El amor es un estado de Ser.
Tu amor no está afuera; está en lo profundo de ti.
Nunca puedes perderlo, no puede dejarte.
No depende de otro cuerpo,
de otra forma externa.
Tu amor no está afuera; está en lo profundo de ti.
Nunca puedes perderlo, no puede dejarte.
No depende de otro cuerpo,
de otra forma externa.
La mayor parte del dolor humano es innecesario.
Lo crearás tú mismo mientras la mente no observada dirija tu vida. El dolor que
produces en el ahora siempre surge de una falta de aceptación, de una
resistencia inconsciente a lo que es.
Como pensamiento, la resistencia es un juicio de
algún tipo. Como emoción, es algún tipo de negatividad. La intensidad del dolor
depende del grado de resistencia al momento presente y ésta, a su vez, depende
de lo fuerte que sea tu identificación con la mente. La mente siempre trata de
negar el ahora y de escapar de él.
En otras palabras: cuanto más te identificas con
tu mente, más sufres. O puedes decirlo de este otro modo: cuanto más capaz seas
de valorar y aceptar el ahora, más libre estarás del dolor y del sufrimiento,
más libre de la mente egotista.
Algunas enseñanzas espirituales afirman que, en
último término, todo dolor es ilusorio. Eso es cierto, pero la cuestión es: ¿es
esta afirmación verdadera para ti? El mero hecho de creerla no hace que sea
verdad. ¿Quieres seguir experimentando dolor el resto de tu vida y continuar
diciendo que es una ilusión? ¿Te liberas así del dolor? Lo que nos importa aquí
es cómo plasmar esa verdad, cómo hacerla real en tu propia experiencia.
El dolor es inevitable mientras sigas
identificándote con tu mente, es decir, mientras sigas siendo espiritualmente
inconsciente. Me refiero básicamente al dolor emocional, que también es la
principal causa del dolor físico y de las enfermedades físicas. El
resentimiento, el odio, la autocompasión, la culpabilidad, la ira, la
depresión, los celos, e incluso la menor irritación…, todos ellos son formas de
dolor. Y cada placer o cumbre emocional contiene dentro de sí la semilla del
dolor: su opuesto inseparable, que se manifestará con el tiempo.
Cualquiera que haya tomado drogas para sentirse
«mejor» sabe que después de la subida viene la bajada, que el placer se
convierte en algún tipo de dolor. Muchas personas saben también que las
relaciones íntimas pasan rápidamente de ser una fuente de placer a convertirse
en una fuente de dolor. Vistas desde una perspectiva superior, las polaridades
positiva y negativa son las dos caras de la misma moneda, y ambas forman parte
del dolor subyacente, inseparable del estado de conciencia del ego en el que te
identificas con la mente.
Tu dolor tiene dos niveles: el dolor que creas
ahora y el dolor del pasado que aún vive en tu cuerpo y en tu mente.
Mientras no seas capaz de acceder al poder del
ahora, cada dolor emocional que experimentes dejará tras de sí un residuo de
sufrimiento que vive en ti. Se mezcla con el dolor del pasado que ya estaba
allí, alojándose en tu cuerpo y en tu mente. Y aquí se incluye, por supuesto,
el dolor que sufriste de niño, causado por la inconsciencia del mundo en el que
naciste.
Este dolor acumulado es un campo de energía
negativa que ocupa tu cuerpo y tu mente. Si lo consideras una entidad invisible
por derecho propio, te acercas bastante a la verdad. Se trata del cuerpo-dolor
emocional.
El cuerpo-dolor tiene dos estados posibles:
latente o activo. Puede estar latente el 90 por 100 del tiempo, aunque en una
persona muy infeliz puede llegar a estar activo el 100 por 100 del tiempo.
Algunas personas viven casi totalmente a través de su cuerpo de dolor, mientras
otras lo experimentan sólo en ciertas situaciones, como en las relaciones
íntimas o en situaciones relacionadas con pérdidas o abandonos del pasado,
dolores físicos o emocionales, etc.
Cualquier cosa puede activarlo, pero resuena
especialmente con los- dolores del pasado. Cuando está preparado para despertar
de su estado latente, un pensamiento o un comentario inocente hecho por alguien
cercano a ti puede ser suficiente para activarlo.
EXTRAÍDO DE “EL PODER DEL AHORA” ECKHART TOLLE
Flores de Bach que ayudan a despertar para "romper" la identificación con el cuerpo-dolor:
La Flor de Bach Holly se considera frecuentemente como el remedio contra
la ira o el enojo, pero no es necesariamente el caso. Cuando Holly se
utilice para la ira o el enojo, será únicamente cuando éstas hayan sido
provocadas específicamente por odio, sospecha, envidia o celos. Pero
cuando se trate de otros motivos, entonces se requerirán otros
remedios, como por ejemplo: Impatiens - Impaciencia cuando la ira sea
provocada por impaciencia, Vervain - Verbena cuando sea causada por un
sentido de injusticia, Beech, El remedio ayuda a favorecer la tolerancia y la comprensión, y cuando esto sucede, también se desvanece la irritabilidad.
- o Chicory Achicoria cuando la persona irritada
se sienta despreciada y herida por la ingratitud de otros.
Holly es para sentimientos muy negativos y agresivos. El problema
básico de la persona es la ausencia de amor. El remedio fomenta la
generosidad de espíritu y la apertura hacia los demás, contemplando el
mundo con una perspectiva más magnánima.
Cada ser actúa diferente en la "creación de su vida", por eso diferentes flores puede n ayudar a sanar cada dolor emocional que produce la mente contaminada despejando las nubes de pensamientos erróneos del cielo mental.
3 comentarios:
Cuando Tolle habla en su libro sobre el cuerpo del dolor y explica con su manera sabia y sencilla como se activa y como podemos desactivarlo es fabuloso,que interesante tu propuesta a través de las flores!
Abrazos Graciela.
Gracias Gabriela, Tolle es muy directo y simple en sus explicaciones, y las flores son vibración pura que trabajan directamente sobre las emociones. Todo está relacionado, solo se trata de encontrar respuestas en nuestro interior con la ayuda de todas las herramientas que disponemos.
Abrazos colega...también soy contadora ;)
La primera frase del artículo la utilicé para mi primer video.
Es tan cierto...pero no es sólo una frase....relamente el amor está dentro de uno y cuando llega no hay manera de perderlo.
Gracias por todos tus aportes.
Besos de camelia (las tengo enfrente y son rosas)
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