Flor: Pine
Cualidad: Paz interior, ayuda a expiar culpas, saldar deudas y recapacitar sobre actos cometidos.
Es la Flor de Bach para la gente que se culpa por algo que consideran hicieron mal en el pasado, cierta negligencia de un padre o algún defecto en sí mismos o algo que han dejado inconcluso. También para los que se auto-reprochan aunque hayan tenido éxito porque piensan que pudieron haberlo hecho mejor. Nunca están satisfechos con sus propios esfuerzos y logros. También tienden ocasionalmente a sentirse responsables de los errores de los demás.
Su cuerpo físico termina por ponerse tenso hasta que les sobreviene una enfermedad, de la cual se culpan porque sienten que están fallando con su deber para con los demás, con su trabajo y con sus responsabilidades familiares. Este complejo de culpa les quita tanta alegría de vivir, que se desaniman y empiezan a desesperarse. El sentimiento de culpa puede inundarles a tal grado la mente que, aún y cuando se trate de algo sin importancia, sientan la necesidad de estarse disculpando.
Psicológicamente
se trata de la expresión de la lucha entre el deseo censurado y una ley
que impide su realización. Sin embargo, esta dinámica desnuda la
condición de búsqueda de mayor sabiduría y perfección.
¿Quién debería tomar Pine?
Debe tomar Pine cualquier persona que se sienta constantemente en deuda con todo y con todos y que se muestre actitudes de masoquismo, como la tiranía hacia uno mismo.
Debe tomar Pine cualquier persona que se sienta constantemente en deuda con todo y con todos y que se muestre actitudes de masoquismo, como la tiranía hacia uno mismo.
Posibles síntomas físicos y emociones varias
Estrés, contracción de la espalda (zona lumbar) Pesar desaliento, depresión, angustia, tortura, autorreproche, autocrítica, abatimiento, sensación ocasional de incapacidad, desdicha, remordimiento, melancolía, autocastigo, masoquismo, lamentaciones, culpa, ideas obsesivas, accidentes reiterados. Baja estima.
Estrés, contracción de la espalda (zona lumbar) Pesar desaliento, depresión, angustia, tortura, autorreproche, autocrítica, abatimiento, sensación ocasional de incapacidad, desdicha, remordimiento, melancolía, autocastigo, masoquismo, lamentaciones, culpa, ideas obsesivas, accidentes reiterados. Baja estima.
Órganos afectados
Espalda, columna, hombros, cuello, piel, genitales, circulación.
Autosanación por las flores de Bach
Guía práctica de emociones y dolencias, y su relación floral
Diane Belgrave
Sentirse culpable: Mentiras hacia nosotros mismos
La culpabilidad es en nuestra cultura una herramientas útil para
manipular a los demás y una inútil perdida de tiempo. Una vez
desconectado el mecanismo de culpa, desaparece la posibilidad de ser
controlado y manipulado emocionalmente.
la culpa es una emoción auto-anulante, es una elección personal, es una
reacción que podemos controlar si hemos entendido el mecanismo que la
produce.
la emoción de sentirse libre de toda culpa es como haber recuperado la
inocencia y la creatividad, como cuando después de un día nublado por
fin sale el sol.
Una
de las consecuencias mas comunes del sentimiento de culpa es el
remordimiento. Clínicamente se define como el pesar interno que produce
en forma de sentimiento cuando enjuiciamos nuestras acciones y pensamos
que hemos realizado una mala acción. Es la inquietud que despierta la
memoria de una culpa, que va creciendo imperceptible dentro de uno. La
vivencia del remordimiento es como tener un objeto intragable
atravesado en la garganta, que finalmente se volverá contra uno mismo.
El problema principal del remordimiento es que muchas veces se
desconoce su origen. Se experimenta como una sensación que esta
continuamente presente pero no se sabe exactamente cual es la culpa que
está escondida detrás originando este malestar.
Las reacciones de autoinculpación provocan en el individuo un estado de ansiedad cuyo
origen podemos encontrarlo en sistemas de educación rígidos. La
familia, la escuela o el medio social han estado tradicionalmente
cargados de leyes y normas de conducta regidas por el miedo al castigo.
Así, hemos ido interiorizando paulatinamente este catálogo represivo
hasta que terminan constituyendo parte de nuestra personalidad. Es como
un juez o policía que llevamos dentro y que actúa imponiéndose a la
espontaneidad de la acción y del pensamiento. Las personas con este
sentimiento de culpa se llenan de obligaciones aunque éstas no les
correspondan. Son extremadamente escrupulosos y exigentes a la hora de
enjuiciarse y viven pendientes de que el castigo o la sanción pueda
caer sobre ellos. Las pautas educativas más represivas o las que se
derivan de comportamientos ligados a creencias religiosas hacen más
frecuente la aparición de estas culpabilidades.
La culpabilidad es de lejos la emoción que despilfarra mayor cantidad de energía emocional.
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