Relaciones tóxicas:
Baja autoestima, temor a la soledad, a lo que vendrá después de terminar un noviazgo o un matrimonio, son algunas de las razones que llevan a que muchas parejas se encierren en una espiral nociva, bajo el pretexto del amor.
ES COMÚN encontrar personas que a pesar de aceptar que sus relaciones son un auténtico infierno, reconocen, asimismo, que son incapaces de terminar con ellas. Este tipo de relaciones se definen como tóxicas, por los daños que ocasionan en quienes participan de ella.
si estás inmerso (o inmersa) en un vínculo de pareja que te produce mucha pena y desdicha y poca alegría y buenos momentos, que en ciertos momentos te hace sentir que de algún modo llegas a desdibujarte como persona en pos de mantener una armonía o una comunicación ficticias, es bien probable que formes parte de una relación tóxica. Determinarlo te será de suma utilidad para desactivarla y acceder a una vida emocional más satisfactoria”.
Una relación tóxica es aquella en la cual una o las dos personas sufren mucho más de lo que experimentan dicha y placer por estar juntos. Uno de los integrantes (y en algunos casos ambos) se ven sometidos a un gran desgaste por tratar de sostener la relación.
Este tipo de vínculos provocan más insatisfacción que felicidad, y la sensación de bienestar que pueden proporcionar en escasos momentos es muy efímera ya que, para vivenciarla, es necesario silenciar o pasar por alto ciertas cosas que, de darles la importancia que efectivamente tienen, causarían un profundo dolor e incluso llegarían a poner en peligro la continuidad de la pareja.
“Ten presente que nada bueno puede surgir de uniones entre personas que generan actitudes y emociones lacerantes que nublan tu capacidad de alcanzar la plenitud emocional que te mereces. Las relaciones ideales entre las personas son ganar-ganar. Una relación tóxica nunca puede catalogarse como tal, son de ganar-perder y, en muchos casos, las dos personas involucradas pierden”, señaló Meiler.
El camino al infierno afectivo
¿Qué lleva a que una persona se involucre en una relación dañina? Según Meiler, las razones son varias, por lo que es importante analizarlas una por una.
La baja autoestima. “Si nuestras creencias están basadas en sentir que no somos merecedores de la atención, el respeto o el amor de otra persona, quien aparezca será considerado (o considerada) nuestra tabla de salvación, a la que nos aferraremos con uñas y dientes porque sin esta persona, ¿quién nos querrá? O ¿quién pagará nuestras cuentas? O ¿quién nos cuidará?”.
Creerse salvador. Similar al primer punto, cuando una persona fantasea que puede cambiar a su pareja, que ha llegado a su vida para que se transforme en un ser completamente diferente, más amoldada a los deseos propios, es un camino directo a la infelicidad. “Podemos ayudar a que otras personas cambien rasgos de su personalidad que les molesten, siempre y cuando se den cuenta de que este cambio los favorecería, decidan hacerlo y además quieran que los ayudemos. Lo que sí tenemos es la capacidad concreta de lograr que se produzcan cambios asombrosos en nosotros mismos si así lo deseamos: esta capacidad es innata, por lo que nada ni nadie podrá privarnos de ella nunca. Es sólo cuestión de tomar la decisión de hacerlo y poner manos a la obra”.
La urgencia de muestras de cariño. Este tipo de deseo imperioso es muy mal consejero, y se suma a la necesidad de suplir carencias profundas. A veces da como resultado el tolerar cualquier cosa por un poco de lo que se cree es cariño, pero que en realidad encubre otro comportamiento de fondo, como, por ejemplo, el abuso o la falta de respeto.
Compañía a cualquier precio. El miedo a la soledad es el paso preliminar hacia una posible relación tóxica ya que, por este precepto, se hace cualquier cosa con tal de no estar solo, incluyendo soportar el abuso o los daños de una pareja por el simple temor a estar solo.
Aburrimiento. La búsqueda de nuevas sensaciones, de una manera de alejarse de la monotonía o de la rutina puede hacer que sólo se vea una faceta de la personalidad de quien lo atrae, la divertida y agradable que le saca del letargo en el que estaba, y no se logra visualizar el resto de la personalidad la pareja, en la cual hay comportamientos tóxicos que en un principio no se identificaron.
El miedo a seguir avanzando en la vida. “Si tenemos un vínculo con una persona que nos pone frenos o nos cercena en nuestro crecimiento y nos estancamos en cierta área de nuestra vida (ya sea personal, laboral, espiritual o profesional) ¿no somos nosotros mismos quienes aceptamos quedarnos en una zona conocida en vez de crecer, desarrollarnos, cambiar y superarnos? Tal vez ésta ha sido tu ganancia secundaria y por eso has sostenido este tipo de comunicación por más tiempo del que quisiste o creíste poder soportar”.
Merlina Meiler, experta en Coaching y Programación neurolingüística,
6 comentarios:
Graciela, interesante entrada la de las Relaciones Tóxicas, ya había leido algo parecido en alguna de las revistas de Psicología que de vez en cuando leo.
Es muy cierto todo lo que acabo de leer, y más de uno hemos pecado en ocasiones de consentir ciertos momentos en los que no ganamos, más bien perdemos. Creo que es difícil que en una relación de pareja sea siempre ganar-ganar, eso sería lo ideal, sería maravilloso. Sí es cierto que en una relación de pareja si ponemos ganar y perder sobre una balanza por encima de todo ganar tiene que pesar mucho más que perder, con diferencia, por supuesto, sino no vale la pena continuar con esa relación, por todo lo mal que se pasa.
Últimamente conozco a muchas parejas de amigos que se están separando, las personas de nuestro entorno siempre comentan lo mismo: "Ya no se aguanta como antes", no se trata de aguantar, es otra cosa ... ;)
Un beso.
Si fueramos mas simples las relaciones también serían simples. Estamos en un "pico" de falta de Amor y tolerancia...pero tengo Fe de que todo cambie y nos encontremos todos en el camino de la Luz en un abrazo infinito. Eso es lo que anhelo desde mi alma.
Gracias Isora por tu paso.
Un Beso grande
Hola Graciela. Felicidades.Me ha encantado tu entrada. Es algo que me hace reflexionar, en consulta y con las relaciones propias y ajenas.Creo que este escrito dice con las palabras justas lo que yo quiero expresar.
Qué diferente sería atrevernos a ser sinceros con uno mismo y así serlo con los otros y ser coherentes en la vida para sentirnos felices y en paz y no "conformarnos" creandonos excusas y necesidades infértiles.
Un beso.
Rosa
Hola Rosa, bienvenida.
Si: pensar, sentir y hacer, siendo sinceros con uno mismo, lo que dicta el corazón es el camino, solo hay que saber escucharlo. Amarse sanamente uno mismo es el paso primero, solo así podremos conocernos y relacionarnos felizmente.
Gracias por comentar!
Un abrazo
Muy bueno el artículo. Por lo que he podido observar, en España y en los círculos donde me muevo, por lo general no estamos para "aguantar", para soportar una relación con algún tipo de excusa. Mis amigos están casados, separados o solos porque así lo quieren.
El otro día hablaba con una alumna argentina y me confirmaba lo que yo pensaba. Con perdón, veo más coherencia por aquí que por allí y hay veces que esa falta de coherencia me descoloca en un mundo que se llama "espiritual".
Sinceridad...honestidad...no son solo palabras.
Cada uno sabrá....
Estoy contigo....especialmente hoy.
Gracias Maria por estar, gracias por tu incondicionalidad.
Te dejo un abrazo fuerte!
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