Jesús, Maestro de Vida
"¡Escuchen! El sembrador salió a sembrar.
Mientras sembraba, parte de la semilla cayó al
borde del camino, y vinieron los pájaros y se la
comieron.
Otra parte cayó en terreno rocoso, donde no
tenía mucha tierra, y brotó en seguida porque la
tierra era poco profunda;
pero cuando salió el sol, se quemó y, por falta
de raíz, se secó.
Otra cayó entre las espinas; estas crecieron, la
sofocaron, y no dio fruto.
Otros granos cayeron en buena tierra y dieron fruto: fueron creciendo y
desarrollándose, y rindieron ya el treinta, ya el sesenta, ya el ciento por uno".
Y decía: "¡El que tenga oídos para oír, que oiga!".
Los que escuchan a Jesús saben de qué les está hablando, saben lo que es sembrar y lo que es vivir pendientes de la futura cosecha. ¿De qué les quiere hablar Jesús? En algunos terrenos la siembra ha sido un fracaso sin embargo la mayor parte de la semilla cae en tierra buena. Con el Reino de Dios sucede lo mismo. No todo el mundo lo acoge. No faltan obstáculos y resistencias pero la fuerza de Dios dará su fruto. Jesús está sembrando. Es el momento de responder. Pero ¿cuál es la respuesta que Dios espera? No es hacer penitencia ni ayunos ni observancias legalistas. Tampoco se dirige solo a los pecadores. Llama también a los justos.
Todos han de cambiar. Han de cambiar EL CORAZÓN! ese núcleo interior donde se deciden las buenas y malas acciones. Dios pide a todos un Corazón BUENO.
Un corazón de niño, sincero, humilde, confiado. Dice Jesús: “Os aseguro: el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él”. Jesús está pidiendo una personalidad nueva QUE RENAZCA DE NUESTRA ESENCIA.
FELICES PASCUAS,
QUE LA RESURRECCIÓN DE CRISTO SEA UNA BENDICIÓN PARA CADA CORAZÓN SEDIENTO DE AMOR!
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