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lunes, 26 de septiembre de 2011

Dolor, fuego que limpia




Dolor...
El dolor es natural; tiene que ser comprendido, tiene que ser aceptado. Como tememos el dolor de manera natural, de manera natural tendemos a evitarlo. De ahí que mucha gente haya evitado el corazón y esté colgada en la cabeza, viva en la cabeza. El corazón da dolor, es verdad, pero sólo porque puede dar placer; por eso da dolor. El placer llega a través del dolor; la agonía es la puerta por la que entra el éxtasis. 
Si uno es consciente de él, acepta el dolor como una bendición. Entonces, de repente, la cualidad del dolor empieza a cambiar inmediatamente. Ya no eres su antagonista, y como ya no eres su antagonista, ya no es dolor; es un amigo. Es un fuego que te va a limpiar. Es una transmutación, un proceso en el que lo viejo se irá y lo nuevo llegará, en el que la mente desaparecerá y el corazón funcionará en su totalidad. Entonces la vida es una bendición. Cuando es por la mañana, es por la mañana. Cuando es por la tarde, es por la tarde. No se puede elegir. Abandona la elección y te sentirás libre en todas partes: la libertad sólo puede hallarse en la ausencia de elección. Así, cuando eres joven, es muy hermoso, cuando eres anciano, es muy hermoso; cuando te estás muriendo, es muy hermoso; porque nunca estás separado de la totalidad, eres una ola del océano. La ola del mar nunca piensa que está separada; por eso, la lleve donde le lleve el océano, ella se deja llevar alegremente, bailando; está muy dispuesta a seguir esa dirección. 
Te has dado cuenta alguna vez de que el presente siempre es jugoso, el presente siempre es dichoso. La preocupación y el sufrimiento están creados por lo que quisiste hacer en el pasado y no pudiste, o por lo que quieres hacer en el futuro y no sabes si podrás. ¿Te has dado cuenta alguna vez? ¿Has visto esta pequeña verdad de que en el presente no hay sufrimiento ni preocupación?. Ésta es la razón por la que el presente no altera la mente; es la ansiedad la que altera la mente. En el presente no hay sufrimiento. El presente no sabe de sufrimientos, el presente es un momento tan breve que el sufrimiento no cabe en él. En el presente sólo cabe el cielo, no el infierno. ¡El infierno es demasiado grande!. El presente sólo puede ser en paz, sólo puede ser felicidad. El pensador crea con sus pensamientos; ésta es una de las verdades fundamentales que tienes que entender. Todo lo que experimentas es creación tuya. Primero lo creas, después lo experimentas y después te quedas atrapado en la experiencia, porque no sabes que la fuente de todo está en ti. Cuando deseas algo, tu alegría depende de ese algo. Si te lo quitan, te sientes desgraciado; si te lo dan, te sientes feliz, pero sólo momentáneamente. Esto también tiene que entenderse. Cuando se realiza tu deseo, sólo sientes una alegría momentánea. Es pasajera, porque una vez que tienes ese algo, la mente empieza a desear más, a desear otras cosas. La mente existe en el deseo; por eso nunca puede dejarte sin deseos. Si te quedas sin deseos, la mente muere instantáneamente. Éste es el gran secreto de la meditación. Desgracia sólo significa que las cosas no encajan con tus deseos; y las cosas nunca encajan con tus deseos, no pueden hacerlo. Las cosas simplemente siguen su naturaleza. El hombre sabio es el que se relaja con la naturaleza de las cosas; él sigue la naturaleza de las cosas. Y cuando sigues la naturaleza de las cosas, no lanzas ninguna sombra. No hay desgracia. Entonces, incluso la tristeza es luminosa, incluso la tristeza tiene su belleza. No es que la tristeza no se vaya a presentar; se presentará, pero no será tu enemiga. Serás amigo suyo porque verás su necesidad. Podrás ver su gracia, podrás ver por qué está ahí y por qué es necesaria.

Osho

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