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viernes, 10 de mayo de 2013

CUAL ES TU LENGUAJE?




LOS TRES IDIOMAS

Muchos maestros han hablado en el idioma de los came­llos porque hay millones de camellos: Mahoma, Moisés y gente como ellos. Han hablado el idioma de los camellos para que puedan entender. En esto hay compasión, pero hay tam­bién un peligro: que los camellos se queden en camellos. Al­gunos maestros han escogido usar el lenguaje del león: Cris­to, Buda. En cuanto a la expresión se refiere, es mejor que la de Moisés y Mahoma, pero no será entendida por las ma­sas; Ese es el problema. Los camellos no serán capaces de ab­sorberlo.

Jesús fue asesinado porque los camellos se enfadaron. Es­taba hablando un idioma diferente, completamente ininteligi­ble. Les parecían tonterías. ¡Ese hombre estaba loco! Piénsa­lo, en un mundo lleno de camellos, llega un león y empieza a hablar; no habrá camello que entienda. Cuando Jesús fue ase­sinado, los discípulos que tenía, los doce apóstoles, eran ca­mellos. Él era un niño hablando el idioma de un león, y ellos eran camellos; crearon el cristianismo. Y una vez que los ca­mellos crearon el cristianismo, éste se convirtió en una reli­gión mundial.

El niño no tiene un idioma propio. La inocencia no tiene palabras. Por eso, el niño tiene que hablar el idioma del león por necesidad, porque es el más cercano a él, y el que mejor le sirve para expresarse a sí mismo.

Sucedió en los tiempos del Buda. Él hablaba en el idioma de los leones. El país estaba en un estado tal que había varios leones disponibles. Era un clímax, un máximo. No era un va­lle oscuro, era una cima llena de luz. Durante miles de años, en el pasado la India ha estado buscando y trabajando sobre la verdad, qué es y cómo alcanzarla. Mucha gente comprendió al Buda. Sus discípulos no eran camellos, eran leones. Los discípulos de Jesús eran camellos. Jesús era un niño hablando el idioma de un león. Cuando el Buda murió, sus discípulos eran muy testarudos. No hicieron concesiones a los camellos. Fue­ron sobornados, fueron convencidos, pero no hicieron conce­siones. Siguieron rugiendo. El budismo fue arrancado de la In­dia; los camellos finalmente lo destruyeron.

Cuando los budistas escaparon de la India, habían aprendi­do la lección: si quieres existir como religión, tendrás que utilizar el idioma de los camellos. En China abandonaron el rugido del Buda. En Japón, en Corea, en Ceilán, en Birmania, comen­zaron a utilizar el idioma del camello. Mahayana es "el rugido del león". Hinayana es una traducción al idioma del camello del rugido del león. El budismo se extendió por toda Asia. Sucedió algo extraño: en la India nació el budismo, pero desapareció de la India, y toda Asia se convirtió al budismo.

Muy pocos han utilizado el idioma del niño. Nunca reunie­ron muchos discípulos; no pueden. Puedes reunir grandes ma­sas a tu alrededor si utilizas el idioma del camello. Puedes reu­nir a los intelectuales a tu alrededor si hablas el idioma del león. Krishnamurti reúne a la intelectualidad a su alrededor; habla el lenguaje del león. Lao Tzu o Ramana usan el idioma del niño. Nadie les entiende, pero no son asesinados; recuerda, tampoco son crucificados. Nadie les entiende, nadie les sigue, nadie se preocupa de ellos. Se piensa de ellos que son buenas personas, poetas, un poco excéntricos, locos. La gente va a veces a ellos, es hermoso estar cerca de ellos, pero no crean una conmoción en el mundo. Lao Tzu llega y desaparece, no deja rastro. Ramana llegó y desapareció, sin dejar un rastro detrás. Éstos son los tres idiomas. ¡Yo hablo todos los idio­mas! Por eso encontrarás camellos, leones y niños, todo tipo de gente a mí alrededor. Por eso parezco muy contradictorio. No puedo ser en absoluto consistente: cuando me dirijo a un camello hablo su idioma, cuando hablo con un león rujo, y cuando viene a mí un niño, me río, sonrío y me siento en si­lencio con él.
Este experimento nunca ha sido hecho anteriormente: na­die ha hablado los tres idiomas, porque crea problemas. Un idioma es bueno porque uno permanece consistente. Conmi­go nunca puedes estar seguro, siempre estarás confundido. Pero yo uso la confusión también como una estratagema. Si un camello resulta confundido, empezará a crecer como león, porque a menos que esté totalmente confundido nunca crece­rá. Si el león está confundido, comenzará a transformarse en el niño, porque creces sólo cuando estás muy confundido. Cuando no le ves sentido a ser quien eres, empiezas a crecer, a mirar a picos más elevados; quizás desde allí haya una vi­sión mayor, una visión más grande. Utilizo la confusión como una estratagema. Confundiré a los camellos, a los leones; los niños no pueden ser confundidos, ellos lo entenderán. Serán capaces de entender que mis contradicciones no son contra­dicciones en absoluto; sólo parecen serlo porque estoy ha­blando en tres idiomas.

Medita sobre esta historia.

Aquí, estando conmigo, no pienses en las palabras. Mi mensaje no está en mis palabras sino en las pausas que hay entre ellas. Mi mensaje no está en lo que digo sino en lo que soy. Mi mensaje no es reducible a teorías y sistemas. O bien lo puedes vivir conmigo, o no lo comprenderás. Es un fenó­meno vivo. Una vez que me haya ido empezarás a buscar en los libros, y te fastidiarás, y te enfadarás conmigo, porque sentirás que no te has enterado.

Mientras estoy aquí, aliméntate de mí, bébeme, absorbe. Abandónate a este misterio que te está siendo revelado, y en­tonces habrá una posibilidad de que no mueras como larva, de que te conviertas en un gusano, y finalmente te metamorfosees en una mariposa.

iHaz crecer tus alas!
iSueña grandes sueños en los que te crecen alas! Tienes el potencial. Eres la semilla; un gran, gran fenómeno es posible a través de ti. Y sólo cuando ha­yas florecido sabrás qué es Dios, qué es la verdad.

Osho

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