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lunes, 18 de julio de 2011

Meditar caminando...

  Una meditación en "acción"
 1. Concéntrese en su respiración. Para reducir los efectos del estrés, que favorece una respiración leve y entrecortada, realice 3 respiraciones lentas pero profundas inhalando por la nariz y exhalando por la boca. Tómese un tiempo para concentrarse en su respiración, porque será la forma de comenzar a separarse de la rutina y de las presiones. A medida que camina y respira lenta y profundamente, irá dejando atrás sus preocupaciones.

2. Conéctese con su ambiente "interior". Preste atención en el ambiente en el que se desarrolla su caminata. Para ello, tómese algunos minutos y escuche los ruidos de su alrededor. Sienta el viento, la niebla, el frío o los rayos de luz pegando sobre su cara. Mire el cielo, los árboles, los edificios, los pájaros y la gente que camina a su alrededor. Siga realizando inhalaciones profundas y comience a sentirse como parte integrante de ese ambiente en que se encuentra. Esa conexión entre su exterior y su interior servirá para relajarse.

3. Preste atención a su cuerpo. Sienta su cuerpo e intente ubicar cualquier lugar de tensión que pueda sentir. El cuello, los hombros, el torso, la espalda, las piernas. Intente respirar profundamente y sienta que esas áreas se sensibilizan más. Fíjese en su postura. Camine de una forma que le resulte cómoda, pero no floja. Lo ideal es que su cuerpo llegue a combinar relajación y entereza. Busque un paso firme y rítmico, pero sin "correr". No tiene prisa...está meditando.

4. Tómese su tiempo y viva su experiencia. No hay medida de tiempo mínimo ni máximo para esta meditación. Lo ideal sería no hacer menos de 10 a 15 minutos. A medida que está en marcha, visualice los movimientos de sus músculos, cómo se contraen y relajan, cómo siente la brisa al rozar su rostro. Deje que su mente esté tan abierta como le sea posible, manténgase atento a todo lo que experimenta, desde lo más profundo hasta el mínimo detalle y de cómo todos los factores que lo estresan comienzan a seguir de largo, como si salieran de su interior y se alejaran.

5. El regreso. Cuando vuelva a su casa, tómese unos minutos para reflexionar sobre su experiencia. Así le dará un cierre a su caminata que le permitirá lograr la transición necesaria entre los mundos que habitualmente conviven separados pero que forman parte de su ser y usted unió a través de la meditación: cuerpo, mente y alma.

http://www.isalud.org
(del periódico "Lazos")


6 comentarios:

Delia dijo...

Buenos consejos para una caminata en calma interior, llega un punto en que uno se da cuenta que la meditación no es algo para hacer sino un estado en el que se puede estar en cualquier momento.
Cariños Graciela.

Graciela dijo...

Hola Delia! Si!...debemos aprender a relajarnos, cuanto mas profunda y periódicamente nos relajemos podremos meditar en todo momento...lo mejor es empezar por el cuerpo..luego la mente lo sigue...y por último el corazón siente esa paz interior.
Gracias por tu comentario!
Besos!

El Gaucho Santillán dijo...

En suma, dedicarnos algo de tiempo.

Buen consejo.


Un abrazo.

Graciela dijo...

Hola Gaucho!...si cada vez deberíamos dedicarnos mas tiempo para conocernos, equilibrarnos y aprender a amarnos mas para así poder amar de verdad a los demás.
Te dejo un gran Abrazo!

Hechicera dijo...

Muy bueno Graciela, trato de hacerlo en especial cuando paseo con mi perrita, voy viendo como cambia mi vencidario, como llega el otoño y el invierno, la primavera y otra ves el verano, igual que los cambios que operan en mi.

Hechizo violeta para ti


Hechi

Graciela dijo...

Hola Hechi!Que bueno que trates de hacerlo, creo que es muy importante para nuestro bienestar físico, mental y álmico. Además la autoobservación es imprescindible para nuestra evolución.
Gracias por tu hechizo violeta :)
Un Abrazo y Bendiciones para vos!

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