren.
--El lado izquierdo es el hemisferio de la mente pequeña, el derecho es el de la gran mente. El izquierdo trabaja analíticamente, está limitado, constreñido, y nos separa del resto de la existencia. El derecho es creatividad, intuición, instinto; ahí no hay fronteras, no hay límites, no estamos separados de los otros seres y somos el mismo ser.

--¿En qué me puede ayudar su técnica de la Gran Mente?
--Te da la capacidad de ser libre y de poder elegir ante las decisiones. Yo experimento una felicidad incondicional. Mi felicidad no depende de lo que me pase. Por supuesto, cuando hay una razón para estar triste o enfadado puedo estar triste o enfadado, pero la tristeza o el enfado desaparecen muy rápidamente si lo deseo, y si estoy en ese lugar.

--¿Cómo es ese lugar?
--Es un lugar de vacío.

--Qué miedo.
--No, en absoluto. Es el momento presente.

--¿Cómo se aprende a estar en el presente?
--Estando. Cuando vivimos en el presente, estamos en la mente que no busca.

--¿A través de la meditación?
--Exacto. La meditación verdadera es estar con lo que sencillamente es. Y dejar que cualquier cosa surja, sin intentar controlarla o liberarnos de ella. Estar con lo que hay. Eso es.

--Pero el tiempo pasa, y cada vez más deprisa.
--El tiempo es un fenómeno interesante, porque es solo un concepto. Nunca respiramos en el pasado o el futuro, sino justo aquí y ahora. Los sonidos que oímos son los de ahora. Nunca oímos el pasado, a no ser que escuchemos la radio.

-¡La radio es presente!
--Quiero decir una grabación. Y lo mismo es aplicable a nuestros sentidos. Pensamos en presente, hablamos en presente y, en cambio, vivimos en el pasado o en el futuro, lo cual es una locura y nos hace disfuncionales. Por tanto, si queremos vivir una vida libre, tenemos que aprender a hacer este cambio para vivir en el presente.

--¿Y si alguien nos quiere mal?
--Los enemigos son nuestros maestros, siempre y cuando les permitamos serlo. De hecho, cualquier cosa puede ser nuestro maestro si queremos aprender. Cuando estamos despiertos, viviendo en el presente, todo nos enseña algo. Dejamos de ser víctimas y nos convertimos en señores de nuestra propia vida. Y en vez de ver a los demás como enemigos, los vemos como maestros.

Publicado por Pilar Vidal Clavería 

en : Sentir con Flores de Bach- http://piltruns.blogspot.com


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