EL CAMINO DE LA CONFIANZA
La confianza es la mayor inteligencia. ¿Por qué no confían las
personas? Porque no confían en su inteligencia. Tienen miedo, tienen miedo de
ser engañados. Tienen miedo; por eso dudan. La duda surge del miedo. La duda
surge de una especie de inseguridad en tu propia inteligencia. No estás tan
seguro como para confiar y actuar desde la confianza. La confianza precisa de
una gran inteligencia, coraje, integridad. Para poder entrar, necesita que haya
un gran corazón. Si no eres demasiado inteligente, te proteges con la
duda.
Si eres inteligente estás preparado para penetrar en lo
desconocido, porque sabes que, aunque desaparezca todo el mundo conocido y estés
en lo desconocido, serás capaz de instalarte ahí. Confías en tu inteligencia. La
duda está en guardia; la inteligencia se mantiene abierta porque sabe que «pase
lo que pase, será capaz de aceptar el desafío, será capaz de responder de una
forma adecuada». La mente mediocre no tiene esa confianza en sí misma. El
conocimiento es mediocre.
Estar en un estado de no—saber es inteligencia, es atención, y no
es acumulativo. Todo lo que sucede en cada momento, desaparece y no deja rastro,
no deja un rastro existencial. Vuelves a encontrarte en estado puro, vuelves a
ser inocente, vuelves a ser un niño.
No intentes comprender la vida. ¡Vívela! No intentes comprender el
amor. Instálate en el amor. Entonces sabrás, y ese saber surgirá de tu
experiencia. Ese saber no destruirá el misterio: cuanto más sepas, más sabrás
que queda mucho por saber.
La vida no es un problema. Si la consideras un problema estás dando
un paso equivocado. La vida es un misterio que tienes que vivir, amar,
experimentar.
En realidad, la mente que busca explicaciones es una mente miedosa.
Debido a este miedo, quiere buscar explicaciones a todo. No puede hacer nada si
no se lo han explicado antes. Gracias a las explicaciones, siente que es un
terreno familiar, conoce la zona, y ahora se puede mover con el mapa, la guía y
el programa. No está dispuesta a adentrarse en un terreno desconocido,
inexplorado, sin tener un mapa, sin tener una guía. Pero la vida es así, y no
puede haber un mapa porque la vida va cambiando. Todos los momentos son ahora.
No hay nada viejo bajo el sol, y créeme, todo es nuevo. Hay un tremendo
dinamismo, un movimiento absoluto. Sólo el cambio es permanente, lo único que no
cambia es el cambio.
El resto siempre cambia, por eso no puedes tener un mapa; cuando
consigas tener el mapa listo ya estará anticuado. Cuando esté disponible el mapa
ya será inútil, la vida habrá cambiado de trayectoria. La vida habrá empezado a
jugar otro juego. En la vida no puedes arreglártelas con un mapa, porque no es
mensurable; en la vida no puedes arreglártelas consultando una guía, porque las
guías sólo existen cuando las cosas están estancadas. La vida no está estancada,
es dinámica, es un proceso. No puedes hacer un mapa de la vida. No es
mensurable, es un misterio inconmensurable. No busques explicaciones.
Y esto es lo que llamo madurez mental: cuando alguien llega a un
punto en el que mira la vida sin hacer preguntas, y se sumerge en ella con
coraje y sin miedo.
EL MUNDO ESTÁ LLENO DE PERSONAS PSEUDO—RELIGIOSAS, iglesias,
templos, gurudwaras*, mezquitas, está lleno de personas
religiosas. Y ¿no te das cuenta que el mundo es absolutamente irreligioso? ¿El
mundo es irreligioso con tantas personas religiosas? ¿Qué milagro es éste? Todo
el mundo es religioso, sin embargo, la suma total es irreligiosidad. La religión
es falsa. La gente ha «cultivado» la confianza. La confianza se ha convertido en
una creencia y no en una experiencia. Se les ha enseñado a creer, no se les ha
enseñado a saber; en esto se ha equivocado la humanidad.
No creas nunca. Si no puedes confiar es mejor que dudes, porque a
través de la duda, antes o después, podrá surgir la posibilidad de la confianza.
No puedes vivir eternamente con la duda. La duda es una enfermedad; es una
dolencia. Si dudas nunca estarás satisfecho; si dudas siempre tendrás miedo, si
dudas siempre estarás angustiado, dividido e indeciso. Si dudas estarás viviendo
una pesadilla. De modo que algún día empezarás a intentar salir de ella. Por eso
digo que es mejor ser un ateo antes que ser un teísta, un
pseudoteísta.
Te han enseñado a creer desde la infancia, han condicionado la
mente de todo el mundo para creer: creer en Dios, creer en el alma, creer en
esto y aquello. La creencia te ha calado hasta los huesos y la sangre, sin
embargo, sigue siendo una creencia, no has sabido. Y, no te liberarás a menos
que sepas. El conocimiento libera, sólo el conocimiento. Todas las creencias son
prestadas; te han sido dadas por otros, no son tus flores. ¿Cómo es posible que
algo prestado te conduzca a la realidad, la realidad absoluta? Olvídate de todo
lo que has tomado de los demás. Es mejor ser un mendigo que ser rico, no rico a
costa de tu ahorro, sino a costa de lo que has robado; rico a costa de lo que te
han prestado, rico a costa de la tradición, rico a costa de la herencia. No, es
mejor ser un mendigo pero estar por tu cuenta. Esa pobreza tiene riqueza en su
interior porque es auténtica, y la riqueza de tu creencia es muy pobre. Las
creencias nunca pueden calar demasiado hondo; permanecen a flor de piel. Si
rascas un poco, aparecerá la incredulidad.
Crees en Dios; si, de repente, quiebra tu empresa, aparecerá la
incredulidad. Dirás: «No creo, no puedo creer en Dios.» Si crees en Dios y se
muere tu amada, surgirá la incredulidad. Crees en Dios ¿y basta que se muera tu
amada para destruir tu creencia? No tiene demasiado valor. La confianza no se
puede destruir nunca, una vez que está ahí, no habrá nada que la pueda destruir.
No la puede destruir nada, absolutamente nada.
Recuerda que hay una gran diferencia entre confianza y creencia. La
confianza es personal; la creencia es social. Tienes que desarrollar la
confianza; seas lo que seas, puedes seguir creyendo, y pueden imponerte
creencias. Abandona las creencias. Tendrás miedo, porque cuando abandonas las
creencias, surge la duda. Cada creencia obliga a la duda a esconderse en alguna
parte, reprime las dudas. No te preocupes por eso, deja que surjan dudas. Todo
el mundo tiene que pasar por la noche oscura antes de que llegue el amanecer.
Todo el mundo tiene que pasar por la duda. El camino es largo, la noche es
oscura. Pero, cuando llega el día después de un largo viaje y una noche oscura,
entonces, sabrás que ha valido la pena. La confianza no se puede «cultivar», no
intentes cultivarla nunca; esto es lo que toda la humanidad ha estado haciendo.
La confianza cultivada se convierte en creencia. Descubre la confianza dentro de
ti mismo, no la cultives. Profundiza más en tu ser, ve hasta el centro de tu ser
y descúbrela.
PARA INVESTIGAR ES PRECISO QUE HAYA CONFIANZA porque vas a
adentrarte en lo desconocido. Es preciso que haya una enorme confianza y coraje,
porque vas a alejarte de lo convencional y lo tradicional, vas a alejarte de la
multitud. Vas a sumergirte en mar abierto sin saber si existe la otra
orilla.
No podría mandarte a hacer esta investigación sin prepararte para
confiar. Parecerá contradictorio, pero ¿qué puedo hacer? La vida es así. Sólo
una persona que tenga una gran confianza será capaz de tener grandes dudas, de
investigar algo así.
Una persona que tiene poca confianza dudará poco. La persona que no
tiene confianza sólo finge que duda. No puede investigar en profundidad. La
profundidad llega con la confianza, y hay que tomar algún riesgo.
Antes de mandarte al mar desconocido, tengo que prepararte para ese
enorme viaje en el que tienes que ir solo, pero puedo acompañarte hasta el
barco. Antes, tendrás que conocer la belleza de la confianza, el éxtasis del
camino del corazón, para que cuando estés en el mar abierto de la realidad
tengas bastante coraje para continuar. Pase lo que pase, tendrás confianza en ti
mismo.
Imagínatelo: ¿cómo puedes confiar en nada o en nadie si no confías
en ti mismo? Es imposible. Si dudas de ti, ¿cómo vas a confiar? Tú eres el que
tiene que confiar, pero si no confías en ti, ¿cómo vas a confiar en la
confianza' Es absolutamente necesario que el corazón se abra antes de que el
Intelecto se transforme en inteligencia. Ésta es la diferencia entre intelecto e
inteligencia.
La inteligencia es el intelecto en armonía con tu
corazón.
El corazón sabe cómo confiar.
El intelecto sabe cómo buscar e indagar.
Osho
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