Nada es por azar, estamos todos conectados
Nada es por azar, ni nunca lo será, ya
sea una serie de días en los que el cielo presente un azul inolvidable, los actos políticos más caóticos, el crecimiento de una gran ciudad, la estructura cristalina de una gema que nunca ha visto la luz, la distribución de riquezas, la hora en la que el lechero llama a nuestra puerta, la posición de un electrón...
Incluso los electrones, que se supone
son los modelos de lo imprevisible, son pequeñas, graciosas y dóciles criaturas que se desplazan a la velocidad de la luz a los puntos en donde deben estar. Producen sonidos comparables a leves silbidos que una vez aprendidos en múltiples combinaciones resultan tan agradables como el viento que sopla en el bosque. Por otro lado, siempre hacen lo que se les ordena, y de este hecho no hay ninguna duda.
Y sin embargo existe una
maravillosa anarquía
en la hora en el que el lechero se levanta, el túnel que los roedores eligen para esconderse cuando el metro pasa y el punto en el que un copo de nieve va a caer. Pero, ¿a qué se debe todo esto? Si nada es por azar y todo se encuentra predeterminado, ¿cómo se entiende la existencia de una libre voluntad? La respuesta es muy sencilla. Nada viene predeterminado, está determinado o lo estuvo, o
bien
lo estará.
Todo sucede a la vez, en un preciso instante, y sin el invento del tiempo no podemos comprender con una
única ojeada el enorme y detallado lienzo que nos han regalado. Y en consecuencia, lo examinamos linealmente, trozo a trozo.
El tiempo sin embargo, puede llegar a superarse si lo
contemplamos desde la perspectiva que nos ofrece una observación a cierta distancia. El universo está completo e inmóvil. Y todo lo que fue lo sigue siendo, y todo lo que será es, y eso ocurre a pesar de
sus múltiples combinaciones. Aunque al percibirlo nos imaginamos que se halla en movimiento y que aún está por terminar, no es así; está completo y es
de una belleza exquisita.
Al final, todo elemento, por pequeño
que sea, se encuentra atado y conectado a los demás. Todos los ríos van a parar al mar; aquellos que se alejan son conducidos a él; los que se han perdido son redimidos; los muertos vuelven a la vida; los días radiantes continúan, inmóviles y accesibles, y cuando todo esto se percibe de una forma en la que el tiempo no importa, entonces la justicia hace acto de presencia no como algo que va a ser, sino como algo que ya es.
Mark Helprin
4 comentarios:
"Por otro lado, siempre hacen lo que se les ordena, y de este hecho no hay ninguna duda."
Buena aportación amiga mía.
Un abrazo.
Un texto muy interesante.
La idea central, es la "interconexiòn" del universo, a mi modo de ver.
Los budistas, lo lllaman "Ley de Causalidad".
Buen aporte.
Un abrazo.
Absolutamente nada es por azar, cuando estamos atentos a las señales que nos envía el Universo, aprendemos a tomarlas como perlitas de ayuda en nuestro camino evolutivo.
Un abrazo Graciela.
Bello post.
Ernesto, en todo hay un orden...también en el caos
Gauchito..si, así es, la ley de la "causalidad"... porque las casualidades NO existen...
Adri, nada es por azar y las señales están para eso...para nuestra toma de consciencia de lo que "ES"...
Gracias por sus aportes!
Un Abrazo!
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