...Si fuera posible observar la composición de un átomo al microscopio...que veríamos?
Imaginate un remolino de polvo que se mueve a través del desierto. Ahora elimina la arena y la suciedad del remolino. Lo que te queda es un vórtice invisible similar a un tornado. Pues bien, el átomo está formado por un cierto número de vórtices infinitesimales similares a esos torbellinos de arena que denominamos quarks y fotones. Desde lejos, el átomo parecería una esfera borrosa. A medida que se fuera enfocando y acercando la lente el átomo se haría menos claro y definido. Si nos acercamos a su superficie, el átomo desaparece. No se ve nada. El átomo no tiene estructura física. Los átomos están formados por energía invisible, no por materia tangible!.
Así pues en nuestro mundo, la sustancia material ( la materia) aparece de la nada. Algo bastante extraño si te paras a pensarlo. Ahí estás tu, sosteniendo este libro físico en tus manos y sin embargo, si aumentaras el tamaño del material del libro con un microscopio atómico verás que no estás sujetando nada. El universo cuántico es una locura.
Echemos un vistazo mas de cerca a esa característica del " ahora lo ves, ahora no lo ves" de la física cuántica. La materia puede definirse de forma simultánea como un sólido (una partícula) y como un campo de fuerza inmaterial ( una onda). Cuando los científicos estudian las propiedades físicas del átomo, como la masa y el peso, el átomo tiene la apariencia y el comportamiento de la materia física. Sin embargo cuando esos mismos átomos se definen en términos de potenciales de voltaje y longitudes de onda, muestran las cualidades y propiedades de la energía ( de las ondas). El hecho de que la materia y la energía sean la misma y única cosa es precisamente lo que Einstein reconoció al expresar su fórmula: E=mc2. Esta ecuación dice que la energía (E) es igual a la materia (m de masa) multiplicada por la velocidad de la luz (c) al cuadrado. Einstein reveló que no vivimos en un universo con cuerpos físicos independientes separados por espacio muerto. El universo es un único e indivisible agujero dinámico en el que la energía y la materia están tan estrechamente relacionadas que resulta imposible considerarlas elementos independientes.
Saber que son unos mecanismos tan distintos los que controlan la estructura y el funcionamiento de la materia debería haber ofrecido a la biomedicina nuevas perspectivas de lo que son la salud y la enfermedad.
Sin embargo, aún después de los descubrimientos de la física cuántica, a los estudiantes de medicina y de biología se les sigue enseñando a ver el cuerpo como una máquina física que opera según los principios de Newton.
En su empeño por descubrir cómo se controlan los mecanismos corporales, los investigadores han concentrado su atención en un vasto número de señales físicas que se clasifican en familias de sustancias químicas diferenciadas entre las que se incluyen: las citocinas, los factores de crecimiento, los supresores tumorales, los transmisores y los iones. No obstante, debido a los prejuicios materialistas newtonianos, los investigadores convencionales han ignorado por completo el papel que juega la energía en la salud y en la enfermedad.
El modelo "reduccionista" sugiere que si hay un problema en el sistema, algo tan evidente como una enfermedad o una disfunción, el origen del problema puede atribuírse a una alteración en alguno de los pasos de la cadena de montaje química. Con el simple hecho de proporcionar a la célula un sustituto para el elemento defectuoso ( con la prescripción de un fármaco por ejemplo), en teoría el elemento defectuoso puede ser reparado. Esta asunción es la que anima a los investigadores de la industria farmacéutica a buscar píldoras mágicas y genes de diseño.
No obstante, la perspectiva cuántica revela que el universo es una integración de campos de energía interdependientes que están inmersos en una complicada red de interacciones.
Los científicos biomédicos están muy confundidos ya que no reconocen la enorme complejidad de la comunicación existente entre las partes físicas y los campos de energía que conforman el todo. La visión reduccionista del flujo lineal de información es una característica del universo newtoniano.
Por el contrario el flujo de información en el universo cuántico es holístico. Los constituyentes celulares están intrincados en una red de informaciones de muy diversa índole. Una disfunción biológica puede ser consecuencia de un error en la comunicación producido en cualquiera de las rutas que constituyen el flujo de información. Para restaurar el equilibrio químico de este complejo sistema interactivo hace falta mucho mas que limitarse a ajustar una de las rutas de información con un fármaco.
Una vez que comprendí la naturaleza de las complejas interacciones existentes entre la materia y la energía, supe que la visión reduccionista y lineal no puede llegar a darnos siquiera una idea aproximada de la enfermedad.
Los médicos están atrapados entre una pared intelectual y una espada corporativa, no son mas que meros peones dentro del gigantesco complejo de la industria médica. Su capacidad de curar se ve obstaculizada por una educación médica arcaica basada en el universo materialista newtoniano. Por desgracia, esa filosofía se pasó de moda hace 25 años, cuando los físicos admitieron de manera oficial las bases de la mecánica cuántica y reconocieron que el universo está formado en realidad por energía.
Las corporaciones farmacéuticas nos han convertido en una nación de adictos a recetas, con resultados trágicos. Es preciso que incorporemos los descubrimientos de la física cuántica a la medicina con el fin de crear un nuevo sistema médico mas seguro y en consonancia con las leyes de la naturaleza...
Dr. Bruce H. Lipton
Del Libro " La biología de la creencia"
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