La
personalidad Centaury
¿Tu
crees que no lucho
porque no hiero ni ofendo?
Némer Ibn El Barud
porque no hiero ni ofendo?
Némer Ibn El Barud
Personalidad
La
máscara habitual del Centaury se manifiesta bajo la forma de
una personalidad bondadosa, callada, sensitiva, dócil, gentil,
abnegada, vacilante, dependiente, sumisa, inhibida y ansiosa (hasta
en demasía) por ayudar a los otros. Poseedor de una exagerada
valoración de su capacidad para asistir al partenaire, es prisionera
de serias dificultades para poner límites y decir que no a
los requerimientos ajenos y puede, en extremos, llegar a desarrollar
conductas serviles y masoquistas.
Su voluntad se encuentra debilitada y sus afectos exacerbados debido,
en parte, a la vulnerabilidad que siente de un modo visceral y, por
otra, por el esfuerzo que despliega para complacer a los demás.
De manera habitual relega sus opiniones e intereses y le resulta costoso
hacer valer sus ideas de manera que olvida sus propias necesidades
y, en espejo, no percibe las auténticas necesidades de los
otros.
Por este camino es frecuente que la rigidez Centaury culmine en la
ausencia de placer por las cosas de la vida cotidiana y, aún,
por la vida misma.
Sin embargo, en su sombra se oculta un carácter bien diferente:
fuertemente compulsivo, arrogante, egoísta, demandante, presumido,
autoritario, autócrata, dominante, tiránico, ampuloso,
anhelante de poder, vengativo y, por momentos, con tendencia a comportarse
con crueldad.
De esta manera la forma habitual del Centaury (máscara) se
revela como un gesto de apaciguamiento hacia el otro para evitar el
castigo o la agresión, fantasía simétrica a los
deseos reprimidos o contenidos de castigar y agredir que habitan en
su sombra. Estos impulsos se encuentran al acecho para cuando se presente
la oportunidad adecuada de poder descargarlos sin peligro.
Entre ambas posibilidades antagónicas existe un equilibrio
un camino que permite el surgimiento de una personalidad fuerte y
afirmada sobre sí misma, independiente y segura de sus convicciones,
gentil y receptiva, compasiva y comprometida socialmente pero, al
mismo tiempo, capaz de saber limitarse en el servicio cuando percibe
que excede sus posibilidades, libre del temor de ser rechazada si
no cumple con lo que le demandan, resistente a las influencias y que
no permite que se aprovechen de ella.
Lección
El
Centaury tiene que aprender a encontrar el centro dentro de si donde
apoyar los cimientos de su identidad; a poner límites y no
dejar que otros interfieran en su camino interior y, finalmente, a
permitirse ser un agente activo en la construcción de su propia
vida.
Virtud
Las
virtudes que esta esencia permite desplegar son: mansedumbre, servicio,
bondad, compasión, fortaleza, piedad, humildad, estima y modestia.
Al mismo tiempo fortifica la voluntad para hacer capaz a la persona
de realizar el propósito interior que su alma le dicta.
Obstáculo
Dado
que los Centaury actúan bajo la creencia de que su manera de
relacionarse es esencialmente amorosa, cuando, por el contrario, la
realidad es que son incapaces de decir que no a los reclamos de los
otros, terminan bajo la ilusión de que resistirse a la explotación
de los otros es una falta de amor.
El proceso que subyace a este dinamismo hace evidente que, al complacer, el Centaury siente que se valida, que se corporiza, que existe. Pero lo que sucede es que al olvidar sus propias necesidades, al no escuchar su voz interior y al enajenarse en el deseo del otro, retrasa su propio camino de evolución y el de los que lo rodean.
El proceso que subyace a este dinamismo hace evidente que, al complacer, el Centaury siente que se valida, que se corporiza, que existe. Pero lo que sucede es que al olvidar sus propias necesidades, al no escuchar su voz interior y al enajenarse en el deseo del otro, retrasa su propio camino de evolución y el de los que lo rodean.
Clave
histórica
Es
frecuente encontrar, en la biografía de la personalidad Centaury,
relatos de humillaciones y maltratos reiterados en la infancia, frustraciones
en sus necesidades de afecto, padres autoritarios y castigadores,
etapas de caprichos y rebeldías y exigencias alimenticias y
en el control de esfínteres (por parte de los padres) que fueron
vividas de un modo traumático. De la misma manera aprendieron
en la infancia el mandato de los padres según el cual “Si
no obedeces, no te vamos a querer”.
Mapa
emocional
Hostilidad
reprimida, excesiva demanda de amor que conduce a una reiterada frustración,
miedo a la libertad y al descontrol, culpa y remordimiento, necesidad
de castigo, insatisfacción permanente, vergüenza, vivencia
de no ser nada, no solamente no ser valioso sino considerarse una
basura o un felpudo.
Polaridad
emocional
Servicio
y egoísmo; servilismo y autocracia; sometimiento y tiranía:
ira y perdón; crueldad y compasión; sumisión
y libertad.
Modalidad
comunicacional
Queja,
falta de fuerza expresiva y espontaneidad, bloqueo en la afirmación,
muletillas de permiso y perdón permanente, torpeza.
Vínculos
Dependientes,
sometidos, sumisos, desafiantes, insatisfactorios, adictivos, inhibidos,
búsqueda de protección y aprobación, delegación
en el otro de la propia autoridad. En esencia las relaciones Centaury
se organizan en torno de vivir la vida a través de la del otro.
Algunos de los rasgos mas destacados en su relación con otros
son:
Si
alguien necesita algo se lo dan sin que se lo pidan. Esta es una máscara
que parece generosidad pero encubre temor.
Su finalidad esencial en la vida es hacer cosas por los otros. Este
servilismo es una máscara del auténtico servicio.
Son considerados y amables en el trato con las demás personas.
Están con las personas que quieren en las buenas y en las malas.
Se inhiben cuando son el centro de atención.
Se inhiben cuando son el centro de atención.
Son personas sufridas, pacientes y con mucha tolerancia a la incomodidad.
Son bastante ingenuos y les cuesta pensar que otras personas tengan
segundas intenciones hacia ellos.
En sus relaciones afectivas tienden al dejarse guiar por la pareja
renunciando a su propia autoridad y su propio camino y hasta llegan
al masoquismo.
En la sexualidad no busca tanto el placer propio como el del otro.
Síntomas
físicos
Cansancio,
palidez, trastornos circulatorios, trastornos hepáticos, dolores
de columna (especialmente dorsales), hipertensión arterial,
patologías tiroideas, tensión muscular, dolores en los
muslos, constipación, disneas respiratorias, trastornos inmunológicos.
Síntomas
psíquicos
Incertidumbre,
represión de la sexualidad, relaciones de co-dependencia y
sufrimiento, incapacidad de goce, tendencias masoquistas, afán
de servicio desmedido, síntomas obsesivos, accidentes reiterados,
incapacidad para expresar con fuerza las ideas, influenciabilidad,
anhelo de reconocimiento y confirmación, temor a autoridad,
necesidad de aprobación, incapacidad para poner límites,
hipersensibilidad, tristeza, voluntad débil, pasividad, reaccionan
a los deseos de los otros y no a los propios.
Mecanismo
Dependencia,
bajo la forma de incapacidad de asumir la propia autoridad.
Referencia
botánica
Centaurium
umbellatum, flores rosadas, insertadas en la punta de las ramas. Sólo
se abren cuando hay buen tiempo.
Desarrollo
Este
tipo floral plantea uno de los más complejos y difíciles
problemas clínicos con los que se enfrenta el Terapeuta Floral.
La causa radica en que, el Centaury, suele tener una recurrente tendencia
a la recaída y al retorno de los síntomas, al punto
que, es muy común que en los tratamientos de estos pacientes,
a lo largo de toda su duración, se establezca un reiterado
patrón cíclico de mejorías y regresiones. Esto
posee cierta lógica, ya que, su identidad se encuentra carcomida
por una fuerte orientación masoquista, que no es otra cosa
que un sadismo vuelto contra sí mismo, que les impide, entre
otras cosas, acceder fácilmente a la curación.
El Dr. Bach al describir el tipo de personalidad que se corresponde
con ésta esencia dice que se trata de gente bondadosa, callada
y dócil, pero que, sin embargo, se encuentra hiperansiosa por
servir a los demás y que, al mismo tiempo, valoran en mucho
las propias fuerzas de que disponen para realizar esta tarea.
Eduardo H. Grecco
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