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sábado, 2 de julio de 2011

Nuestra Misión...

 El Contrato Sagrado
Según el afamado libro de la Dra. Caroline Myss, el Contrato Sagrado es una especie de pacto realizado entre nuestra alma y lo Divino, antes de encarnar en este cuerpo y en la vida que cada uno vive en la tierra. Este contrato persigue el logro de ciertos fines, o subcontratos, los cuales en conjunto constituyen la misión de nuestra existencia. Y así mismo el hilo conductor que le da completo sentido a la totalidad de vivencias que hemos experimentado a lo largo de nuestra vida, desde los momentos más críticos y determinantes, hasta los segundos más simples y aparentemente irrelevantes.
Todo contrato Sagrado tiene ciertas características muy importantes, que lo distinguen de los sueños y anhelos de nuestro ego terrestre. Las características más importantes son las siguientes:
Todo Contrato Sagrado se trata de dar, enseñar, aprender, compartir (amar).

Todo contrato busca integrarnos, no disgregarnos.

Todo contrato presupone vencer el miedo. En este sentido, resulta más importante la entrega sincera a lograr algo, que los logros reales obtenidos.

Todo Contrato Sagrado se trata de dar, enseñar, aprender, compartir, es decir, de amar. Esto se explica en el hecho que el Contrato Sagrado es suscrito por nosotros y lo Divino antes de nacer, y dado que en ese punto no tenemos ego, dicho contrato trata únicamente de dar, amar e integrarnos, pues esta es nuestra naturaleza esencial antes de venir a este mundo y antes de tener un ego que nos distingue, y posteriormente puede ser mal programado para distanciarnos y típicamente sufrir.

EL AULA

La creencia de que venimos a esta vida a aprender, da paso a la necesidad de comprender la naturaleza de nuestra existencia, nuestra identidad real y el aula en la cual aprendemos.

¿Qué es el aula?
La vida en este planeta es de esta forma un aula virtual-tridimensional de alto realismo, a la cual venimos a aprender y crecer. Por más realista que parezcan la dicha, el dolor, el placer, el sufrimiento, la risa, las lágrimas, etc. no son nuestra realidad (son los recursos didácticos de lo Divino, de Dios). Nuestra v erdadera realidad es el viaje espiritual que sucede dentro de nosotros mismos y nuestra misión es haber aprendido y compartido nuestras lecciones e integrarnos a todos, al todo y a lo Divino por el camino del amor. Vivimos para aprender a tiempo completo, el arte y la naturaleza son nuestro único y legitimo recreo, descanso y gozo.
¿Quién es el alumno de esta aula?

Tu alma (tu Amuk). El espíritu que estaba antes de que nacieras y el espíritu que estará cuando mueras, es decir, lo único eterno, tu alma. Esa persona que eres hoy, con un nombre, un genero (sexo) y una historia, no es más que el carácter que te toco jugar en este caso de estudio, para que aprendieras algo y así puedas regresar a la fuente, a lo divino en una versión, más pura, con mas luz.

Todo Contrato Sagrado presupone vencer nuestros miedos:

Nuestro compromiso esencial para con nuestro Contrato Sagrado, no es necesariamente el de lograr nuestros sueños, sino mas grande aun! es, tener el valor de entregar nuestra vida a ellos, ya sea que se logren o no…, tratar y luchar sin las vergüenzas y arrogancias del ego. Hay Contratos Sagrados cuyo n no será logrado jamás. El n de éstos, es solamente vencer los miedos y es entregarse a la lucha sin ego, con amor, sin cuestionar por la vergüenza, la arrogancia y otros asuntos aprendidos por el ego. Como una hormiga que de fiende su hormiguero y a sus hermanas, sabiendo que jamás vencerá al zapato que la aplasta, pero sin jamás cuestionar su compromiso para con el hormiguero, sus hermanas y su especie. Amor incondicional y compromiso infi nito de luchar. Soldados del amor, al servicio de una causa alta y noble, el bien de la colectividad. (Ver: El Ultimo Samurai, Brave Heart, Danza con Lobos, Rodrigo Rossemberg, etc.)

NUESTRA FAMILIA DE ARQUETIPOS

¿Como conocerla del pasado y como re-proyectarla al futuro?

A lo largo de nuestra existencia el universo ha grabado y registrado patrones universales de conducta humana, que brotan en el inconsciente colectivo, como chips de conducta que adoptamos en diversas situaciones de nuestras vidas. Estos chips fueron bautizados por el sicólogo suizo Carl Jung, como los Arquetipos. Son figuras mentales, mitológicas, que simbolizan códigos completos de ética, prioridades, reglas y actitudes. La biblioteca de chips en muy grande, pero por costumbre-adicción y otras razones que nos hacen recurrir frecuentemente a los mismos arquetipos, formamos “una familia arquetípica” que nos acompaña durante muchos años de nuestra vida, determinando con sus códigos de ética, conducta y sus reglas nuestro actuar personal. El Guerrero, la Princesa, El Pirata, El Monje, El Sabio, La Musa, La Diosa, la Monja, La Madre, El Chaman, El Juez, El Asesino, El Nómada, etc. son apenas una muy pequeña muestra de este vasto universo de caracteres desarrollados por la humanidad a lo largo de toda su historia.

Como un dato muy interesante la Dra. Myss sostiene que existen cuatro arquetipos sobre los cuales descansa nuestra existencia básica (nuestra supervivencia en su mínima expresión) y los cuales son comunes a todos los seres humanos en mayor o menor grado: El niño, el saboteador, la prostituta y la víctima.

Este grupo VIP de arquetipos nos sirven para sobrevivir en este mundo material y cada ser humano tendrá una mezcla única de los cuatro, cada uno con diferentes tonalidades e intensidades, determinando éstas los rasgos básicos y más importantes de nuestra personalidad y nuestros patrones de conducta.

El resto de nuestra familia de arquetipos estará formada por ocho más, que se habrán quedado a vivir con nosotros dependiendo del cúmulo de experiencias acumuladas y otros aspectos sociales, y familiares heredados y/o adquiridos.

Todos los arquetipos tienen un lado de luz y uno de oscuridad. Lo cual no debe trasladarse a la trilladísima dicotomía de “lado bueno y lado malo”. No hay bueno, ni malo. Simplemente un lado, el de luz, nos acerca a nuestro Contrato Sagrado y nuestra paz, y el otro, el lado oscuro, nos aleja. Sin ningún tipo de juicio de valor.

Por ejemplo, una mujer que en algún momento dado de su vida, después de haber tenido un hogar compartido con un hombre, se ve sola al frente de este hogar, tenderá a utilizar el arquetipo que mejor papel juega en esa situación rescatándola del colapso familiar: LA REINA.

La Reina tiene como función principal preservar el orden, el estatus quo y la estabilidad, en bien de su “familia real”, su corte y su reino. Sabe que tiene detractores y que no puede desmayar en su vigilia y en su estado de alerta. Ella soportara las presiones y resolverá los problemas del reino a n de preservar a salvo a su familia y “el nuevo estado” establecido por ella misma, su reino. Todo esto suena muy bien, suena como un software que nos metemos en la cabeza para que nos rescate, cuando una cierta circunstancia de la vida se da (el divorcio, el abandono, la viudez, etc). Ese es el lado de luz de este arquetipo.

Pero, ¿cuál es el lado oscuro de la reina?

La adicción al control, pone "el orden" por sobre la dicha de su familia y aun sobre la dicha propia; percibir el amor de su propio corazón enamorado como una amenaza, como una peligrosa borrachera que le hace perder control y así tomar sistemáticamente la decisión abortar cualquier relación que pareciera ir encaminada al amor enamorado. La Reina puede permitirse el sexo con uno o diez cortesanos, según su apetito sexual y sus normas de moralidad se lo exijan y se lo permitan, pero no se puede permitir sentirse profundamente enamorada de un hombre, pues eso debilita las bases de su estado, reduce su control y amenaza su estatus quo. Esto la lleva repetidamente a complotar con su Saboteador para eliminar y hacer fracasar esas relaciones que la hacen sentirse enamorada. Este es el lado oscuro de la Reina en acción, pues alejará a la mujer dentro de la cual vive, del amor y la entrega manteniéndola en el control.

Los arquetipos son entonces ayudas que nos da el universo para encontrar y lograr nuestro Contrato Sagrado, pero debemos ser cuidadosos pues estos mismos pueden ser los que nos alejen de encontrarlo, si no sabemos conocerlos y utilizarlos de manera inteligente.

¿Por qué no recordamos nuestro Contrato Sagrado? ¿Cómo descifrar nuestro Contrato sagrado?

Nuestro Contrato Sagrado es entonces esa gran causa, ese gran sueño que le da sentido a toda nuestra historia y toda nuestra vida. Este nos fue borrado de la memoria al nacer para hacer de esta vida algo disfrutable y no una tarea determinística y aburrida. El problema es que se nos dio un ego que por naturaleza es adicto al control y precisamente lo que nos manda el universo es el reto de tener fe y disfrutar del misterio, la incertidumbre y la falta de certeza. El día que el ser humano aprende a tener fe y disfrutar el misterio sin apegos ni obsesiones, comienza a vivir “el cielo en la tierra”, y esa es una de las lecciones básicas que debemos aprender para llegar a conocer nuestro Contrato Sagrado.

El gran problema y el gran reto a superar en nuestras vidas, es que nuestro ego adopta al Saboteador como un arquetipo básico de supervivencia y éste es la total antítesis de la fe. Luego acepta a la Prostituta igualmente como un negociador de subsistencia básica, en un mundo de competencia caníbal y profunda adicción a los bienes materiales, lo cual nos lleva a vender hasta lo más sagrado por el bienestar, el concepto de una “buena vida” y finalmente establece una alianza igualmente natural con la Víctima, para romperse a sufrir y eludir responsabilidades cada vez que una situación pareciera presentar un reto o una amenaza apenas superior a nuestras fuerzas o bien la consecuencia de alguno de nuestros actos pasados

Amuk en la Tundra

Escrito por Fernando Valdez


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