De la Felicidad Relativa a la Felicidad Absoluta
Estamos acostumbrados a sufrir para ser feliz... La felicidad... no es más que el sufrimiento del cambio.
Eso es exactamente. A la felicidad que conocemos en nuestra condición humana limitada en budismo se la considera como un tipo de sufrimiento: el sufrimiento del cambio.
Cuando se acaba un dolor (un estado de tristeza, ansiedad, frustración, etc), cuando se acaba, por contraste, nos parece que la felicidad debe ser eso. Pero cuando alcanzas un nivel de conciencia mayor caes en la cuenta de que aquello sólo eran migajas. No tiene sentido que nos quedemos con una pobre felicidad relativa que no es
más que una mera reducción del sufrimiento anterior.
Nos parece suficiente porque es lo único que conocemos, pero hay más, mucho más en la vida que podemos alcanzar a vivir si nos atrevemos a dar el salto, sin miedo.
Cuántas veces nos ha parecido que la vida que vivíamos era suficiente (todas
esas horas de sobremesa frente al televisor, paseos aburridos, tardes grises
del domingo, horas perdidas...) hasta que ha pasado algo y hemos impuesto un cambio y aquellas horas felices ya no nos parecen tan felices, no para repetirlas.
Seguir creciendo, seguir sondeando en nuestra mente, sin miedo a las profundidades ni al dolor, desenmascarar sabotajes, descubrir aliados internos (todo está dentro) no hará nuestra vida más fría y menos intensa sino todo lo contrario.
Hacernos más grandes no reduce nuestras posibilidades sino que las incrementa. Y la felicidad relativa y temporal será cada vez más absoluta y definitiva
Reflexiones de una estudiante Budista
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