El EGO Espiritual
Vivimos en una época de saturación de fórmulas y secretos espirituales: nos llegan en cada email, en múltiples libros, en muchos seminarios… Llegan de todas las latitudes, con muchos colores y promesas. Y terminamos haciendo lo que hemos tratado de evitar: alimentamos al ego y este ¡termina inflamado de tantos poderes!
En el camino espiritual, no debemos perder de vista el único propósito detrás de cada aprendizaje: ser mas amorosos con nosotros mismos y los demás – ¡en ese orden!- , y ser buscadores de la paz, mas allá de todas las aparentes barreras.
Por eso es tan importante discernir si lo que conquistamos es real o imaginario. Si realmente estamos en paz o permanecemos con nuestra mente anestesiada para no tomar responsabilidad y evitar sufrir; si creemos en la túnica que nos ponemos sin atrevernos a vernos adentro o, simplemente, llevamos una disciplina como un hábito más, sin buscar profundizarlo en nuestro espíritu. Esto, lejos de despertar nuestra espiritualidad, nos lleva a la arrogancia espiritual, creyendo que hemos encontrado lo que buscábamos cuando hemos errado el camino.
La verdad, la paz y el amor no tienen un lugar ni existen como tal, en nada ni en nadie. Se manifiestan de diferentes maneras, pero ninguna de esas formas son una conclusión. Sencillamente porque no tienen forma. Y por eso no podemos llegar a ellos. Son un camino, no un destino.
Pero, también es bueno saberlo, en este camino nadie se pierde, solamente nos podemos demorar. La energía es un regulador extraordinario y nos pone en nuestro sitio cuando erramos el camino. Al principio, nos lo muestra gentil y generosamente. Y si no lo podemos ver, sigue insistiendo de una u otra manera hasta conseguirlo. El primer aviso siempre es claro: perdemos la paz tratando de defender ideas espirituales.
Otra veces, sucede que nos creemos especiales después de recibir un diploma y nos autotitulamos maestros, o aceptamos ese rol cuando otros nos llaman de esa manera. Pero en el fondo, somos niños necesitando algún juguete para sumarnos al juego del mundo, para alivianar el ego que sufre por no sentirse importante.
Es importante observarnos periódicamente y vigilar las pretensiones del ego. Dejarlo que juegue, pero que nunca tome el control de nuestra camino de descubrimiento espiritual. ¿Para qué demorarnos?
Texto de Julio Bevione
6 comentarios:
Es cierto, el ego no debe manejarnos.
Pero lo contrario, tampoco es bueno.
Buen texto.
un abrazo.
Creo que tienes razón, todos tenemos ése bichito de la vanidad haciéndonos cosquillas en el corazón. Un abrazo
Una de las peores trampas en el camino espiritual justamente es el "orgullo o ego espiritual" es lo que mas nos aparta de la luz y oscurece todo aprendizaje.
Hay que estar muy alertas, porque suele filtrarse de manera muy sutil.
Abrazos Gra, brillante post.
El equilibrio es difícil cuando hay tantos inconvenientes a nuestro lado, pero no imposible, solo hace falta proponerse el vernos tal cual somos, sin tapujos que puedan desorientar ese equilibrio que tanto buscamos...
abrazzzusss
El ego nos hace creer que sabemos mucho, que tenemos todo claro, que hasta podemos dar consejos poniendonos en el pedestal de sabios.
A medida que conozco gente que de verdad es iluminada,me doy cuenta que la verdadera sabiduria está en librarse de todo, absolutamente de todo, seria bueno no ir por la vida diciendo YO SE, seria mejor cambiarlo por un "asi lo siento".
Para mi alma, menos siempre fue más.
Hola Gaucho,si, creo que el equilibrio en todo es justo y necesario.
Hola Drac, si, y es bueno reconocer nuestras sombras
Hola Adri, si, siempre atentos...y humildes para que la luz no se aparte.
Hola ONUBIUS...creo que nada es fácil, pero tampoco imposible.
Hola Pao, si, siento tan cierto lo que decís. Es tan importante "Sentir",como saber escuchar...para aprender a amar las diferencias despojandonos del juzgar.
Gracias a todos por sus generosos comentarios, les dejo un gran abrazo!
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