Humildad
El proceso de Ascensión es el sendero que toda alma debe seguir para
llegar, por un lado, a la consecución de su parte dentro del Plan
Divino, y por otro, a su propia evolución. Esta evolución consiste en
llegar a reconocer la verdadera esencia de su Ser, y para esto, cada
ser humano debe de liberarse, a través de su aceptación, de todo lo
adquirido a nivel racional y cultural. Toda identificación con su
entorno, socialmente hablando, y que se ha hecho suya por transmisión
en su educación a lo largo de su vida, queda impregnada como una
limitación en su caminar que debe ser liberada para que pueda ser uno
mismo según su verdadera naturaleza. Somos seres espirituales viviendo
una experiencia terrenal. Esto, a veces, nos confunde.
El proceso de la Ascensión consiste en ser uno mismo cada vez más.
Llegar a mostrar nuestra integridad y dejar que nuestro potencial
espiritual pueda ser manifestado para ofrecer nuestra vida a un
propósito de servicio a la Voluntad Divina. A mayor conciencia
espiritual, a mayor despertar, mayor es la satisfacción y plenitud en
el individuo que permite que su alma pueda llegar a la conexión y
manifestación unísona con Dios.
Uno de los pilares de la fortaleza de este ser humano, es la
liberación del ego y la manifestación de la humildad. Humildad no
significa debilidad o poca personalidad. Muchas veces el ser humano
confunde la discreción y el ser amoroso, con alguien sin principios,
sin criterio, o sin discernimiento.
La humildad es uno de los más fuertes valores que un ser
evolucionado puede llegar a mostrar. Humildad es dejar que cada uno
siga su ritmo, pero estar ahí para cuando se te necesite. Humildad es
reconocer los principios espirituales en cada corazón. Humildad es no
querer convencer a nadie conforme tu actitud y visión de la vida es la
mejor. Humildad es dejar que cada uno se exprese y tú veas en ellos el
camino que están siguiendo sabiendo qué necesitan para cuando puedan
llegar a venir ante ti. Es sentir la compasión y el respeto por cada
uno de los que te rodean, sabiendo que su camino coincide con el tuyo y
que en algún momento os encontraréis sabedores que lo que ha hecho uno
en esta encarnación le ha ayudado al otro a seguir adelante.
Humildad
significa darte cuenta que nada te pertenece y que a la vez, todo te es
dado Aquí y Ahora. Entonces, ¿por qué preocuparnos?
Humildad es una actitud ante la vida que refleja que nosotros somos
parte de la Creación amorosa y que a nada debemos temer porque todo
está en el lugar adecuado y se está produciendo en el momento perfecto.
Sabiendo esto, ¿por qué preocuparnos?
Humildad es reconocer tu poder interior y aceptar la vida tal como
se te presenta sabiendo que cualquier supuesta adversidad que en ésta
pueda presentarse, es temporal y aleccionadora. Abrir el corazón y ver
la vida con sus ojos, nos permitirá darnos cuenta de que nuestra
existencia no es como nos han dicho que era, sino que se encuentra en
un Plan Superior, inmensamente amoroso donde cada uno puede elevar su
alma al despertar su conciencia, sintiendo a Dios en sí mismo, porque
cada uno de nosotros lleva semillas de esta energía de alta vibración
que nos hace omnipotentes.
Somos seres espirituales despertando de un letargo espiritual. Todo
reluce ahora, y las inquietudes espirituales se manifiestan para ser
llenadas y poder encontrar las respuestas que, desde hace tiempo,
necesitábamos conocer. Nuestro ser necesitaba ser sabedor de los “por
qués” de nuestra vida y los “misterios ocultos del universo”. Tú y el
universo sois uno. Conociéndote a ti, conocerás el universo y a toda
vida que en él habita.
Humildad es la predisposición adecuada para llegar a las respuestas
que tanto anhelamos. Dejando el ego a un lado nos adentraremos más
rápidamente en el sendero de la sabiduría, y cuanto más nos adentremos,
más nos daremos cuenta de la importancia y el poder que tiene la
presencia de la humildad. Reconocer es el primer paso para la sanación.
Sanando, nos elevaremos y equilibraremos, no solo nosotros, sino todos
aquellos que nos rodean, porque todos estamos unidos a través de
nuestras almas. Somos parte de un puzzle donde cada uno necesita al
otro para que la grandeza de la creación sea completa.
Humildad representa reconocer tu aportación a la humanidad y al
planeta, sabiendo que los demás te ayudarán, a la vez, a seguir con tu
camino. Humildad es reconocer tu divinidad y aceptar a cada uno tal
como es, sin imponer. Esta es la grandeza de un ser evolucionado.
Humildad es poder, no debilidad. Humildad es reconocimiento, unidad, no separación. Humildad es integridad, mostrándote tal como eres según tu naturaleza, tu verdadera naturaleza.
Con la humildad uno fluye mejor por la vida y aporta un grado mayor
de felicidad y deleite ante las cosas pequeñas de nuestro día a día.
Humildad es la fuerza de tu sabiduría y tu Ser. La humildad te llevará a tu consagración debido que, teniéndolo
todo, a nada te aferras, porque, aunque no sea así y vivas en la
austeridad, sabes que todo lo tienes. Entonces, ¿Por qué querer
hacernos notar y preocuparnos?
Fluye y acepta. Todo va bien.
Autor: Jordi Morella
3 comentarios:
Cada día un paso hacia la ascención, cada día un peldaño más...
Todo lo que necesitamos ya está creado y viene a nuestro encuentro.
Aceptar nuestro Plan con la certeza de que todo es para nuestro mayor bien, es el desafío, la recompensa ya está aqui!
Abrazos Graciela.
Graciela, me encanta aprender en tu espacio, la humildad... que maravilla de la sabiduría y de la verdadera valía...
Besos
Hola Adri!, Hola Loren! Gracias por su comentario y esencia, y sigamos ascendiendo manifestando humildemente la alegría de "Ser".
Un Gran abrazo!
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