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viernes, 26 de febrero de 2010

Gavetas Vs Baúl...y Flores de Bach


Gavetas versus baúl?


En una etapa de mi vida, cuando trabajaba como consultora gerencial, tuve la oportunidad de ser la única mujer en un grupo de caballeros psicólogos, todos ellos mayores que yo. Allí en ese momento, no antes ni después, entendí que debía haber algo en nuestros cerebros y formas de pensar que nos hacían diferentes: me refiero a la forma como las mujeres y los hombres ven, abordan o experimentan las situaciones. En ese instante me percaté que la manera cómo las mujeres manejamos una circunstancia es totalmente diferente a como lo hacen los hombres; nosotras vamos a lo que yo llamo lo anecdótico o casuístico mientras que los hombres entran directo al tema. De allí surgió mi teoría de las gavetas versus el baúl que muchas personas me han escuchado en diferentes oportunidades.

Yo pienso que los hombres pueden parcelar perfectamente sus categorías de información, tal cual tuviesen gavetas en sus cerebros. Una gaveta o cajón para la esposa, una gaveta para los hijos, otra para el trabajo, otra para los amigos, otra para el sexo, otra para el control remoto de la tele, otra totalmente vacía (en la que pueden merodear bastante tiempo en una especie de extasis inexplicable) y así sucesivamente. Esto implica que cuando se habla de un tema es SOLO de ese tema, no se mezclan. Cuando un hombre está en situación de trabajo piensa en eso... el trabajo (bueno, también cosas o personas relacionadas con el trabajo, voy a ahorrarme comentarios). Cuando un hombre está estresado lo piensa no lo habla.

Las mujeres no somos así. Nosotras pensamos con una estructura tipo baúl, es decir, todo lo tenemos junto en el fondo de una gran caja negra que, al no tener separaciones, hace que todo se revuelva, se toque, se confunda, se combine. Por eso de repente estamos en la oficina trabajando frente al computador y pensamos en paralelo que el refrigerador está vacío o le falta limpieza, o que debemos pasar por la tintorería a buscar la ropa, o que es necesario comprar víveres, además de pensar que deberíamos pasar por el colegio de los niños para hablar con la maestra; también podemos pensar en la sexy dormilona que nos vamos a poner en la noche o simplemente que al tacón le falta tapita. Adicionalmente nos viene a la mente el qué estará haciendo "mi gordito bello”, hasta que se cruza la imagen de una joven simpaticona tipo Jessica (la esposa de Roger Rabbit) en esa película mental y el pobre gordo deja de ser un individuo angelical para convertirse, como mínimo, en un bicho inconsciente; aunque él ni se imagine que es objeto de los pensamientos de su amada quien está en la oficina sufriendo por él. Ni hablemos de cómo las féminas administramos el estrés: nosotras necesitamos hablarlo, pero realmente h a b l a r l o todo. Necesitamos ser escuchadas, pero que ni se le ocurra al caballero quien comparte nuestras vidas darnos solución. Solo queremos ser e s c u c h a d a s , no que nos resuelvan la existencia (que complicadas somos!!!).

Es que las damas tenemos un sin fin de cables interconectados en nuestro cerebro haciendo corto circuito con las llamadas emociones. Por eso es que los hombres se quejan de que nosotras podemos traer al presente situaciones discutidas y "solventadas" en el pasado a través de una prodigiosa memoria la cual se activa para eso, pero no para otras cosas útiles o necesarias. Ejemplo de lo anteriormente dicho: cuando era niña me encantaba jugar con los álbumes de fotografías de mi mamá. Por supuesto se me perdieron montones de ellas. Cada vez que mi difunta madre veía un archivador de fotos sacaba y repetía infinitamente la historia: yo había dañado y malogrado sus preciados recuerdos gráficos (tenía razón). Recuerdo claramente el preguntarme silenciosamente (por si acaso, no fuera a ser que me escuchara!) cuándo se le olvidaría esa situación... parecía un aguacerito blanco. Esa cantaleta la escuché casi hasta que ella murió. Estoy segura que los caballeros que lean esta entrada podrán dar fe de que sus compañeras de vida, hermanas, tías, abuelas, novias y esposas (sobre todo estas dos últimas categorías) tienen retentivas asombrosas para evocar cierto tipo de sucesos. ¿o no?

Flores para el Baúl?

Heather para escuchar lo que otros tienen que decir en lugar de "enchufarnos" a hablar sin medida todo el tiempo sobre historias ya conocidas por los demás, nos ayudará a parar un poco la lengua, a sentirnos acompañados y al mismo tiempo ser excelente compañía.
Honeysuckle para los recuerdos de situaciones del pasado que no dejan que vivamos el presente, para que superemos esas vivencias.

White Chestnut para los monólogos y escenarios mentales en los cuales montamos /desmontamos situaciones que producen tortura mental, para que tengamos pensamientos tranquilos.

Por eso es que dicen que a las mujeres no hay que comprenderlas solamente quererlas. ¿Será que somos realmente complejas? Entre paréntesis yo formo parte del club. Un dato para los caballeros: las mujeres perdonan más no
olvidan!!!

Marielena Nuñez
http://bienestando.blogspot.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es cierto...los caballeros tenemos cajoncitos (o gavetas como dice la nota) y las damas tienen un gran baúl donde todo está interconectado...Y entonces aprovecho y abro uno de mis cajoncitos y busco una pregunta y digo:"-¿y qué?"...
Y sigo buscando (en otro cajoncito) y digo: "-¿desde cuándo a la energía femenina ( o a cualquier otra energía) hay que entenderla?"...Que tontería verdad? Que pérdida de tiempo! Mejor amarnos a partir de nuestras refrescantes dierencias (que gracias a Dios existen!) y sin condiciones de ningún tipo..solo amarnos y amarnos y amarnos y amarnos...cada vez mas... :))

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