Perdonar es poner a un prisionero en libertad y descubrir que el prisionero ...eres tú
Un día entendí que sentir odio o rencor es una falta de aceptación de la vida misma, de sus imperfecciones y de su caídas.
También un día comprendí que el resentimiento es la falta de aceptación de « ser un ser humano », imperfecto, emocional, sensible, crítico, duro y culpable. Allí está la raíz de todos nuestros problemas.
Cuando tenemos resentimientos, siempre estamos buscando afuera el causante de nuestro dolor, pero nunca entendemos que estamos inmersos en el dolor porque no aceptamos la vida que tenemos, no nos aceptamos a nosotros mismos, ni a las personas que nos rodean.
Pretendemos que la gente sea impecable, pero no somos capaces de serlo nosotros mismos. Criticamos, juzgamos y condenamos a los otros y a la vida misma, sin darnos cuenta que todo aquello que estamos criticando son los errores que nosotros mismos cometemos, de una manera u otra, sin excepción!
Queremos una vida perfecta, pero ocasionamos dolor a los otros, por el sólo hecho de ser una raza de tanta diversidad.
Tenemos que defendernos de los unos contra los otros para hacernos un pequeño espacio en el mundo que nos mantenga a salvo. Allí nos encerramos, y en ese pequeño espacio navegamos durante toda nuestra existencia, negándonos la posibilidad de conocer otros mares; lo cual nos produce una visión minúscula, cerrada e insípida!
Por otra parte, nuestro dolor no nos permite observarnos, ni escucharnos para comprender que dentro de nosotros mismos tenemos un « Yo » que constantemente nos está guiando, que nos habla y al cual no podemos escuchar por el ruido que hace nuestra mente.
Todo el mundo sabe que eso es así, porque todo el mundo alguna vez en su vida ha sentido una ayuda mágica, a la cual le hemos puesto el nombre de Dios. No importa como lo quieras llamar, el hecho es que tú bien sabes que está allí, dentro de ti, y que de vez en cuando viene en tu ayuda para reivindicar tu dolor. Pero ese no es en realidad su papel!
Su labor es conducirnos, darnos lecciones de madurez y de comprensión sobre lo que es la vida para que la amemos con sus altos y sus bajos. Nuestra naturaleza interior es vivir en armonía con el mundo que nos rodea —para eso nacimos—, y cuando actuamos consciente o inconscientemente en contra de nuestra naturaleza, nos sentimos culpables de hacernos daño a nosotros mismos.
En ese momento buscamos un castigo porque nos sentimos malos. En el fondo, comprendemos que no hay nada que nos pueda dañar que provenga del exterior. Por eso, puedo decir con propiedad que el perdonar a los otros es una ilusión. A la única persona que tenemos que perdonar es a nosotros mismos.
Quizás esto te suene incongruente con tu vida, porque tuviste una infancia dificil, con unos padres que, de una manera u otra, te fallaron permanentemente. Sé que hay muchísima gente que vive cosas terribles. Pero a pesar de esto, continuo afìrmando que el perdón no se extiende a los otros, el perdón se trata de la liberación de tus propios patrones de conducta.
Es decir, que la única manera efectiva para cambiar tu vida es perdonándote a ti mismo(a), de amarte a ti mismo(a) y de aceptarte a ti mismo(a).
Arriésgate a sentir el dolor, porque de todas maneras lo sientes. Sólo
debes aceptarlo para dejarlo salir. No lo escondas dentro de ti porque eso sólo te hace daño. Qué incongruencia interior tenemos, cuando por el dolor que los otros nos causan, nos herimos a nosotros mismos: no te parece absurdo?
Tu rabia, no daña a tu papá, o a tu mamá, ni a la persona que te botó del trabajo, ni al que te abandonó, ni al que te maltrató, ni al que te falló, ni al que te violentó, etc. La rabia sólo te hiere a ti, y esa es la prueba más grande que tengo para asegurarte que si te abres a limpiarte por dentro, vas a vivir mucho más ligero y mucho más feliz.
Todo el dolor que has vivido sólo ha sido para que madures, para que te aceptes y para que no te resistas a la vida.
Mi consejo?: OLVIDA.
Yo te perdono en Inglés es: ” I forgive you “, cuando lo traduzco al español quiere decir : « yo te olvido ». Es decir, que olvidar es borrar de tu memoria el dolor.
Míralo como a un amigo, agradécelo una y mil veces, porque te ha enseñado y porque te ha moldeado como ser humano. Eres un ser emocional, por lo tanto sientes lo bueno, pero también vas a sentir lo malo. Eso es parte de la vida!
Olvida aquella tonteria de seguirte hiriendo a ti mismo, de seguirte castigando por lo que los otros te hicieron. Nadie puede dañarte!!
Agradezco a todo aquel que ha tenido la paciencia de leer estas líneas, y espero de todo corazón que sirvan de ayuda.
Autora: Maria Angela Colombo, maestra de crecimiento y desarrollo personal.
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