Archivo del blog

viernes, 29 de abril de 2011

Vives entre dualidades

 

 ARMONIZANDO LAS DUALIDADES

DIA Y NOCHE.
LUZ Y OSCURIDAD.
¿Opuestos?
¿Dos caras de una misma moneda?
¿Qué crees?
¿Sabes que lo que piensas sobre este tema es más importante de lo que imaginas?
¿Por qué?

 Porque vives entre DUALIDADES.

Femenino / Masculino. Alto / Bajo. Norte / Sur. Pobre / Rico. Bueno / Malo. Caliente / Frío. Blanco / Negro. Gordo / Delgado. Lindo / Feo. Vida / Muerte.

Tú registras el mundo en estos términos y raramente tomas conciencia de ello, ¿no es cierto? ¿Cuál es el problema?
Piensa, ¿no te la pasas dividido entre opuestos?, ¿deseando uno y rechazando el otro?, ¿tratando de alcanzar uno y huyendo del otro?, ¿queriendo ser uno y temiendo el otro?
¿Te das cuenta la importancia de las dualidades? ¿Qué tiene eso que ver con la actitud?
Muchísimo. ¿Cómo te sientes cuando parece que "la oscuridad" se apodera de tu vida? Recuerda...
¿Restringes la respiración?
¿Te contraes?
¿Te endureces?
¿Te aíslas?
¿Peleas?
¿Te enfermas?

En síntesis te pasas completamente del lado de la oscuridad. Te "olvidas" de abrirte, expandirte, unirte, fluír, sanarte.
Si tu cuerpomente es un todo que interactúa y esto se refleja en tu actitud: ¿cómo esperas atravesar la oscuridad, si estás duro y cerrado como un soldado? Sólo lo puedes hacer si combates y lo que estás tratando de evitar es justamente esta posición. ¿Qué hacer, entonces?

ENCUENTRA LA ARMONIA
Las famosas dualidades son nada más que oportunidades para aprender a través de los extremos. Cualquier experiencia "negativa" conlleva una lección: generalmente, es una resistencia a dejar lo viejo y conocido, a incorporar una actitud novedosa, a crecer más abierta, sabia y amorosamente. Una vez que experimentaste la enseñanza de esa lección, no necesitas seguir "pegado" a ella: puedes liberarla.
¿Recuerdas que recién mencioné atravesar la oscuridad? De eso se trata:
No huyas. No pelees. No te resistas. No te contraigas. No te enojes.
OBSERVA LO QUE SUCEDE

ACEPTA
ÁBRETE A LA ENSEÑANZA QUE ESA EXPERIENCIA TRAE A TU VIDA
LIBERA LO QUE YA NO TE REPRESENTE
CREE QUE PUEDES
CREA LO QUE NECESITES PARA SER FELIZ
¿Qué significa aceptar? No es resignarse, renunciar, someterse, conformarse.
Aceptar es una actitud vital, que libera una gran cantidad de energía usada en luchar y rechazar, y que puede ser utilizada para crear. Es confiar en que todo lo que sucede tiene un propósito y que la Vida se irá desenvolviendo de manera de conducirte hacia lo mejor para ti. Es comprender que no sabes todo y abrirte a una nueva posibilidad que la Vida te ofrece con generosidad.

¿Cómo llevarlo a tu vida cotidiana?

PARA VIVENCIAR
Toma una hoja, divídela en dos y escribe de un lado todo lo "POSITIVO" que eres o que haces y del otro lado lo "NEGATIVO".

Por ejemplo, "soy sociable, me gusta la gente / me cuesta relacionarme cuando no conozco a nadie en una reunión", "soy generoso con mis amigos / soy avaro con mis libros", "soy cariñoso con mis hijos / no demuestro afecto a mi esposa", "me cuido en las comidas / a veces, hago dietas extremas, porque no me gusto".
¿Cuál es el propósito? Darte cuenta de que, en ti, conviven los dos extremos, que nada está afuera de tu mundo, así dejarás de proyectar las virtudes y defectos en los demás y podrás aceptarlos como partes tuyas.
Recuerda que tú eres más que tus dualidades. Como todo el mundo, las tienes y van cambiando con el tiempo, pero no te defines por ellas: TÚ ERES UN SER HUMANO INTEGRO Y MARAVILLOSO, EN CONSTANTE EVOLUCION.
Observa tu actitud frente a las partes "negativas" o a los problemas:

¿Huyes, los niegas, te paralizas por el miedo, te enfermas, te estresas, te sobreexiges, te enojas, te avergüenzas, te culpas, no te los puedes sacar de la cabeza, por ejemplo?
Cuando tomes conciencia de alguno de estos comportamientos:

Percibe si cortas o restringes la respiración y comienza a respirar lo más lentamente que la situación te permita.
Toma nota de tus tensiones y trata de relajar tu cuerpo, soltando la musculatura con la exhalación.
Acepta lo que sientas, lo que piensas, lo que sucede; no te critiques ni te juzgues.
Pregúntate qué aprendizaje trae esa experiencia, qué puedes modificar, qué nueva actitud es posible construir.
Por ejemplo: si critican algo que hiciste y tú acostumbras enojarte, respira, relájate y dile a tu interlocutor: "no pensé en esa posibilidad, ¿cómo lo harías tú?". Con esto, continúas en dominio de tu persona y puedes seguir conversando y quizás aprendiendo algo nuevo, al transformar la crítica en aporte o, en todo caso, disolviéndola con tu actitud positiva.

¿PARA QUÉ HACERLO?: Porque, poco a poco, aprenderás que respirando, relajándote y aceptando todas las circunstancias internas o externas, puedes usar cualquier experiencia para construir algo nuevo y mejor, con compasión, sabiduría y alegría.
Sin importar lo que está sucediendo, la luz ilumina cualquier oscuridad. Una vela es capaz de abrir la noche más densa. Comienza por reencontrarte con tu luz interna, escucharla y dejarla crecer, hasta que guíe tu camino.
 No debes permanecer en un mismo plano del ser. Crece, cambia. La fuerza que precisas emergerá a la superficie. Únete a la conciencia y trae tu transformación. Pide ser nuevo. Convoca tus fuerzas. Acepta el cambio. Cree en tu derecho a tenerlo.

Diane Westlake

jueves, 28 de abril de 2011

Sensibilidad...

Sensibilidad..espejo del Alma

¿Qué es lo que mueve la profundidad del ser Humano? ¿ Cuál es su sentimiento mas hondo, el que capta el romance con las cosas pequeñas? ¿ Qué siente cuando perfora en sus interminables y elevadas sensasiones, precedidas de nobles razonamientos?...es posible que se llame SENSIBILIDAD.

La sensibilidad, aunque se vincule a sentimentalismo, afectividad, humanismo, romanticismo, receptividad, emotividad, va mas allá cuando representa el ESPEJO DEL ALMA.
La sensibilidad es percepción, penetra por los abismos tenebrososos, como por las altas cimas de la secuencia de la vida.  La sensibilidad se introduce en caminos imprevistos de la razón y del pensamiento humano.  su poder es ilimitado, porque ilimitado es el Universo.
La sensibilidad abarca todos los territorios de la sabiduría, del conocimiento y del amor Universal. Profundiza en los cauces inexplorados del sendero humano porque su canal apreciable es sumamente tridimensional.
El sentimentalismo humano es el motor de las emociones, pero no alcanza la ilimitada procedencia de la sensibilidad espiritual.  las emociones mueven a las personas sensibles, impresionables, emotivas pero la corriente sensible del alma penetra por mundos místicos, incalculables para la razón.
La falsa sensibilidad o sentimentalismo conduce a momentos superficiales, confusas emociones que quedan anuladas en un corto espacio de tiempo.  la auténtica sensibilidad abarca espacios y tiempos permanentes y no pierde substancia ni color, aclama al mago que hace que se desarrolle por los senderos mágicos del amor.
La sensibilidad es el velo de los intrépidos viajeros del espacio espiritual, de aquellos cuyos emblemas tienen un lugar ya en el cielo. Es la daga que corta sigilosamente el ruidoso mundo del sentimentalismo y lo arrincona en las cuevas artificales del corazón humano.
La sensibilidad es la intimidad con el mundo Divino, es el dominio del libro sagrado de la vida, pasaje hacia el conocimiento de Dios, hacia su reino.
Aquel que desarrolla la sensibilidad mágica de los Cielos está en la prehistoria y en la historia de los tiempos, rastreando sus raíces y avanzado con las voces perennes del Espacio.
Las nubes de sensibilidad gotean con fuerza a las almas que representan el mundo místico Universal, del mundo contemplativo celestial.
La sensibilidad es LIBRE, no tiene color, ni misterios, ni conocimientos; es imperecedera e inalterable: es PURA.
Y cuando es cauce de un ser humano, éste representa el símbolo de la creación.

Ängel Sanz Goena.

miércoles, 27 de abril de 2011

Tiempo del corazón

“Hemos aislado el tiempo del corazón del tiempo del mundo físico. Tratando de conquistar a la materia, hemos sido conquistados por ella. Somos objetos de un tiempo creado por nosotros y no sujetos del tiempo de la conciencia, del espíritu, del corazón. El tiempo del corazón no corre detrás de nada y un corazón tranquilo nunca es derrotado por el tiempo". Jacob Needleman





Hasta que se inició la dictadura del reloj, los seres humanos vivían conscientes de que eran parte de la naturaleza; no se sentían ni al margen ni por encima de ella. Los ciclos de la Luna, la secuencia de las estaciones, las posiciones del Sol en el cielo, los celos de los animales, eran observados y respetados; los ciclos de la propia vida (niñez, adultez, vejez) también, y eso que hoy conocemos (y tememos) como tiempo era una experiencia subjetiva y natural. En la cultura hindú no existía el temor al paso de las edades (llamadas yugas) porque se consideraba que, aunque transcurrieran el tiempo y la vida, el ser era permanente. El tiempo era circular, no una flecha a la que había que perseguir o de la que era necesario huir. Transcurría a través de rituales cotidianos.
En Grecia, Platón consideraba el tiempo como "la imagen móvil de lo eterno". Y si lo eterno era el alma, buena parte del tiempo debía estar destinado a alimentarla. Ya después del reloj, en el siglo XVIII, el filósofo idealista Emanuel Kant diría que el tiempo y el espacio no están fuera de nosotros, sino que son categorías internas, que se trata de una intuición que nos permite discernir lo que está arriba o abajo, lo que ocurre antes o después.

"Son muchísimas las personas que no logran vivir porque están siempre preparándose para vivir", define Watts de una manera terminante. ¿Qué es prepararse para vivir? En la práctica es posponer, estar muy ocupado con urgencias, dejar para después en el orden de prioridades aquellas cosas importantes o de veras preciadas y necesarias (amigos, aficiones creativas, actividades y comunicación con seres queridos, atención de la salud física y espiritual, alimentación emocional y cultural) para anteponer otras que consideramos como paso "previo" y "necesario" para lo otro.
"Para estar aquí y ahora, para habitar en su totalidad el tiempo presente, hay que tener dos vidas simultáneas –dice Jacob Needleman–; una vida exterior y una vida interior." La exterior es la de nuestras actividades, la de nuestros deberes, la de nuestras demandas que provienen de afuera, a veces deseadas y esperadas, otras veces no. La vida interior remite a una búsqueda intransferible, que nadie puede hacer por cada persona. La búsqueda de las prioridades esenciales, de esas que no se miden por lo que exhibimos, sino por nuestro estado emocional. Para esta búsqueda hay que darse tiempo. "Otra clase de tiempo" –recuerda Needleman–, que no está en los relojes ni en los calendarios. "El mundo puede ser medido con un reloj y después computadorizado", dice el filósofo. Pero esto es sólo la manipulación del tiempo, un ejercicio que se realiza en la superficie y no en la profundidad de la vida. Tiene un alto contenido de ilusión.

En realidad, como dice el propio Needleman, en el interior de cada individuo hay un ritmo personal, el ritmo de su naturaleza intransferible. Cuando las personas no están en sintonía con esa cadencia y aceptan, o se imponen a sí mismas, otros ritmos, el tiempo empieza a ser un problema en sus vidas. Y seguirá siéndolo mientras se lo afronte como una cuestión de medidas. El tiempo es más que el uso que hacemos de los nanosegundos (categoría de última generación), segundos, minutos, horas, días, semanas, meses o años.

"Administración del tiempo –añade Stephen Covey– es una expresión poco feliz; el desafío no consiste en administrar el tiempo, sino en administrarnos a nosotros mismos."

El tiempo "escapa", se "pierde", "escasea", "vuela", cuando se aplica a expectativas que no conducen a desarrollar relaciones ricas, a satisfacer necesidades humanas íntimas y esenciales, a disfrutar de momentos espontáneos, no planificados y no necesariamente "productivos". En la concepción de Covey, poner el acento en nuestros valores nos permite priorizar lo que de veras es importante. Cuando no lo hacemos, corremos detrás de lo urgente, carecemos de un eje: los acontecimientos (familiares, laborales, sociales) marcan nuestra agenda. Lo urgente reclama reacción, nos saca de la ruta por la que veníamos, nos altera. Lo importante apunta a resultados mediatos, a nuestra misión en la vida, a nuestros valores y propósitos trascendentes, que van más allá de nosotros mismos, de nuestra satisfacción inmediata y efímera. Ante la urgencia, sólo reaccionamos; ante lo que es importante, actuamos.
El ejercicio pleno y consciente de la responsabilidad lleva a construir una vida elegida, no una vida dictada. Desde ya, esa vida se construirá en la cinta del tiempo, pero –como señalan las consultoras Diana Hunt y Pamela Hait en su Tao del tiempo– "ya no remamos contra la corriente ni procuramos forzar los hechos", ponemos el acento en nuestro camino, en nuestra elección; no trabajamos contra el tiempo, apresurados por derrotar al reloj, atiborrando nuestro calendario. Hunt y Hait dicen: "Cuando vivimos enfocados en el ser, se reacomodan el hacer y el tener… y desaceleramos.

Por Sergio Sinay










martes, 26 de abril de 2011

Eres un soplo...

Afirmación del poder de Dios

"Bendito sea el Señor, mi Roca,

el que adiestra mis brazos para el combate

y mis manos para la lucha.

 Él es mi bienhechor y mi fortaleza,

mi baluarte y mi libertador;

él es el escudo con que me resguardo,

y el que somete los pueblos a mis pies.

 Señor, ¿qué es el hombre para que tú lo cuides,

y el ser humano, para que pienses en él?

 El hombre es semejante a un soplo,

y sus días son como una sombra fugaz... "

SALMO 144 ( extracto)


Baila...baila el viento, baila el sol, baila el mar, baila la luna, y el universo todo, y  así también nosostros bailemos , dando y  expresando el magnífico Ser que somos, amando y sirviendo a nuestros semejantes y cuidando nuestra mente, nuestro cuerpo, nuestra alma y nuestros buenos sentimientos...en alabanza y ofrenda a Dios...para que no se apaguen las estrellas...
















lunes, 25 de abril de 2011

Portadores de sueños





Los portadores de sueños

En todas las profecías

está escrita la destrucción del mundo.

Todas las profecías cuentan

que el hombre creará su propia destrucción.

Pero los siglos y la vida

que siempre se renueva

engendraron también una generación

de amadores y soñadores,

hombres y mujeres que no soñaron

con la destrucción del mundo,

sino con la construcción del mundo

de las mariposas y los ruiseñores.

Desde pequeños venían marcados por el amor.

Detrás de su apariencia cotidiana

Guardaban la ternura y el sol de medianoche.

Las madres los encontraban llorando

por un pájaro muerto

y más tarde también los encontraron a muchos

muertos como pájaros.

Estos seres cohabitaron con mujeres traslúcidas

y las dejaron preñadas de miel y de hijos verdecidos

por un invierno de caricias.


Así fue como proliferaron en el mundo los portadores sueños,

atacados ferozmente por los portadores

de profecías habladoras de catástrofes.

los llamaron ilusos, románticos, pensadores de utopías

dijeron que sus palabras eran viejas

y, en efecto, lo eran porque la memoria del paraíso es antigua

en el corazón del hombre.

Los acumuladores de riquezas les temían

lanzaban sus ejércitos contra ellos,

pero los portadores de sueños todas las noches

hacían el amor

y seguía brotando su semilla del vientre de ellas

que no sólo portaban sueños sino que los

multiplicaban

y los hacían correr y hablar.

De esta forma el mundo engendró de nuevo su vida

como también había engendrado

a los que inventaron la manera

de apagar el sol.

Los portadores de sueños sobrevivieron a los climas gélidos

pero en los climas cálidos casi parecían brotar por

generación espontánea.

Quizá las palmeras, los cielos azules, las lluvias torrenciales

tuvieron algo que ver con esto.

La verdad es que como laboriosas hormiguitas

estos especímenes no dejaban de soñar y de construir

hermosos mundos,

mundos de hermanos, de hombres y mujeres que se

llamaban compañeros,

que se enseñaban unos a otros a leer, se consolaban

en las muertes,

se curaban y cuidaban entre ellos, se querían, se ayudaban

en el arte de querer y en la defensa de la felicidad.

Eran felices en su mundo de azúcar y de viento

de todas partes venían a impregnarse de su aliento

de sus claras miradas

hacia todas partes salían los que habían conocido

portando sueños

soñando con profecías nuevas

que hablaban de tiempos de mariposas y ruiseñores

y de que el mundo no tendría que terminar en la hecatombe.

Por el contrario, los científicos diseñarían

puentes, jardines, juguetes sorprendentes

para hacer más gozosa la felicidad del hombre.

Son peligrosos

—imprimían las grandes rotativas

Son peligrosos

—decían los presidentes en sus discursos

Son peligrosos

—murmuraban los artífices de la guerra.

Hay que destruirlos

—imprimían las grandes rotativas

Hay que destruirlos

—decían los presidentes en sus discursos

Hay que destruirlos

—murmuraban los artífices de la guerra.

Los portadores de sueños conocían su poder

por eso no se extrañaban

también sabían que la vida los había engendrado

para protegerse de la muerte que anuncian las profecías

y por eso defendían su vida aún con la muerte.



Por eso cultivaban jardines de sueños

y los exportaban con grandes lazos de colores.

Los profetas de la oscuridad se pasaban noches

y días enteros

vigilando los pasajes y los caminos

buscando estos peligrosos cargamentos

que nunca lograban atrapar

porque el que no tiene ojos para soñar

no ve los sueños ni de día, ni de noche.

Y en el mundo se ha desatado un gran tráfico de sueños

que no pueden detener los traficantes de la muerte;

por doquier hay paquetes con grandes lazos

que sólo esta nueva raza de hombres puede ver

la semilla de estos sueños no se puede detectar

porque va envuelta en rojos corazones

en amplios vestidos de maternidad

donde piesecitos soñadores alborotan los vientres

que los albergan.

Dicen que la tierra después de parirlos

desencadenó un cielo de arcoiris

y sopló de fecundidad las raíces de los árboles.

Nosotros sólo sabemos que los hemos visto

sabemos que la vida los engendró

para protegerse de la muerte que anuncian las profecías.


Gioconda Belli

sábado, 23 de abril de 2011

Hacia la Resurrección...

Jesús es la vida que brota eternamente de la divina fuente del Padre: "En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios .. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres" (Jn1,1.4).


La Pascua es un encuentro con Jesús Resucitado... Pero es también:
Una manera nueva de ser.
Una manera nueva de vivir.
Una manera nueva de estar en la vida.
Una manera nueva de ver y de mirar.
Una manera nueva capaz de transformar lo que vemos.
Una manera nueva de pasar los unos al lado de los otros.
Una manera nueva de detenernos ante los demás y no pasarnos de largo.
Es una manera nueva de escuchar y valorar la música que emite cada vida.
 
La Pascua es : ver al otro lado de las cosas, al otro lado del sepulcro, al otro lado de la muerte. Ver que el muerto vive. Ver que los hombres y mujeres son hijos de Dios y mis hermanos.

Vivir la Pascua es ver a Jesús, no muerto en el sepulcro, sino vivo en las personas.
Vivir la Pascua es no pasar de largo sino fijarnos en los que no tienen apariencia, pero dentro son nuestros hermanos.
Vivir la Pascua es detenerse a escuchar la música de cada vida, aunque estemos sentados en cualquier esquina de nuestras calles.
Señor, dame ojos pascuales, para que pueda ver que la vida entera
puede ser una Pascua.

Clemente Sobrado C. P.

¡Felices Pascuas para todos!

viernes, 22 de abril de 2011

Mas allá del diálogo Interno...


Dialogo Interior
Con relación al diálogo interior y la manera como lo podemos abordar, es preciso experimentar el silencio, como el vehículo de conexión con nuestras dimensiones superiores de consciencia. Pues, todo lo que sucede en el mundo interior, es la manifestación del mundo exterior y viceversa. Sobre qué es y cómo se manifiesta el silencio, es válido anotar las siguientes reflexiones; planteadas por Omraam Miakael Aivanohov:

  •  El silencio es el lenguaje de la perfección, mientras que el ruido es la expresión de un defecto, de una anomalía, o de una vida que esta en desorden, anárquica, y que necesita ser dominada, elaborada. 
  • El silencio es la expresión de la paz, de la armonía y de la perfección. Cuando estamos en silencio, estamos en armonía en lo físico, astral y mental. 
  • El silencio es una reserva de energía; el silencio es una condición básica del pensamiento; El silencio prepara las condiciones para que se despierte la memoria original.   
  • El ser humano está habitado por el espíritu divino, y si desea ponerse a su servicio, no es para reforzarlo, porque el espíritu ya es fuerte; ni para instruirlo, porque el ya es omnisciente; ni para purificarlo, porque es una chispa. Únicamente, debe ocuparse de abrirle el camino, y entonces el espíritu divino le da, su paz y su amor. He ahí el trabajo que debéis realizar en el silencio de la meditación.  
  • Quién guarda silencio, demuestra que está dispuesto a escuchar, y por consiguiente, a obedecer. Quién por el contrario, toma la palabra, demuestra con ello que tiene la iniciativa, que quiere dirigir, dominar. El silencio, es pues lo característico del principio femenino, la sumisión, se amolda al principio masculino.   
  • Si deseamos conseguir restablecer en nosotros el silencio, es precisamente para dejar que el espíritu divino trabaje en nosotros. Mientras permanecemos insumisos, recalcitrantes, anárquicos, el espíritu no puede guiarnos, y así permanecemos débiles y miserables. 
  • El silencio, la paz, la armonía, son expresiones de la misma realidad. No creáis que el silencio es mudo o vacío, el silencio es vivo, vibrante y habla y canta. Pero sólo lo oímos cuando cesan en nosotros los tambores. Gracias a la contemplación, la oración, la meditación, llegaremos un día a oír la voz del silencio. Cuando están en sueño los cinco sentidos, - al no tener nada que ver, que oír, que sentir, que gustar o que tocar, Es cuando estás en las puertas del silencio absoluto. 
  • El verdadero silencio, no es entonces ausencia de ruido, él está por encima de la sabiduría, por encima de la música, es el mundo más luminoso, el más poderoso, el más bello, el centro donde surgen todas las creaciones. Ese silencio es DIOS mismo. En esencia, en medio del silencio, no invade la paz, es incluso posible que DIOS nos hable, pues solo en silencio y en la paz, DIOS nos accede a hablar.   
  • El silencio es la región más elevada del alma, y en momento en que logramos llegar a esa región, entramos en la luz cósmica. La Luz es la quinta esencia del universo, todo cuanto vemos a nuestro alrededor, incluso lo que no vemos, esta atravesado e impregnado de luz.
Y precisamente, la finalidad del silencio es la fusión con esa luz que es viva y poderosa y que penetra en toda la creación. Cuando experimentamos el silencio, nuestro diálogo interior se vuelve todavía más turbulento. Sentimos la necesidad apremiante decir cosas. Puede surgir súbitamente las sensaciones de urgencia y ansiedad. A medida, que avanza nuestro silencio y perseveramos es esta experiencia, el diálogo interior se calla; y al poco tiempo el silencio se vuelve más profundo, pues la mente - la loca de la casa - se da por vencida .
Nos indica además; que es a través del silencio, de la meditación y el no juzgar es que tendremos acceso a la potencialidad puro del ser, al diálogo interior. Es así:
Quien tiene miedo busca el ruido y el bullicioso, porque el ruido inspira seguridad; la mayoría de nosotros le tenemos miedo al silencio. Pocos disfrutamos de las riquezas de la interiorización; Si quieres ser más calmado y dueño de ti mismo, aprende a provechar el silencio y la soledad. (Carl Jung )

En síntesis, cuando esta, la relación entre el creador y la criatura se hace evidente, surge entre lo que es manifestación y lo que va más allá un profundo diálogo que es contínuo en tanto se busque la consciencia; (Warren Kenton). Es realmente, como una conexión íntima y sincronizada de nuestro ser con la divinidad; En verdad, no es posible describir lo indescriptible

DEEPAK CHOPRA

miércoles, 20 de abril de 2011

Siente tu alma...


VIVE FELIZ Y LIBRE
Ama, respira, vive. Observa cada amanecer de manera diferente. Genera paz y entusiasmo. Sonríe. No niegues ni prohíbas nada. Sé natural, no especules. Vive sin el reloj en la mente. No seas posesivo. Se feliz sin depender. Aprecia un cuadro, píntate uno. Cambia el peinado. Se jardinero. Sueña y realiza. Busca tu destino. Seduce. Confía. Brilla con luz propia. No te identifiques, eres solo un pasajero. Reza. Guarda los secretos. Vuélvete niño. Cultiva el espíritu. Cuida tu cuerpo. Conoce tus deseos. Goza. Siente la lluvia. Canta tu tema preferido. Vuélvete creativo. Estate atento, sé receptivo. Deja que la luna llena te hechice. Cambia de rumbo. No critiques, ni condenes. Danza de forma erótica. Siente el fuego. Confía en ti mismo. No te enfermes, purifícate. Imagina de manera positiva. Mata la rutina. Libérate. No controles, fluye. Usa la magia. Vive sin miedos. No pongas trabas: sé simple. ¿Sabes quién eres? Busca el éxtasis. No te apegues. Emociónate. No te preocupes. Usa el tacto. Perfúmate. Sé flexible. Vence lo triste. No dividas. Sorprende. Vive el presente. Eleva tu energía. ¡Despiértate! Usa la conciencia, no la moral. No creas en la tradición, busca la causa. Adáptate a los cambios. Salta fuera de la masa. No busques la seguridad. Disfruta tu trabajo. Revuélcate en el pasto. Siente el silencio. Brinda un servicio. Enamórate. Celebra. Supera las pruebas. Confía en Dios. No hagas daño. No reprimas lo que sientes. Mira a los ojos. Respeta tu divinidad interior. Relájate y haz meditación. Vence la pereza. Sigue tu vocación. Amígate con tu soledad. Observa el cielo. Practica yoga. Conéctate. No te dejes desacreditar, mantén tu postura. Exprésate. No guardes rencor. Sé agradecido. Ama a alguien. Abre la mente. No hables mal de los demás. Sé honesto y divertido. Concéntrate en dar: así todos recibimos. Ordena tus cosas. Cierra los ojos, busca lo místico. Goza tus orgasmos con el Tantra y el Kamasutra. Expándete. Comete errores: nunca dos veces el mismo. Llora. No estudies, aprende. Interpreta los sueños. Usa el poder. No marques el camino. Confía en la intuición. Llama a tu ángel. Toma la energía del sol. Estírate, pega el salto. No acumules cosas innecesarias. Ten una cita. Escribe un poema. Respira profundo. Haz un regalo. No cargues el pasado. Sé práctico. Duerme 8 horas. Trabaja 8 horas. Goza 8 horas. Dile no a los extremos. Confía en el plan. Busca la evolución. No te dejes dominar. No generes demasiada expectativa. No te destaques. Cocina tu alimento. Toma un masaje. Vive en secreto. Entra en un bosque. No des todo por sentado. Descubre los mitos. Interpreta los símbolos. Escribe una carta. Cultiva la telepatía. Ama a los animales. Piensa con abundancia. Destierra la envidia. Siente el misterio. Observa al universo, no tiene un tope. No sufras por cosas que no existen. Usa tu libertad. No rindas cuentas. Usa la alquimia. Pide descuento. Sube una montaña. Abraza un árbol. Sé espiritual . No te apures. No te demores. Sigue tu ritmo. Entiende bien algunas cosas. No hables demasiado. No mires demasiados noticieros. Vuélvete sabio. Mira para adentro. No eches culpas. Realiza un viaje. Juega la vida. Vuélvete artista. Suéltate. Siente tu alma: Ilumínate…

 Steiner Rudolf -Del libro “Filosofía de la Libertad”.




martes, 19 de abril de 2011

Muerte y Resurrección de Cristo


La muerte y resurrección de Cristo


Según cuenta Steiner, el Misterio del Gólgota (la muerte y resurrección del Cristo) fue una obra de los mundos divinos ejecutada en el escenario humano y que nunca podrá ser plenamente comprendida por los hombres. Tendríamos que poder comprender, por ej. que la tierra misma fue transformada, haciéndose resplandeciente a la visión espiritual en el mismo momento en el que la sangre de Cristo se derramó sobre ella. Desde entonces el Cristo ha estado actuando en los mundos espirituales y en la tierra misma, y puede ser aceptado dentro del propio ser interior del hombre, ya que está activo como su Yo superior, y el Yo superior de la humanidad es el Cristo mismo.
Para Steiner , el advenimiento del Cristo es el máximo acontecimiento posible que le ha ocurrido a la humanidad ya que con él se le abrió al ser humano la posibilidad de su evolución futura, como un ser moralmente libre capaz de cumplir su destino divino asumiendo la plena responsabilidad de sus actos. El Yo superior, o “ser en si mismo” del hombre como naturaleza divina se pudo encarnar “dentro” del mismo gracias a la encarnación, muerte y resurrección del ser más elevado que se interesa por el hombre, y al que se llamó el Cristo.

El impulso crístico
Hemos de entender que, mediante el impulso crístico, el ser humano recibió la posibilidad de “ascender” de nuevo a los mundos espirituales con su recién adquirida conciencia terrenal, pero añadiendo a ella la conciencia de los mundos espirituales. Es difícil de comprender la trascendencia y significado de la acción del Cristo para la evolución de la humanidad, como la obra de un ser elevado que se hizo hombre y se sacrificó muriendo como tal para después resucitar, uniéndose así al destino humano para toda la eternidad.
En el futuro, nos dice Steiner, la forma en que el hombre puede progresar espiritualmente es permitiendo que su ser se llene del Cristo, en un acto libre y consciente de reconocimiento y cooperación con ese ser divino que ya ha empezado a manifestarse en el mundo etéreo próximo al hombre, y que se conoce como el Segundo Advenimiento.
La acción crística tuvo lugar en el escenario humano para todos los hombres. Ser cristiano, entonces, significa aceptar a Cristo como nuestro ser más elevado, y vivir de acuerdo con ello, en un acto totalmente libre en el que no es necesario formar parte de ninguna iglesia cristiana organizada. El alma ha de aprender a ser libre, y esta libertad la ha hecho posible la acción crística. Cristo solamente puede actuar a través del Yo del hombre y ayudarle a combatir las fuerzas del mal asentadas en su mundo de deseos y emociones, para que reconozca y resista las múltiples tentaciones que se le presenten.
Con la resurrección del Cristo se le dio al hombre la posibilidad de lo que los dioses habían proyectado para él: convertirse en un ser verdaderamente libre. Desde entonces, como dice S.Pablo, el Cristo puede vivir en su interior, pero sin privarle de su libertad. Es tarea del hombre darse cuenta de este hecho y pedir su ayuda frente a las fuerzas del mal, que interfieren en dicha libertad.


¿Quién fue Jesús de Nazareth?
Existe un gran misterio en torno a la figura de Jesús de Nazareth. Los relatos de los Evangelios de Mateo y Lucas difieren grandemente en el relato del nacimiento e infancia de Jesús. Según Steiner, en realidad hubo dos niños Jesús, cada uno de ellos descrito por un evangelista, pero por supuesto, un solo Cristo.
El niño descrito en el evangelio de Mateo, descendiente de los reyes de Judea, en una encarnación anterior había sido el gran profeta de la antigua Persia conocido como Zaratustra. Había reencarnado muchas veces y era un ser humano altamente iniciado, y que por tanto poseía extraordinarios dones naturales, en especial dotado de una gran sabiduría.
El Jesús descrito en el evangelio de Lucas, descendiente de Natán, hijo de David, nos dice Steiner que nunca había encarnado con anterioridad como ser humano, sino que su alma y espíritu habían sido preservados en lo que él llama la “logia materna” de la humanidad; no tenía karma, y por tanto tampoco influencia alguna de las fuerzas luciféricas o arithmánicas. Era un ser puro, que hoy consideraríamos retrasado, sin la más mínima sabiduría terrenal pero plenamente henchido de amor, misteriosamente dotado en su cuerpo astral de las fuerzas de la compasión, que desde el mundo espiritual le había incorporado el espíritu del Buda.
La existencia de dos niños explica, entre otras cosas, el que el descripto por Lucas, cuando sus padres lo hallaron al tercer día de haberse perdido, estaba discutiendo con los doctores en el Templo y haciéndoles preguntas, considerando milagroso el cambio producido en un niño considerado retrasado. Según Steiner, lo que había sucedido es que se había efectuado un misterioso cambio de personalidad , por el cual el Yo del Jesús que anteriormente había sido Zaratustra, había abandonado las tres envolturas corporales en las que había vivido anteriormente, pasando a ocupar las del Jesús descendiente de Natán, lo que explica la repentina sabiduría del niño. La presencia de ese Yo lleno de sabiduría, con la incorporación de las envolturas plenas de amor puro del Jesús natánico, produjo un ser humano tan avanzado y lleno de amor-sabiduría que fue capaz , a los treinta años, de donar sus envolturas plenamente desarrolladas al Cristo en el acto del bautismo por Juan en el río Jordán, y con las que tendría que vivir durante tres años hasta que las abandonó en la crucifixión.
La misión del Cristo comienza pues, siguiendo a Steiner, con la posesión del cuerpo más perfecto que nunca había existido en la tierra. No obstante , dicho cuerpo fue consumido en tres años por las tremendas fuerzas que vivían en él, hasta que ya no pudo contener al Yo Cristo. Ya hemos visto que lo que el Cristo hizo después del Misterio del Gólgota, fue tomar sobre si mismo las consecuencias de los actos humanos, en cuanto estos afectan a la tierra y al universo, haciendo con ello posible la futura evolución de la tierra.


Por Andrés Piñán
Ldo. en Filosofía







El ego y la Conciencia...


'Hay dos modos de conciencia:

una es luz, y otra, paciencia.

Una estriba en alumbrar

un poquito el hondo mar;

otra, en hacer penitencia

con caña o red, y esperar

el pez, como pescador.

Dime tú: ¿Cuál es mejor?

¿Conciencia de visionario

que mira en el hondo acuario

peces vivos,

fugitivos,

que no se pueden pescar,

o esa maldita faena

de ir arrojando a la arena,

muertos, los peces del mar?"

De 'Provervios y Cantares- XXXV'
 Antonio Machado.

"El Sí mismo es Consciencia Pura. La Verdadera Naturaleza de uno es luz y luminosidad absoluta que no requiere soporte de ningún tipo. Esta Consciencia conoce todo y es la única morada o sede de todos los demás conocimientos, entendimientos y experiencias. El ego es la consciencia mezclada con la mente, los sentidos y sus objetos. Por eso está sujeto a condiciones, cambios y modificaciones y por lo tanto es irreal. Como el ego mismo es irreal, todas sus funciones ya sean más o menos groseras o sutiles, deben ser también irreales. Es el ego el que experimenta el mundo fenoménico. La existencia relativa de todos los fenómenos existe sólo en la mente y el ego. Ninguna mente u operación mental se produce cuando desaparece el ego y sin él no aparecería el mundo. El ego no es más que auto-consciencia condicionada y limitada por la naturaleza finita y aparente de la dualidad.

La dualidad es la naturaleza de la mente y del ego. Las funciones y resultados de la dualidad, la naturaleza del sujeto y del objeto, son apariencias superimpuestas al verdadero Sí mismo, que es la Consciencia Pura. Todas las apariencias del drama del mundo en sus distintas formas y nombres son superimposiciones experimentadas mediante la ignorancia de ese Sí mismo, la Consciencia Pura, la Realidad fundamental, el único Substrato de todos los seres que existen, existieron y existirán.
No hay pluralidad de objeto, no hay pluralidad de sujeto. Sólo hay el Uno supremo que está más allá de sujeto y objeto. No hay duplicado de la Realidad, no hay dualidad, sino solamente la unidad de todo y la identidad con la Realidad siempre presente en su naturaleza espontánea de naturaleza luminosa y homogénea."


Cuando llega a descubrirse este centro o testigo central, uno puede apartar las olas de la superficie del océano de la actividad mental para hundirse en la calma y segura profundidad del núcleo central. Este testigo mudo que es a la vez el origen de todos los sonidos y las imágenes de la mente, es el único que puede apartarnos de su propia creación.

Cuando dejamos de identificarnos con los elementos de esa creación y somos conscientes de que eso no somos nosotros sino nuestra propia creación y de que nos identificamos con ella debido a que la percibimos aparte de crearla, es el momento de llegar a ser el mudo testigo, el Sujeto, el Sí mismo que es lo que de verdad y eternamente somos. Como dijo Santo Tomás: "Aquello que conoce ciertas cosas no puede tener en su propia naturaleza ninguna de ellas."

No es necesario que intentemos ver nuestro ser transcendente, en realidad es él, el que ve a través nuestro, aunque sin llegar a ser conscientes de su presencia, de su centro en nosotros. ¿Acaso nuestro ojo puede verse a sí mismo? Tan solo necesitamos desprendernos de nuestras identificaciones con lo que vemos. "Todo aquello que uno puede ver no es aquello que lo ve."

La existencia del yo (ego) como centro de la consciencia es inherente a la individualidad consciente (el hombre) y actúa como centro durante toda la vida de una persona desde que nace hasta que muere. Incluso durante el sueño, aunque de una forma más difusa, el ego sigue estando presente, unas veces de forma activa y otras de forma pasiva en los sueños.

Pero bajo la consciencia del ego, viéndose a sí misma y situándose históricamente en la experiencia de la vida, hay otra consciencia que no está circunscrita al ego y que sigue estando más allá del mismo, aunque el ego intente apartarla para poder parecer la entidad principal y protagonista de la historia.

Respecto al ego, por poco que se analice, vemos que no es algo estático, único, eterno, ni siquiera perdurable, sino que se compone de una multitud de secuencias conscientes que hilan una historia personal ficticia en la que el ego subsiste y se considera estable.

Todos los fenómenos que surgen en la consciencia del ego, así como en los sueños, no existen fuera de la consciencia misma. Por lo tanto cualquier realidad estructural a partir de ello, es una realidad virtual.
Esa consciencia transcendental que da vida y realidad aparente a la consciencia del ego, es lo que a veces llamamos Espíritu o Sí mismo. El trasvase del centro de consciencia desde la centralidad aparente del ego a esa otra consciencia base, es la experiencia que se considera en los sistemas iniciáticos la iluminación y en la psicología jungiana el proceso de individuación.

La contemplación es el resultado del contacto entre la consciencia del ego y el Espíritu. A través de sus prácticas, el iniciado ha llegado a una experiencia que debe ser aplicada constantemente a su vida diaria. De lo contrario, la flor que ha surgido en un momento dado, junto con su aroma, sus colores y toda su belleza, irán declinando poco a poco y se marchitará para dejar paso a la vida absurda cotidiana de la no realización en la que estamos inmersos. Así pues, la contemplación debe cobrar vida continuamente en todos los momentos de actividad mental del iniciado.

De la misma forma que en la vida mundana de cada individuo, los recuerdos acumulados en su memoria actúan de forma decisoria en su discurrir pensante para elaborar su realidad cotidiana, en el iniciado, la experiencia adquirida en sus estados transcendentales debe ser recordada y estar presente en su vida diaria.

La magia se convierte en teurgia cuando el mago trabaja consigo mismo y con los arquetipos espirituales, es decir, con el Espíritu o Sí mismo y sus emanaciones arquetípicas. La teurgia no tiene nada que ver con cualquier otro tipo de magia que intente funcionar en el exterior, haciendo manifestar la voluntad para efectuar cambios externos. En la teurgia el mago se une con el Espíritu, con la propia divinidad inmanente dentro de sí mismo. La consciencia individual del ego, cuando se une con el Espíritu o Sí mismo, emana una voluntad superior distinta de la que suele proyectar el ego. En esta teurgia, el mago ya no necesita reglas mágicas definidas según una tradición específica (egipcia, grie-ga, cabalista, hindú, martinista, thelemita, maatiana, etc.). Las asociaciones simbólicas, las palabras de poder y el ritual pierden su importancia al lado del verdadero núcleo del trabajo teúrgico, la unión verdadera de la consciencia del ego con el Espíritu o Sí mismo. La eucaristía es el símbolo de este tipo de magia superior y representa en la "transustanciación" del pan y del vino, la unión de la consciencia y voluntad del operador con la consciencia y voluntad divinas.

Cada pensamiento, palabra, gesto o acción se hacen mágicos cuando la consciencia del operador funciona unida al Espíritu. El acto litúrgico o ritualista que pueda ser realizado en un momento determinado por el sacerdote o el mago, sólo es un símbolo de la verdadera realidad espiritual del adepto cuya vida discurre continuamente mientras su consciencia egóica permanece unida al Espíritu.
Cuando hemos hablado de integrar la contemplación de los iniciados en la vida diaria, nos referíamos a la permanencia en dicho estado en todas las actividades corporales y mentales de la vida diaria.

Cuando uno traslada el foco de la consciencia al Espíritu, el primer efecto es una bifocalización, como si hubiese un desenfoque de una lente. La atención unidireccional es retirada de esa corriente para dirigirse hacia el centro mismo de esa otra consciencia desde la que está surgiendo dicha corriente. El flujo de consciencia surge como el chorro de una fuente, pasa por el tamiz del cerebro que le da color, forma e interpretación y se abre en la experiencia pensante-sensitivo-objetiva. El hecho de realizar ese desenfoque no quiere decir que la luz de la consciencia se apague y uno entre en un estado de inconsciencia, sino sólo que el centro de la consciencia observa toda la actividad mental sin perder dicha centralidad y dejando que la corriente que se produce surja, evolucione y se disipe constantemente sin quedar atrapado en ella.

¿Cómo podemos practicar para poder establecer este tipo de consciencia? En primer lugar es importante haber establecido el contacto entre el ego y el Sí mismo o Espíritu. Es lógico que sin haber una preparación previa en la concentración, meditación y visualización, la contemplación no se producirá.

Una vez que ese tipo de experiencia contemplativa transcendente ha sido alcanzada, es cuando puede uno trasladarla a la práctica en la vida diaria. Para practicar esto es necesario entrar en el "Estado de Gnosis", en el que uno se encuentra centrado en la consciencia espiritual. En ese estado, la visión del mundo objetivo y la consciencia subjetiva se unen en una sola cosa y no hay separatividad entre ellas.

Pero la consciencia se distrae una y otra vez en el discurrir de los acontecimientos externos que nos absorben y generan nuestra continua actividad. Asimismo cada vez que nos damos cuenta de que hemos sido atrapados debemos volver a nuestro verdadero centro de la consciencia y realizar la contemplación.
¿Como hacerlo? En un momento de tranquilidad entre un evento y otro, en una pausa de descanso de la actividad, podemos entrar dentro de nosotros mismos retirando la atención del mundo externo y manteniéndola en el centro de la consciencia. Esto se favorece dirigiendo la mirada interna hacia la zona que hay detrás del entrecejo y practicando unos momentos la repetición mental de frases tales como:

¿QUIEN SOY YO?
YO SOY EL ESPIRITU
YO SOY LA CONSCIENCIA
YO SOY LO QUE SOY
YO SOY EL QUE MIRA
YO SOY EL QUE VE Y DEJA DE VER
YO SOY LO QUE VEO
YO SOY LO QUE NO VEO

Es probable que la luz de la consciencia se ilumine en esos momentos e inunde toda la mente sin dejar salir ningún pensamiento o imagen que la luz misma de la consciencia.

Dijo Guru Nanak:
"Ve mientras estés en vida al lugar a donde has de ir después de la muerte."
El hábito de esta práctica tan sencilla y eficiente mantiene viva la presencia de nuestra verdadera consciencia transcendente y ayuda a hacerla operativa en todos los momentos del día.
La práctica regular de esta contemplación en la quietud del hogar y en el lugar habitual de meditación, debe hacerse también con tanta frecuencia como uno encuentre adecuado. Para ello es necesario sentarse en una posición cómoda pero que no induzca al sueño y con la columna vertebral recta. A continuación hay que concentrar la consciencia con los ojos cerrados por detrás del entrecejo y permanecer ahí sin dejar que ningún pensamiento que pueda surgir nos atrape y nos lleve con él. Esto no es tan difícil como parece porque en cuanto cerramos los ojos ya estamos ahí en la oscuridad que se produce. Debemos permanecer pues manteniendo la atención en esa oscuridad y repetir la frase o frases escogidas para tener acceso al centro de la consciencia. No hay que visualizar nada de momento ni tampoco intentar buscar algún tipo de luz o sonido prefijado, solo permanecer ahí y repetir las frases que afianzan la presencia del centro de la consciencia.

Sri Babathakur










LinkWithin

Related Posts with Thumbnails