Bloqueos
energéticos en el área de la sexualidad, los cuales se aplican específicamente
a mujeres u hombres.
Bloqueos
en la sexualidad femenina
En
las mujeres, el área del primer y segundo chakra (sacro y ombligo) es la más
apaleada y herida como resultado de opresión sexual y violencia a lo largo de
los siglos. Realmente por unos cuantos milenios, las mujeres han sido enmarcadas
en un rol subordinado en casi todas las áreas de la sociedad, y esto aún
prosigue en muchos lugares de la tierra. Con respecto a la sexualidad, esta
inequidad se manifestó como violación, agresión y humillación a una gran
escala. Como resultado de esto, muchas mujeres, en verdad el alma femenina
colectiva, ha sufrido increíblemente. Hay profundas heridas emocionales, las
cuales necesitan tiempo, amor y sumo cuidado para sanarse. A menudo, el impulso
para la unión sexual es sentido por las mujeres como una añoranza del corazón,
o como un sentimiento espiritual. Pero cuando ellas logran la intimidad física,
ellas pueden encontrarse con que no pueden expresar su energía sexual
libremente, debido a bloqueos energéticos en el primer y segundo chakra. Hay recuerdos
(en el alma) en esos centros energéticos de ser obligadas a tener experiencias
sexuales que las humillaron. Estas experiencias fueron tan dolorosas, que la
mujer retiró su energía, su consciencia del área del vientre. Cuando ahora esta
parte del cuerpo es abordada otra vez de un modo sexual, los músculos
instintivamente se contraen o el cuerpo emocional automáticamente indica
resistencia. Las células físicas son conscientes del trauma y no siguen tan
fácilmente con la invitación a danzar. Ellas quieren aislarse y crear una
barrera para protegerlas a ustedes de más agresión. Esta reacción es totalmente
comprensible y siempre debería ser tratada del modo más respetuoso. Usar
cualquier clase de fuerza para eliminar la resistencia, es una manera de violar
nuevamente los centros heridos. Cuando ustedes, como mujer, tienen estas
emociones, es muy importante llegar a estar completamente conscientes de ellas:
puede haber ira ahí, resistencia, o miedo relacionado con la intimidad física.
Y frecuentemente todas estas emociones son más antiguas que la relación que
están teniendo, aún más antiguas que esta vida. Puede haber traumas muy
antiguos en aquellos chakras inferiores que han dejado profundas cicatrices
emocionales. Quisiera recomendar, específicamente a las mujeres que reconocen
este dolor, que conozcan de las vidas en las que ellas fueron la
ofensora/agresora (lo opuesto a la víctima). O, si es difícil para ustedes
acceder a vidas anteriores, entrar en contacto dentro de ustedes con la
‘energía de la agresora o mujer poderosa’. Esto puede sonar muy extraño, pero
ésta es la razón. Cuando ustedes han sido víctima de la violencia sexual, esto
ha generado mucha ira en su campo de energía. Puede haber cólera ahí de varias
vidas pasadas. Esta ira las bloquea y las mantiene aprisionadas en un
sentimiento de impotencia y de victimización. Para liberar la ira ustedes
necesitan comprensión. Ustedes necesitan comprender por qué y para qué; ustedes
necesitan ver la imagen más grande. Cuando ustedes pueden imaginarse a ustedes
mismas como una mujer poderosa que pudo ser despiadada y cruel con los hombres,
y sienten por dentro que esto también es parte de ustedes, entonces la ira se
puede desintegrar. Puede emerger un entendimiento más completo, un conocimiento
interior de que ustedes forman parte de una historia kármica mayor, en la cual
ustedes jugaron tanto el rol de agresor como el de víctima. Es prácticamente
imposible liberar sus emociones de dolor, impotencia y victimización, sin mirar
también el otro lado de ustedes, el ‘lado oscuro’. Ustedes no necesitan
necesariamente volver atrás hacia vidas pasadas para reconocer esta parte
oscura dentro de ustedes. Ustedes también pueden volverse más conscientes de
ésta observándose a ustedes mismas en el día a día de sus vidas. Cuando ustedes
sienten esta energía (por ej. el deseo de ejercer poder o herir a otros),
pueden notar que ustedes no han sido solamente la víctima indefensa de las
circunstancias externas. Hay ligazones kármicos entre el agresor y la víctima:
ambos roles reflejan aspectos de ustedes mismas. Tan pronto como ustedes sepan
y acepten su lado oscuro, podrán entonces observar sus propias heridas internas
de un modo diferente y comenzar a perdonar. Cuando hay comprensión la cólera se
puede disgregar, y ustedes pueden entrar en contacto con la capa de emociones
que hay debajo; la tristeza, la angustia, el dolor que está ahí en muchas capas,
también en el cuerpo mismo. Es muy importante para las mujeres reconocer el
aspecto agresor en ellas mismas y trabajar con él. Cuando hay aversión y rencor
en ustedes con respecto a la sexualidad, comprendan que cuanto más aversión y
rencor ustedes sientan, más se identifican con el rol de víctima, y más se
despojan a ustedes mismas de su libertad. Traten de sentir dentro de ustedes
que en la arena de la sexualidad se está representando un juego kármico, en el
cual ustedes han llevado a cabo ambos roles, siendo tanto el chico bueno como
el malo. Desde ahí ustedes pueden acceder a un lugar de perdón: perdonándose a
ustedes mismas así como también a alguien más. Las cosas suceden por alguna
razón. Los actos de violencia y represión pueden parecer sin sentido, pero
siempre hay una historia detrás de eso. Y cada vez que está implicada la
violencia sexual, ésta deja profundas huellas en todos los cuatro niveles del
ser humano.
Bloqueos
en la sexualidad masculina
Con
respecto a la experiencia masculina de la sexualidad, los bloqueos que ocurren
están mayormente al nivel del corazón y de la cabeza. En estos niveles, puede
haber un miedo a entregarse, un miedo a la intimidad profundamente emocional.
Este miedo la mayoría de las veces se extiende hacia atrás más allá de lo que
ustedes pueden recordar. Pertenece a la era en la cual las mujeres dominaron a
los hombres. Esto hizo que el juego de la atracción sexual, que inicialmente
era inocente y espontáneo, se volviera amenazador. Los hombres aprendieron que
era peligroso mostrar abiertamente sus emociones y abrir su corazón a su
pareja. Dentro de los hombres hay profundos miedos arraigados relacionados con
entregarse a su lado sensible, y estos miedos no necesitan necesariamente
manifestarse en el nivel físico. Ellos pueden participar en el acto físico del
sexo mientras mantienen sus sentimientos separados. Entonces el hombre puede
estar físicamente presente en el nivel físico, mientras que su naturaleza
sensible está (parcialmente) ausente. Sus emociones se cierran continuamente
debido a este temor a abrirse y volverse vulnerable al rechazo una vez más. Hay
ahí en el alma viejos recuerdos de ser abandonado y lastimado emocionalmente.
©
Pamela Kribbe
No hay comentarios:
Publicar un comentario